Nunca es tarde para amar

Amigos

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Salimos del restaurante. Había sido mi mejor velada si es que se podía decir así. A la especia de cena romántica que Nathan tenía preparada.
-Muchas gracias Nathan.- dije sonriente.
-A ti por aceptar está invitación.- me miró Nathan sonriente.-¿Tienes que llegar a casa temprano?- me miró serio.

Me quedé pensativa. Quería atesorar más momentos juntos. Ya no lo vería más. Sólo tenía esta semana para estar con él.
-No exactamente.- dije.
Nathan suspiro profundo y me sonrió.
-Pensaba en ir a ver una película. Te prometo que después de la película te llevó a casa.- me miró sonriente.
-Claro.- dije sonriente.
Me sentía tan feliz. Era una sensación que no podía explicar. Me sentía torpe e inútil. Incluso mis manos sudaban.
Caminábamos juntos por la plaza, en verdad era inmensa. El cine estaba cercas por lo que no caminamos mucho.
-Muy bien.- dijo Nathan mirándome.-¿Qué película te gustaría ver?-

Alce la vista y miré la enorme cartelera. Era algo nuevo. No soy fanática del cine.
-Ya que tu me invitaste a comer. Yo pagaré las entradas al cine. Por lo que tu escogerás la película.- dije sonriente.
Nathan me miró de lado.
-¡Estás loca! ¡No lo permitiré!- me miro serio.-Yo te invité. ¡Yo pago!- me tomó del hombro.
-No te precipites.- le sonreí.
-La próxima vez. Tú lo pagas.- me miró sonriente.

La próxima vez. Me preguntó si existirá una próxima vez para mí.
Lo mire irse casi corriendo.

-En unos minutos comienza la función. ¿Quieres palomitas?- me miró.
-Sí.- le sonreí.
-Vuelvo en un segundo.- sonrió.
Sí es así conmigo cómo amigo. Me imaginó lo feliz que hizo a Deborah cuando eran novios. En verdad me da celos. No entiendo cómo es que terminaron.
-Listo Anne.- se acercó a mi con las palomitas en manos.-Vamos.- sonrió.

Caminamos en dirección a la función. No estaba segura del todo que película veré pero estaré tan nerviosa que creo no podré verla.
-Aquí es.- me indicó.-Pensé que estaría llena la sala.- añadió Nathan.
-Parece que tu película no es interesante.- carcajee.
Ambos comenzamos a reírnos. Estaba segura que entre Nathan y yo no existe posibilidad de una relación seria. Estoy feliz de ser su mejor amiga. Sólo eso mejor amiga.

-Gracias por aceptar mis caprichos.- dijo Nathan de repente.
Lo miré atónita. ¿A que se refería?

-Estaba algo triste por mi ruptura con Deborah. Qué pensaba en irme a embriagar por algún sitio pero olvidé que no tomó alcohol.- carcajeo.-Me siento mejor. Gracias Anne.- me miró serio.-La verdad no se que sería de mi sí no estuviera contigo ahora.- dijo regresando la mirada a la pantalla.
-De nada.- dije.-Estaré para ti cuando necesites algo. Eso hacen los amigos.- añadí sonriente.
El palpitar en mi pecho dolía un poco. Sabía lo difícil que sería intentar un movimiento. Lo único que espero es un gran milagro.
La función comenzó y la película era realmente interesante. Con pocas personas a nuestro alrededor. Sentía el tiempo pasar despacio en un lugar dónde sólo estábamos nosotros dos. Mi corazón no paraba de latir desenfrendamente. Estaba nerviosa. Lo suficiente cómo para entorpecer mis dedos al comer palomitas.
Despejar mi mente. Me lo repetía cada vez que tomaba un puño de palomitas.
Miré a Nathan de reojo quién estaba embobado en la película. Era cómo un niño pequeño. Se veía tan adorable. Sonreí sin darme cuenta. Estoy tan enamorada de él.
Cómo si fuera una broma ambos metimos la mano al mismo tiempo haciendo entrelazar nuestros dedos. Nos giramos de golpe y nos miramos fijamente.
La situación estaba rara. Los ojos verde oliva de Nathan mirándome profundamente era cómo si leyera mi mente y me envolvía en un lugar distinto. Su mano sujeto fuertemente la mía. Entrelazado sus dedos con los míos. Su miraba pérdida en mis ojos, vi cómo acercó su rostro al mío.
¡¿Pasaría?! ¡¿Va a besarme?!
Tomó mi mejilla lentamente y acaricio mis labios. Mi corazón latía tan fuerte que mis mejillas se enrojecieron. Alzó mi mentón y acercó más su rostro a mi. Su respiración chocaba en mi cara.
¡Esto está mal! Me repetía.
Sus labios estaban a unos centímetros de los míos. Su cabello. El olor de su perfume. La calidez de sus manos. Su respirar. Todo a centímetros de mi.
¿Qué pensaría Margaret de esto? Sólo lo estoy consolando. Él no me ama. ¡Esto no debería pasar así! ¡No es correcto!
Estire mi mano y lo empuje de la frente.
-¡¿Qué está haciendo?!- le dije exaltada.
Nathan me miró atónito y soltó mi mano rápidamente.
-Discúlpame Anne.- me miró avergonzado.-No pasará de nuevo. Soy un idiota.- tomó su frente.-No se en que estaba pensando.-murmuró casi en voz inaudible.
-Iré al baño.- dije levantándome de golpe.
Quería salir de ahí. Me sentía estúpida. Sólo jugaba conmigo ¿no es así? Él está confundiendo sus sentimientos por su reciente ruptura. Yo no le gustó. Y nunca le gustare.
Me repetía mientras entraba al baño.
Tomé mi rostro y talle mi mejilla.
-¡Esto no es un cuento de hadas Anne! Él no se enamorara de ti por arte de magia.- me dije.-¡Deja de ser tan estúpida! Valorate más y deja de caer en sus palabras. Sólo somos amigos. AMIGOS.- grite para mi frente al espejo.
Tomé agua entre mis manos y lave mi cara.
No quería llorar. No debo hacerlo. Sólo es un malentendido.
Salí del baño y me dirigí de regreso a la sala. No quería que Nathan se preocupara por mi.
Suspire profundo e ingrese a la sala. La función continuaba y mi corazón no paraba de latir. Estaba nerviosa. No sabía que cara poner.
-Disculpa la tardanza.- dije incorporándome en el asiento.
-Descuida.- dijo Nathan en voz silenciosa.-Lamento lo de hace un momento. No se que pasó por mi cabezota.- indico golpeando su frente.
-No te preocupes.- le sonreí.-Qué no suceda de nuevo.- dije mirándolo  fijamente.
Establecía mi propio límite. No quería hacerme más ilusiones. No quería ser su juguete. Aunque no creo que Nathan sea ese tipo de chicos.

-Lo prometo. No pasará más.- sonrió.

Palmo mi cabeza con suavidad y la quito de golpe.
Lo mire desconcertada.

-Supongo que esto no es correcto tampoco.- me miró esperando una respuesta positiva.

Lo miré sin decir nada. En verdad quería que las cosas se mantuvieran cómo antes.
La función terminó y salimos de regreso al estacionamiento. En todo el camino hubo un silencio. No quería que hubiese silencio entre nosotros. Era lo que menos quería que pasará.

-¿Anne?- me miró Nathan serio.-Discúlpame por confundir tus sentimientos. Pero no tengo interés en ti.- aclaró.-Perdona mi actitud infantil.-

No. Esto no estaba pasando. No ahora.

-Me siento un idiota por jugar con tus sentimientos. Creo que será lo mejor.- miro hacía enfrente.-Dejemos de ser amigos.- se giró a mirarme.

Sentí un nudo en la garganta.
-Detente.- dije con la voz baja.-No es para tanto.- añadí.-Yo quiero que sigamos siendo amigos.- lo miré desesperada.
No podía pasarme esto. Y menos ahora.
-Nathan. Yo nunca te vi más allá que mi mejor amigo.- lo miré seria.
Mentía.
-En ningún momento. Encontré en ti un gran amigo. Y estoy más que agradecida por conocerte.- dije.
Nathan me veía sorprendido. No quería que las cosas entre nosotros se desvanecieran cómo dos gotas de agua en el mar.
-Se que estás pasando por un mal momento y debido a eso tu... tu...- agregue con voz nerviosa.
Antes de poder balbucear otra palabra más Nathan tomo mi mano.
-Soy un inmaduro Anne.- me miró arrepentido.-Soy un cobarde.- me sonrió.-No merezco tu amistad.- añadió.-Pero me prometí ayudarte y eso haré.- dijo decidido.

Solté su mano y sostuve su hombro.
-Gracias Nathan.- le dije.-Eres el mejor amigo que he tenido.- añadí.
-Lo se.- carcajeo.-Haré todo lo que este al alcance de mis manos para que ganemos está batalla.-sonrió.-Eres especial para mi. No lo olvides.- acarició mi cabeza con suavidad.

Estaba completamente agradecida de tener a Nathan a mi lado. Era algo que nunca me imaginé. Espero que está vez la vida me sonría nuevamente.

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¡¡Hola!! ¡Nuevo capítulo!♡
Disculpen la demora. Tuve algunos contratiempos. Espero lo disfruten y muchísimas gracias a las personitas que están dándoles votos ♡♡♡
¡En verdad se los agradezco mucho!♡
Igualmente a las personitas que han seguido la historia hasta acá ♡
Hasta luego♡ ¡Buenas noches!♡