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Viernes, 28 de septiembre



  ► Jongin 



Dormimos en el fondo de una tienda de juguetes, dentro de una sala que no tenía más de dos metros cuadrados. Arrastramos un colchón y dos almohadas que estaban en una vitrina de la pequeña tienda de muebles, que había en el piso de abajo. Creímos que nadie lo notaria.

A pesar del frío que hacia afuera, dentro del edificio hacía calor y era sofocante, gracias a los meses sin que nada fuese abierto. El aire viciado traía seguridad... Seguridad que hizo que durmiéramos desde la puesta de sol hasta la una de la tarde del día siguiente, que llego de manera discreta, sin que ninguno de los dos lo notara, gracias a las ventanas llenas de polvo y hollín, que impedían que gran parte de la luz entrara.

Como fui el primero en despertar, me limite a sentarme en la cama a esperar a que Kyungsoo despertara solo. Él parecía un niño, acostado en la cama, todo acurrucado. Cuando lo conocí, tenía el cabello largo y era más delgado, además de parecer que siempre estaba asustado. Después de un tiempo, ese miedo se fue, siendo sustituido por una ferviente determinación, que no conocía. Él se cortó el cabello diciendo que largo le molestaba, perdiendo gran parte de las facciones femeninas en ese proceso. Sin embargo, desde el principio, existía una cosa que nunca había cambiado: la mirada.

Kyungsoo poseía la mirada más fuerte y decidida que había visto. El iris de chocolate derretido parecía sacarte las ganas de decirle no, en cualquier discusión. El pequeño era lindo, no había como colocar otros términos, pero aun así... Había pasado por muchas cosas. El dolor había creado marcas visibles en su personalidad, moldeada a fuego. De todas las personas que conocí, él con seguridad era el que tenía más ganas de sobrevivir. Y el que más sufría con la nostalgia de como las cosas eran antes.

"Estaba pensando." Solo me di cuenta de que estaba despierto cuando escuche su voz, somnolienta, casi mañosa. "Ayer, dijiste que baje la guardia... Quiere decir que viste mi pelea con esa cosa... ¿Y no hiciste nada para ayudarme?"

"Sí." Me encogí de hombros, simple. "No voy a estar siempre para ponerme frente a ti. Y ella era fácil de matar. Yo ya había enfrentado a los otros solo. Merecía un descanso."

Si una mirada pudiera matar, yo habría caído duro y sin vida en ese momento. Kyungsoo abrió la boca para decir algo más, sin embargo cambio de idea al último segundo, volviendo a cerrarla.

"Olvídalo." El pequeño se sentó en la cama y comenzó a colocarse los zapatos, embozando una extraña resignación. "Entonces, ¿a dónde vamos?"

"No lo sé. Este era nuestro último norte. De aquí en adelante, creo que solo podemos hacer lo posible para mantenernos vivos. Pensando en eso, recomendaría salir de esta metrópolis en la que estamos metidos. Mayor población, mayor número de walkers." El pequeño concordó, poniéndose de pie, aunque aún estuviese restregándose los ojos. También me levante, colocándome la mochila en la espalda. "Si no queremos atraer a todos los muertos de la ciudad, tendremos que salir de aquí caminando. Los autos tienen más grande posibilidades de dejarnos en el medio del camino. No vale la pena arriesgarse, porque ya estamos en la periferia de la ciudad."

"No podemos ir por encima de los edificios, entonces... ¿Realmente iremos por las calles?" Balancee la cabeza. Parecía un suicidio, pero era la mejor opción que teníamos.

Reunimos nuestras cosas rápidamente, aunque no poseyéramos casi nada, y descendimos los tres pisos del pequeño shopping. Cuando llegamos a la salida de empleados, verificamos que no hubiéramos deja nada que nos fuera útil atrás. La gran verdad era que necesitábamos armas, pero tenía miedo de colocar una en las manos de Do y verlo dispara siempre que tropezara con cualquier walker. Atraeríamos problemas. El sonido los atraía.

Ya estábamos casi convencidos de que no habíamos dejado nada atrás, cuando voltee hacia una tienda, tomando un mapa de la región. Lo metí en mi bolsillo y giramos hacia la salida, abriéndola. Miramos a los dos lados del estacionamiento, meticulosamente. Nadie. Los portones de la entrada continuaban cerrados, pero no por mucho tiempo si la multitud de allí fuera consiguiese vernos.

Fuimos a la parte trasera del edificio, decidimos salir por encima del muro. Abrí el mapa.

"Estamos a cinco calles de los límites de la ciudad. Esta desemboca en una entrada... Llena de nada, hacia los dos lados. Vamos a meternos en la nada y seguiremos hasta encontrar un lugar relativamente seguro, de preferencia, antes de que anochezca. Adoraría tener un mejor plan, sin embargo... Es así como trabajábamos en Iraq... Con lo que teníamos." Kyungsoo asintió con la cabeza, un segundo antes de que guardara ese pedazo de papel. El chico de ojos grandes tenía un sentido de orientación tan bueno como un ciego en un tiroteo, por consecuencia, el responsable de los trayectos era siempre yo.

El pequeño me dio apoyo para subir el muro de casi tres metros y cuando me coloque encima de él, equilibre mi peso, manteniendo mis piernas hacia el otro lado del muro y tomando la mano de Do cuando salto. Tiré de él hacia arriba, volviendo a sentarme en una buena posición, mirando hacia abajo, localizando media docena de walkers estirando sus manos en mi dirección.

"Déjame adivinar, ¿tenemos que correr?" Kyungsoo preguntó, haciendo una expresión de quien ya había visto esa película un millón de veces.

"Sí. Correremos por cinco calles en esa dirección." Apunte al final de la larga calle, donde se podía ver algunos carros destruidos, mostrando el inicio de la entrada. "Y de allí, probablemente vamos a correr más. Ven."

Por suerte ellos eran lentos. Amenazadores en gran cantidad, pero normalmente, solos no eran la gran cosa. Con la confusión que Kyungsoo había causado el día anterior, la mayor parte de ellos estaban del otro lado de la calle o dentro del edificio. Tardarían en dispersarse. Si creían que estabas en tal lugar, eran incansables.

Me levante, caminando por el muro rápidamente hasta su final, para finalmente poder saltar encima de la carrocería de un carro, descendiendo por el capo. Mire por encima de mi hombro, viendo al pequeño hacer lo mismo, pocos segundos después. Ese grupo de mordedores no tardarían nada en seguirnos, entonces, nos limitaríamos a correr, sabiendo que el grupo de perseguidores aumentaría.

Cruzamos la calle, inevitablemente, chocamos con uno que otro que caminaban sin rumbo, hasta que nos vieron y decidieron que sería muy bueno una pausa para el almuerzo.

En el medio de la corrida, nosotros dos fuimos a los lados opuestos de la calle. El aire comenzaba a faltar, pero no teníamos como parar. Salte encima de un auto de policía incinerado y en el momento en el coloque el pie en el suelo me di cuenta de que estaba jodido. Un walker sin piernas agarro uno de mis tobillos. No sería un gran problema si no tuviese dos lo suficientemente cerca para alcanzarme antes de que pudiera darle una patada al del piso para soltarme. Aleje con las manos sus bocas y conseguí darle una patada en el estómago al otro, empujándolo hacia atrás.

El resto de la multitud se estaba acercando, haciendo que dosis de adrenalina corrieran por mi cuerpo. Tenía que salir de allí. Arroje el peso de mi cuerpo contra ellos, girando en una media luna, haciendo que me soltaran y yo cayera al suelo. Me levante a tiempo para correr de los primeros miembros de las decenas que estaban detrás de mí. Sentí algunas manos agarrando mi mochila, pero no consiguieron sujetarme. Yo no iba a morir allí.

Llegue a la pista después de unos 400 metros, viendo que Kyungsoo entraba en el medio de una multitud de carros en sus más variados niveles de devastación.

Lo alcance. Él hasta podía seguir corriendo, pero había aprendido en los últimos seis meses... Yo era infante de marina.

"¡Hay una cabaña, allí!" Él apuntó hacia una colina, unos tres kilómetros más adelante, donde una pequeña cabaña parecía aun intacta, encima de un claro, rodeada por árboles que perdían sus últimas hojas de tono marrón, indicando el final del otoño.

"Entonces descubrimos donde vamos a pasar la noche." 

Run Away [trad/kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora