Capítulo 15

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Muerdo mis labios sintiendo la vergüenza. En este momento lo más probable es que sienta asco de haberse enredado conmigo. Me aparto de su lado sintiéndome lastimada. Pensé que con Inuyasha sería diferente, que si podría confiar en él.

—¿Quién fue ese desgraciado Kagome?—me sobresalto y le miro. Quiero estar sola.

—Inuyasha...

—Dime quién es ese hijo de puta que se atrevió a tocar una mujer en contra de su voluntad—niego abrazandome.

—Mi madre es una adicta al juego—comento alejada de él. Me
detengo al lado de la ventana dándole la espalda y mirando a través del vidrio—ha perdido todo en su vicio. La casa no ha podido porque no está a su nombre. Un día apostó una fuerte cantidad de dinero, pero lo perdió—una lágrima se desliza por mis mejillas—entonces negocio a su hija virgen de solo 15 años—muerdo mis labios para no llorar—Naraku, así se llama, me compró, uso mi cuerpo hasta el cansancio. Sus manos sobre mi piel vírgen, sobre mi pureza—trago fuerte—entonces es cuando ya sentía que no valía nada. Comencé a enredarme con cuan hombre veía, sexo, solo eso existe en mi mente. Me apodaron más tarde señorita sexo—siento el aliento de Inuyasha en mi cuello—desde entonces soy esto.

Señorita SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora