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─ ¿De dónde sacaste ese minino? ─Fernado apareció por la ventana.

─Lo encontré por ahí ─respondí acariciando la cabeza del pequeño gatito, un estornudo de mi parte lo asustó un poco.

─Tiene collar, de seguro tiene dueño.

─No lo creo, se ve que hace mucho no comía el pobre, por suerte ya le di algo ─Lo miré y sonrió─, ¿de qué te ríes?

─Es que te ves tan tierna, la gatita con su gatito.

─Creo que estar muerto ha cambiado demasiado tu percepción de la realidad.

─No lo creo. Sabes...

─No sé...

─Ya, enserio.

─Okay. Dime.

─Quiero saber más de ti.

─ ¿Por qué?

─Me gustaría conocer tu historia. Ya que no recuerdo la mía del todo.

─Soy una chica de... 17, tengo el cabello castaño, mido 1,65. No me gustan los preguntones, siento cosas por mi mejor amigo y tengo un fantasma que me visita cada medianoche, ah, encontré a un gatito, creo que lo llamaré Juan.

─No me refería a eso ─dijo acercandose─, espera ¿te gusta tu mejor amigo?

─Sí, ¿algún problema?

─Él... ¿él gusta de ti?

─No lo sé.

─Tengo que irme.

Desapareció justo a mi lado.

Mi Fantasma de Medianoche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora