Harry Potter One Shots

Ginny Weasley y Harry Potter - One Shot.

Ginny Weasley y Harry Potter- One Shot.

Nos ubicamos justo al final de la batalla de Hogwarts, Harry ya derrotó a Voldemort. 

Ginny observó a Harry salir del Gran Comedor, estaba a punto de seguirlo, pero Hermione Granger se interpuso en su camino. Siguió con la mirada a Harry hasta que desapareció totalmente de su campo de visión, y luego se volvió a su amiga.

—Sé que quieres ir con Harry en este instante -dijo Hermione y colocó una mano en el hombro de la chica-. Pero no puedes, Gin. Él necesita un momento a solas, y lo sabes. 

Ginny suspiró, Hermione tenía razón. 

Ella había soportado más de seis meses apartada del amor de su vida, sabiendo que su vida peligraba en todo momento. Sabía que Harry era la única persona viva con la valentía suficiente para enfrentarse al que no debe ser nombrado, siempre lo supo. Pero ella odiaba aquella situación, tener que esperarlo sentado nunca había sido su fuerte, así que intentó rearmar el ED e intentó robar la espada de Gryffindor.

Ginny Weasley amaba a Harry Potter y esa era la razón por la cuál se había pasado casi todo el último año llorando y sin poder dormir. 

La pelirroja contuvo la respiración unos segundos y luego salió del Gran Comedor, dirigiéndose al lago, uno de sus lugares favoritos en Hogwarts. Como ella esperaba, estaba vacío. Se sentó a orillas del lago negro y cubrió su cara con sus manos, dejando lágrimas caer por sus mejillas. 

¿Qué por qué lloraba? La respuesta era muy simple: necesitaba a Harry. Necesitaba de su compañía, sus abrazos y sus besos. Necesitaba escuchar aquella risa tonta que él tenía y que la mirara como él sólo lo hacía. Aquel último año había sido muy difícil para ella, preocupada por Harry, su hermano y su amiga. No sabía como había hecho para sobrevivir. Ella solía dormirse llorando y despertarse gritando después de haber soñado que encontraban a alguien cercano a ella muerto. Por las barbas de Merlín. Ninguno de ellos merecía lo sucedido. 

— ¿Gin...? -murmuró una voz grave. Una voz que ella había extrañado. La voz de Harry. Ella levantó la mirada, para encontrarse con la de él, con lágrimas en sus ojos- ¿Qué sucede? ¿Estás bien?

La pelirroja había intentado disimular todos sus sentimientos por años. Ocultarlos debajo de aquella personalidad tan fuerte, tan sarcástica... tan Ginny. Se había prometido a si misma jamás romperse frente a alguien. Se había prometido a si misma ser fuerte.

Pero... ver a Harry allí parado, frente suyo, destruido igual que ella, provocó que todas esas promesas se vayan por la borda. Dejó que sus ojos se llenaran de lágrimas y negará con la cabeza. Harry se sentó a su lado y la abrazó. Ninguno dijo nada por un rato y Ginny sabía que Harry también lloraba. Sentía sus lágrimas. Ambos habían crecido ocultando sus sentimientos, haciéndose los fuertes. Ginny lo había hecho por su familia, sus hermanos. No podía parecer sensible y débil. Ella tenía que ser fuerte. Y Harry... bueno, Harry había crecido con un destino que no podía cambiar. No podía demostrar que no estaba listo. 

Sin embargo, cuando estaban juntos, ambos sabían que podían bajar aquellos muros que había construido a su alrededor. Allí, abrazados, dejando sus sentimientos salir a la luz, sin emitir palabras, por fin se sentían a salvo. 

—Lo siento -dijo Harry, interrumpiendo el silencio. Ginny levantó la mirada, sin entender de que hablaba el chico-. Lo siento Gin... por haberte dejado. Por haberte roto el corazón. Lamento no haber estado aquí este año contigo... Por las Barbas de Merlín, te he extrañado muchísimo.

Ginny sólo lo besó. Luego de unos segundos, se separaron. Ella limpió las lágrimas de las mejillas de Harry con cariño.

—Sé que no tenías opción -respondió ella, con la voz tomada del llanto-. No podía pedirte que te quedes. Yo lo sabía. Harry... yo... también te extrañé.

Harry sonrió de lado y la abrazó. Se quedaron así un rato largo. Ninguno emitía palabra, pero no hacía falta hacerlo. Estar juntos ya era suficiente para expresar todo lo que sentían el uno por el otro.

— ¿Ginny? -habló Harry, lo que provocó que ambos se miraran a los ojos. Aquellos ojos que Ginny tanto amaba, que en aquel momento brillaban con lágrimas amenazando con salir. 

—Si, ¿Harry? -preguntó ella, al ver que él no emitía palabra.

—Tengo algo que decirte. -La muchacha abrió los ojos, temerosa de lo que él podía decir. ¿Había estado con otra chica? Ella no lo culparía, fueron muchos meses separados... sin embargo, aquel pensamiento provocó que algo dentro de ella se rompa-. Algo que debí decirte hace mucho tiempo... Ginny yo... yo te amo. 

Ella sabía que era la primera vez en su vida que Harry emitía aquella palabra. Hermione le había dicho que jamás lo decía, ni siquiera a Ron o a Sirius. 

—Yo también te amo, Harry.

Harry juntó sus labios en un beso que Ginny sabía que tendría en su mente para siempre. 

Y allí fue cuando ella se dio cuenta que estaban bien.

Todo estaba bien.