Bienvenida

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Las horas pasaron tan lento que logré apreciar el atardecer a través de mi ventana. Cómo el resplandeciente cielo se cubría en un manto oscuro. Dejando a la ciudad en una inmensa oscuridad.
Miraba desanimada por mi ventana. ¿Qué haría ahora? Me pregunté vagamente.
Estaba lista para enfrentar mi realidad. ¿Estaré preparada para luchar?
Suspire profundo y caminé de regreso a mi cama. Me tape con mis cobijas y me acomode en mi almohada.
Cerré lentamente los ojos.
Risas escuchaba a lo lejos y voces acercarse. La puerta de la habitación se abrió repentinamente. Me incorporé y volteó con curiosidad.
Era una chica con una señora mayor. Supongo que es mi compañera de habitación. Pensé.
No quería hacerme notar por lo que me quedé inmóvil en mi cama.
La señora caminó con dificultad hasta la camilla frente a la mía.
-¿Está es cariño?- murmuró la señora.
-Sí.- indicó la joven que traía su silla de ruedas.-¿Tiene por ahí el escalón?-
La señora busco y rodeó la camilla.
-Está aquí debajo.- señaló.
Sabía que la señora ni la joven podrían sacarlo por lo que me levanté decidida.
-Déjeme ayudarle.- ofrecí mi ayuda.
Me escabullí por debajo la camilla y saque el escalón.
-Muchas gracias jovencita.- murmuró la señora agradecida.
-Gracias.- agregó la chica.
Les dediqué una sonrisa y me hice aún lado.
La chica colocó su silla y puso el freno.
La miraba atenta. ¿En verdad podrá hacerlo? Me pregunté.
-Es una necia.- escupió la señora.
Me giré atónita era cómo si la señora por coincidencias leyera mi mente.
-Has de pensar que no podrá hacerlo. Pienso lo mismo. Pero hoy le pidió a la enfermera que ella intentaría subir a su cama por sí sola.- me miró sonriente.-Siempre está luchando mucho.-
La chica colocó su pie en el escalón y con un salto torpe logró apoyarse sobre la cama. Quedó ahí aferrada como gato. Se arrastró y logró sentarse.
-Abuela ¡Lo logré!- dijo emocionada.
La señora se acercó y movió la silla de ruedas con dificultad.
-Tan testaruda.- frunció el ceño la señora.-Toda una triunfadora.- se acercó la señora y beso su frente.
Sentí que no debería estar más ahí. Caminé en dirección al baño y me encerré ahí. Sabía que debía darle su tiempo a solas. Yo tuve el mío. Así que no me gustaría estar presente en su charla y despedida.
Me miré en el espejo y acaricie mi cabello.
-Adiós a mi largo cabello.- dije.
Estaba consciente de todos los cambios que pasaría en mi quimioterapia.
Lave mi cara y cepille mis dientes. Esperaba que la señora y la chica ya estén por terminar su despedida.
Salí con lentitud y cautela. Estaba la enfermera con la chica. La señora parecía ya haberse ido.
Ignore por completó el panorama y caminé a mi cama directamente.
La enfermera le dio las mismas instrucciones que a mi y se presentó. Le dedico una sonrisa y camino en mi dirección.
-¿Terminaste tu pastel?- me miró sonriente.
-Sí, muchas gracias.- añadí.
-Que bueno.- tomó la charola.-Ella es tu compañera. Solamente falta una persona más.- me sonrió.
Camino la enfermera y se detuvo en seco.
-Espero que se lleven bien.- sonrió.-Si necesitan algo no duden en presionar el botón.-
Salió dejando consigo un silencio.
La chica me dirigió la mirada y sonrió.
-¿Oye?- me miro sonriente.
Le dediqué una sonrisa.
-¿Sí?- agregué dudosa.
-¿Cómo te llamas?-
-Annette.- murmure.
-Es un placer Anne. Soy Allison.-sonrió.-¿Podrías venir? Yo lo haría sí pudiera caminar hasta ti.- carcajeo.
Caminé hasta ella.
-Es un gusto Allison.- dije mientras me sentaba en la esquina de su cama.
-Pensé que estaría sola.- indicó.-Pero que bueno que tengo una compañera.-sonrió.-¿Podemos ser amigas?-
-Sí.- le dediqué una sonrisa.
-Supongo que no es correcto preguntar si estás bien, porque evidentemente no lo estamos.- carcajeo.-Comencemos con lo triste de la historia.- me miró sonriente.-Sufro de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) debilidad en los músculos.- sonrió.
La miré sorprendida. Había escuchado de esa enfermedad antes.
-¿Y tú?-me miró atenta.
-Yo... padezco Leucemia Linfocítica Aguda (LLA) y... Transtorno Depresivo Mayor (MDD).- la miré seria.
-¡Vaya!- agregó.-Estamos jodidas.-carcajeo.
Le dediqué una sonrisa.
-Anímate. Nos tenemos la una a la otra.-me miró sonriente.-¡Oh por cierto! Me disculpó de antemano sí te llegó a molestar mucho.- sonrió avergonzada.
-No te preocupes entiendo tu situación.- le dediqué una sonrisa.
-Bien sólo falta la otra persona.-
-Sí.- murmure.
Miré con detenimiento la camilla vacía. Me preguntó ¿qué clase de persona será?
-Sabes, mi enfermedad apareció cuando tenía 5 años.- murmuró Allison.-He cambiado de hospitales cómo de ¡Ropa interior!-carcajeo divertida.-Podía caminar antes. Pero la enfermedad se extendió y quede inmóvil hace unos meses. Es por eso que no me acostumbro. Extraño caminar.- me miró con los ojos llenos de lágrimas.-Siempre soy fuerte frente a mi abuela. No quiero que me vea débil. Quiero que me vea fuerte y capaz de salir de está.- su voz comenzó a quebrarse.-No quiero ser una carga para ella.-
Sentí mi corazón quebrarse. La abracé con fuerza. La entiendo.
-Soy su única familia.- murmuraba.
Allison soltó el llanto y la abracé más fuerte. Mis ojos comenzaron a cristalizarse y solté el llanto junto a ella.
Todos creemos sufrir. Creemos que la vida es tan injusta. Hasta que conocemos a alguien con una situación más difícil que la nuestra. Ahí es cuando apreciamos los pequeños detalles de estar vivo.
-No puedo morirme.- continuaba diciendo.
¿Es injusto no? Hay enfermos que quieren vivir y sanos que quieren morir. ¡Vaya ironía!
A mitad de la noche Allison entró en crisis. Fue la primera vez que veo lo que en películas suelen pasar. La habitación llena de enfermeras tratando de estabilizar a Allison corriendo de un lado a otro. Se llevaron a Allison a la sala de urgencias dejando detrás un silencio sepulcral.
En la mañana siguiente en la camilla vacía había ya una maleta. Parecía ser ya había llegado el compañero faltante.
-¿Lista para tu quimioterapia?- me sonrió la enfermera Arlet.
-Estoy algo nerviosa.- dije.-¿Allison se encuentra mejor?- pregunté.
Arlet me miró seria y sonrió vagamente.
-Está estabilizada pero se encuentra mucho mejor. En unas horas estará contigo en la habitación de nuevo.-
Asentí levemente y camine junto con Arlet a la sala de quimioterapia.
Mi corazón latía como sí de un caballo galopante se tratará.
-Es Anne, la chica nueva.-dijo Arlet a las enfermeras que estaban ahí.
-Anne, por acá toma lugar.- indicó otra enfermera.
Caminé decidida y me recosté en la camilla. Me rodeó con su brazo y pinchó en mi vena. Cerré los ojos lentamente.
Las horas pasaron y desperté en mi camilla de nuevo.
Allison estaba en la habitación con un estabilizador. La miraba dormir tan tranquila.
Con mi brazo conectado al suero y mis piernas débiles no quería levantarme está vez.
Repentinamente la puerta del baño se abrió y salió un joven alto y bastante delgado. Alzó la vista y me miró atónito.
¿Así que él es quién faltaba? Me pregunté curiosa.
-¡Genial! ¡Otra chica!- bufo con sorna.
Lo miré dudosa arqueando una ceja.
-¿Te llamas?- me miró desinteresado.
-Annette.- dije seria.
-Un gusto chica LLA.- carcajeo. -Yo soy Damián el chico CIP..- me sonrió.
¿CIP? Pensé dudosa.
-¿CIP...?- arquee la ceja.
-Sí.- cruzó los brazos.-Insensibilidad congénita al dolor.- me miró serio.
-Entiendo.- dije sonriente.
-¿Es la primera vez que vienes a este hospital cierto?- me miró.
Asentí.
-Allison y yo ya nos conocemos desde antes.- dijo encaminándose a mi.-Mis amigos dicen que eres algo particular.- arqueo la ceja.
Lo miré desconcertada. ¿Amigos? ¿Quiénes?
-An-normal ¿cierto?- me miró divertido.
-¡Oye! ¿Quién te dijo eso?- lo miré exaltada.
-Mis amigos.- sonrió de lado.
Mi corazón empezó a agitarse. ¿Qué clase de juego sucio era este? Lo miré aterrada.
-No es ningún juego.- dijo.
Me levanté de golpe y lo enfrente.
-Basta de bromas.- dije quedando frente a él.-No te tengo miedo, ni a ti ni a tus trucos.- dije segura.
Damián puso una expresión seria y soltó una carcajada.
-Vaya...- continuó riéndose.-Fue un juego de palabras.- agregó entre risas.-Siempre funciona.-
Me aparte unos centímetros de él y lo miré molesta.

-En verdad discúlpame.-me dedicó una sonrisa.-Annette.- palmo mi cabeza. -Sólo jugaba...ju...ga...ba.- repitió en sílaba.
Solté un gruñido y me regresé a mi camilla.
-Es una bienvenida.- dijo.-Una rara y extraña bienvenida Anne. Chica LLA espero y nos llevemos bien.- dijo sonriente caminando a su camilla.
No entendía del todo como es que Damián conocía mi apodo. Apodo que sólo mis compañeros de primaria y mi hermano sabían. Será acaso que ¿Damián fue compañero de mi salón en primaria? Pensé detenidamente.
No recordaba a nadie de mi salón sólo a algunas chicas que me molestaban. Los chicos solamente reían sin decir nada más. Me recosté en mi camilla y dormí tranquilamente. Estaba tan cansada que sí Allison llegaba a despertar no estaría para ella. Nunca imaginé que una quimioterapia me dejaría tan devastada. Pensé.

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¡Holaa! ♡ Disculpen la demora 😓 He tenido mucha tarea y poco tiempo libre 😷
Este capítulo lo comencé desde el 23 de Septiembre 😂😂pero no había tenido tiempo para terminarlo 😔
En fin ¡Aquí lo tienen! Espero que lo disfruten 😄 De igual forma espero tener pronto el próximo capítulo 😌
♡ Nos vemos hasta la próxima actualización 😉♡
Muchas gracias por la paciencia♡
¡Chaou!♡

Nunca es tarde para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora