32

936 103 9
                                    

00:34

─... entonces tú eres Leo, el del Manhattan.

─Sí, soy yo, o bueno, era yo.

─Creo que... por hoy estoy sobrepasada. Me siento algo cansada.

─Es mejor que me va-

─ ¿Qué sucede?

─No puedo desvanecerme.

─ ¿De qué hablas?

─Creo que volví a estar vivo, se siente tan bien. Mis manos están tibias, ¡mi corazón está latiendo!

─Sofía, cariño ¿con quien estás? ─preguntó mi madre.

─Con nadie ─respondí.

─Voy a tu habitación ─dijo.

─Escondete en el armario ─susurré a Fernando y este hizo caso.

─Creí haber escuchado algo ─habló mi madre entrando a mi habitación.

─Debe ser el viento, estos días ha estado algo raro... últimamente he soñado mucho.

─Debe ser eso, eso te pasa por estar despierta hasta tarde... ya duérmete.

─Hasta mañana ─dije y ella salió de mi habitación.

─Fernando, pst.

─Ya voy.

─ ¿Por qué tardas tanto?

─Es que... cosas de chicos...

─Okay. Tómate tu tiempo.

─Ya puedo desaparecer ─se asomó con su rostro avergonzado.

─Hasta mañana...

Se desvaneció aún con su rostro algo sonrojado.

Mi Fantasma de Medianoche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora