Nunca es tarde para amar

¿Podemos ser sólo amigos?

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Caminé con lentitud por el corredor. Realmente tenía tiempo de sobra por lo que trataba de asimilar lo que me había pasado. ¡Estuve a solas con Nathan en su auto! ¡No lo puedo creer! Pensaba emocionada.
No había apreciado la inmensidad del colegio. Sus grandes jardines llenos de flores. Las aulas. El gimnasio. La fuente de la entrada. Todo era increíble. Sin darme cuenta llegué a mi aula.
-Buenos días.- saludé en lo que cerraba la puerta.
-Buen día.- saludaron unos cuantos.
Camine en dirección a mi lugar del primer día.
-¡Hey Anne!- me gritó Rachel desde el otro lado. -Por acá hay un lugar vacío.- indicó.
La miré desconcertada. Era verdad. Estos últimos días que habían pasado, no me había sentado con ellos en ningún momento.
-Voy.- sonreí.
Sentía mi corazón latir fuerte. Está pasando. Finalmente formare parte de un grupo de amigos. Caminé hasta ellos.
-Buenos días Anne.- saludaron.
-Buenos días.- saludé feliz.
Pasaron las horas y finalizaron las primeras clases.
-¿Quieres ir al comedor?- me miró Melissa.
-Si, vamos.- me levanté.
Caminábamos entre carcajadas y bromas.
-Habrá un concierto este fin de semana en la ciudad, ¿alguno de ustedes irá?- preguntó Dylan caminando de espaldas.
¡Es verdad él concierto! Lo había olvidado por completo.
-Yo iré.- exclame sonriente.
Me miró sorprendido.
-¡¿En serio?!- se acercó emocionado.
--Sí, mi hermano William consiguió entradas VIP.- agregué.
-¡Qué suerte! Ya no alcance entradas VIP cuando revise ayer en el portal.- se cruzó de brazos.
-¿No sabía que te gustaban esa clase de grupos Anne?- murmuró Liam.
-Soy toda oídos.- sonreí.-Para ser sincera mi hermano tiene una banda de rock por lo que soy fan de ese tipo de bandas.-agregué.
-¡Qué genial Anne!- exclamo Melissa emocionada. -¡Cómo me gustaría que mi hermano Derek tuviera una banda de rock.!- agregó.
-Es divertido.- continuaba diciendo.-Siempre suelo ir a sus ensayos y estar en primera fila. Mi hermano es super genial.- exclame emocionada.
Una vez más había terminado hablando de mis hermanos. Para ser sincera no soy una persona sorprendente por lo que no tengo mucho que contar de mi.
-Pues parece que Anne y Dylan se verán en el concierto.- sonrió Raquel.
-Tal vez.- murmuró Dylan.
Tomamos el almuerzo y regresamos a clases. No había visto a Nathan en todo el día. Solamente lo vi en la mañana cuando llegamos juntos.
-Bien chicos está es la tarea de hoy.- murmuró la profesora.-La clase terminó, hasta mañana.-
Todos salieron en bola. Buscaba entre la multitud a Nathan quién tomó rápidamente sus cosas y salió junto con Deborah. Salió sonriendole a carcajadas y Deborah de igual forma le devolvía la sonrisa.

-Hasta mañana Anne.- me dijeron a coro mis amigos sacándome de mis pensamientos.
-Hasta mañana chicos.- les despedí.
Camine por los pasillos. Pensaba dejar mis libros en mi casillero cómo era costumbre. Al bajar las escaleras recargado en la pared ahí estaba Nathan. Completamente sólo.
-¿Nathan?- me acerqué lentamente.
Alzó la mirada y me sonrió.
-Hola.- me miró sonriente.
-Hasta mañana.- me despedí mientras pasaba de largo.
Supongo que esperaba a Deborah por lo que no quise detenerme por más tiempo. Llegué a mi casillero y tomé mi mochila. El día de hoy sí que tenía tarea que hacer.
-¿Oye Annette?-
La voz de Nathan me hizo girarme de golpe. Nunca se había dirigido a mi de esa manera.
-¿Sí?- lo miré con duda.
Se acercó lentamente a mi. Tenía la mirada sería. Di un paso atrás. Me ponía tan nerviosa. Pasó su mano por su cabello y suspiro para después regresarme la mirada.
-¿Me preguntaba sí estabas bien?- se inclinó un poco.
¿Qué? ¿Acaso le importó? ¡El chico que me gusta está preocupado por mi!
-Lo estoy.- dije con firmeza.
-No es por parecer entrometido pero...- caminó y se recargo en el pilar de la pared.-Está mañana lucias realmente triste.- me miró.

Entiendo. Es de esa clase de chicos que son bastante amables. ¡Qué suerte tiene Deborah! Me siento un poco celosa.
-Sobre eso.- me acerqué a donde estaba para recargarme igual.-Discutí con mi padre en la mañana.- sonreí.
Me miró atónito.
-Eres la primera persona que se ha preocupado por mi ¿sabes?- lo miré sonriente.
Ni mis nuevos amigos notaron mi tristeza. Pensé con melancolía.
-Vaya.- murmuró.-Me alegró en ser el primero.- sonrió mirándome.
-Gracias.- me dejé caer al suelo.-No se que hubiera pasado conmigo sí no me hubieras traído aquí.- dije sin pensarlo.
Tan naturalmente podía hablar con él. Era cómo sí lo conociera de toda una vida entera. Me sentía tan a gusto hablando con él.
-Estaba realmente devastada y...- me quedé en silencio.
¿Era correcto contarle esto?
-¡Lo siento sí te aburro!- dije exaltada.
Sonrió plácidamente.
-¡Claro que no!- se dejó caer a mi lado.-En ocasiones es bueno dejarse escuchar por otros.- me miró sonriente.-Por algún extraño motivo creo que puedo confiar ciegamente en ti Anne. Nunca había conocido a alguien que se ganará tan rápido mi confianza.- me miró serio.

¡¿Estás de broma?! Nos sentimos de la misma forma. Mi corazón está latiendo demasiado rápido. Tiene novia recuerda lo Anne. Me dije.

-Lo mismo digo.- solté una carcajada.-Gracias por lo de esta mañana.-me levanté.
-Oh sí, de nada.- se levantó también.-Oye Anne, me preguntaba ¿sí podíamos ser amigos?- me miró con una sonrisa.
-Por supuesto.- le regresé la sonrisa.
-Genial.- sacudió mi cabello. -Nos vemos Anne. Hasta mañana.- comenzó a caminar.
-Hasta mañana.- dije mientras acomodaba mi cabello.
Lo miré irse en dirección al estacionamiento. Mi corazón no dejaba de latir rápido. Aprecie la calidez de su mano sobre mi cabello. Amigos. Sí eso éramos ahora. Solamente amigos. Muy en el fondo me dolía. Pero no debo interferir entre Deborah y Nathan.

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