Día 12

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La morena se dirigió directo al lugar donde estaba quedándose dormido Adrien junto a su mejor amigo. Los ojos del joven modelo se abrían y se cerraban intermitentemente de forma que este no se percató de la aproximación de Alya, hasta que estuvo frente a él. -O, o, hola, Alya- Dijo Adrien que a causa del sueño fue incapaz de sorprenderse de la súbita aparición de la morena. -Te ves cansado ¿Estás durmiendo bien?- Le preguntó Alya al ver el problema que le estaba costando al rubio mantener los ojos abiertos -No, he dormido perfecto ¿Por qué lo...?- La pregunta del rubio quedo inconclusa en el momento que este cerró los ojos por tercera y no daba indicios de volver a abrirlos en un buen rato. El chico que estaba sentado al lado de Adrien se levantó para llevar a la morena en otra dirección para no despertar a su amigo.

Cuando Adrien volvió a abrir no había ni una sola persona en la cancha o por los pasillos. Su cerebro adormilado fue incapaz de comprender la situación hasta que su amigo lo tomó del hombro y se tomó la molestia de explicarle -Viejo, te quedaste dormido el resto de las clases- -¡¿Qué?! ¡¿Por qué no me despertaste?!- Se sorprendió el rubio -Viejo, necesitas dormir, aunque sea en una escalera. De verdad necesitas descansar- La expresión del moreno mostraba una genuina preocupación por el rubio que le hizo sentir la obligación de hablarle con la verdad, al menos parte de la verdad. -Marinette nunca dice que se siente mal, nunca pide ayuda, como si quisiera hacer todo ella. No sé si lo hace por no molestar o, o, ni siquiera puedo pensar en otra opción- -¿Cuántos días tienes sin dormir bien?- -No lo sé, espera a que la escritora vea cuantos días han pasado desde que Marinette tuvo su accidente- -Adrien, necesitas ayuda- -Me dijiste Adrien ¿Estás enojado?- -Estoy preocupado- -No puedo descuidarme, Marinette no deja que nadie la cuide- -Creo que puedo ayudarte con eso-

-Necesito unas de esas- Dijo Marinette mientras veía una serie de internet en la notebook que le acaba de regalar Adrien. -¿La hoz que se convierte en pistola, el florete que dispara rayos de elementos, las espadas con listones o los guantes de metal?- Le preguntó Tikki a su, de nuevo, actual portadora que trataba de no perder la cordura en su reposo forzado -No, aunque la hoz, pistola, cañón automática sería genial. Me refería a un equipo más grande- -¿Ya no quieres a Chat?- -No ¡Sí! Sí lo quiero; pero, siento que si hubiéramos sido un equipo más amplio esto se hubiera evitado- Contestó Marinette mientras señalaba su cuerpo -Ahora sólo soy una carga para Adrien. No puedo hacer nada por mí misma, ni si quiera puedo escoger a la siguiente Ladybug. Empiezo a pensar que sería mejor que Adrien escogiera a la siguiente Ladybug- -Marinette- Un repentino sonido proveniente de la puerta interrumpió el consejo de la kwami que fue a esconderse detrás del respaldo de la cama. Adrien no solía tocar la puerta -¿Quién es?- -Alya Césaire- -Pasa-

Tal parecía que los silencios incómodos prolongados se estaban haciendo recurrentes en la vida de Marinette, sobre todo con las personas que habían conocido a sus dos contrapartes, como era el caso de su mejor amiga, Alya que no había dicho ni una sola palabra desde que había ingresado al cuarto y, a pesar de parecer decir algo, ningún ruido salía de su boca -Yo quiero que tú seas Ladybug- -¿Qué? ¡No! Ladybug Chloe- La repentina declaración de Marinette hizo que la morena olvidara todo lo que había planeado decir -¿Chloe? No, no, Chat no la aprobó- -¿Aprobó? ¿Estaba a prueba?- -Sí, ella me suplicó para que la dejara tomar mi lugar y yo le puse de condición que Chat la evaluara; pero yo creo que tú eres la mejor opción, siempre has sido la mejor opción, mejor de lo que yo lo sería- 

Marinette comenzó a llorar, parecía que eso también se estaba volviendo algo recurrente -Yo, yo, yo nunca quise ser Ladybug, yo, ese día, cuando Ivan se transformó en StoneHeart, por segunda vez; yo iba a darte esto- La pelinegra extendió encima de la notebook un pequeño pendiente negro y prosiguió -Pero tú saliste corriendo y tuve que ir tras de ti, y, y- -El carro- -Tú esperabas que alguien te rescatara, que alguien salvara la situación, alguien valiente, alguien asombroso. ¡Tenía miedo! ¡Vergüenza! ¿Cómo podía arruinar la imagen que tenías de tu héroe revelándote que era alguien tan patético como yo?- -Mari, tú nunca- -Además de que Tikki me lo prohibió- -¿Tikki?- -Sal, tenemos que explicarle cómo funcionan las cosas-

Por siempre LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora