Capitulo 5

1.3K 76 24
                                    

Nuestras respiraciones estan agitadas pero antes de que se de cuenta estoy besando sus labios con pasión. Me encanta como saben y los suaves que son. Me subo encima de el y sigo besando sus labios como si no hubiera un mañana.

Mis besos bajan hasta su pecho. Saco mi lengua y en un movimiento sensual lamo todo su pecho mientras nuevo mi cintura de manera insinuante hacía él. Su miembro despierta y mi lengua sigue su recorrido mientras esos grandes ojos dorados me miran con detención.

Agarro su miembro en mis manos y lo observo por un momento. Su pene es gigante y proporciona un placer que me hace pensar locuras. Muevo mi mano de arriba hacía abajo e Inuyasha me mira inyectando deseo en mi cuerpo.

—¡Ah!, Kagome—gime y la cabeza de su pene llama mi atención.

Mi boca viaja hasta darle un suave beso y luego lamer sus bolas. Su mano me acerca más a el a lo que meto su pene en mi boca y lo chupo como si de una paleta se tratará.

—Uhmmm—lo oigo gemir con los ojos cerrados mientras hace un nudo mi cabello en sus manos.

Sigo mi trabajo mientras lo masturbo y mi boca se siente ida por el enorme tamaño de su pene. La mano que usaba para masturbalo la bajo hasta mi vagina donde muevo mis dedos. La húmedad que tengo me hace sentir más deseo del que tengo acumulado. Meto un dedo y supiro con el pene de Inuyasha en mi boca mientras lo saco y lo entro muevo mis dedos hasta que ambos explotamos y todo su semen queda en mis labios. Su sabor dulce y agrio me lo encuentro fascinante y es la primera vez que trago semen de alguien.

Inuyasha sin darme tregua me pone en cuatro encima de la cama donde me penetra halando mi cabello y azotando mis nalgas.

—¡Kagome eres insaciable!—grita gimiendo mientras sale y entra como un animal.

—¡Ahhh!—es lo único que sale de mis labios.

—Vamos preciosa, correte—me grita mientras me da otro azote. Me encanta el.

—Inu... Yashaa.

Me corro a chorros porque este hombre es un magnífico amante. Siento mis piernas débiles mientras el ds una última penetración y se corre.

—Eres una exquisita mujer y amante—susurra pero estoy tan cansada que caigo rendida en los brazos de morfeo.

Señorita SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora