Cumpliendo una promesa

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Naxy

Mi corazón bailaba de alegría a mil por hora, incluso mis ojos volvían a brillar como nunca, esta joven resplandeciente de esperanza, era de nuevo yo. Naxiely. De la emoción estuve presionando demás a mi tía Grace, se volvió mi cómplice y no le conto nada a nadie. Estaba en la enorme sala sentada leyendo el libro del Hobbit, mi tía se acerco, se sentó a un costado de mi lado derecho y me arrebato mi lectura.

— ¿Quieres saber porque te queremos tanto?

—Si —respondí, su pregunta me tomo por sorpresa, sus manos estaban algo temblorosas, sin duda estaba nerviosa.

—Cuando era muy pequeña, tu madre y tu padre se separaron, para apoyarla nos fuimos vivir a Querétaro, recién había terminado de estudiar la Normal para maestros, como sabes yo le llevo diez años de diferencia a tu madre.

Un momento la escuche bien.

— ¿Mis padres se separaron?

—Si, ellos tuvieron sus diferencias y por más de un año, tu mama vivió en Querétaro con nosotros, ella trabajaba mucho para que tu tuvieras lo necesario, le ofrecimos ayuda y la muy orgullosa no la quiso, dijo que ya era suficiente con darle hogar y que cuidáramos a la bebe ¿Entiendes? Yo te cuide desde que naciste. Ya tenía cinco años casada con mi esposo y aun no podíamos tener bebes y a la fecha nunca pudimos. Fuiste como una hija.

Me dio un abrazo y sus ojos brillaron supongo que de recuerdos, en su mente supongo que sigo siendo como una bebe.

—Caminaste a los nueve meses.

—Por eso casi no hay fotos mías de cuando era una bebe.

—Si las hay Naxy, yo tome muchísimas y las guarde, tu madre nunca las quiso, un día tu padre volvió, ya tenía una plaza de maestro en Celaya e incluso ya había conseguido una casa y la amueblo muy simple. Pues tu mama lo perdono Ese día se fueron todos y yo me quede llorando, me costó mucho aceptar que no eras mi bebe solo mi sobrina, desde entonces me prometí ayudarte en todo y hacerte feliz.

Sus lágrimas se escurrieron de sus ojos, debió ser difícil para ella. Me soltó, se seco las lagrimas con un pañuelo desechable que saco de su bolsa, no quería correr su maquillaje.

—Y si Diego te hace feliz, entonces iremos a buscarlo, desde que llegaste estas muy apagada y no quiero que te amargues por mi culpa —tomo su bolsa se ha hecho al hombro—, hoy mismo voy a comprar los boletos de avión para viajar lo antes posible a Querétaro —se puse de pie muy orgullosa y se marcho ignorando mis gritos.

—Tía, tía, le tengo pavor a las alturas.

Cerró la puerta y se marcho, me puse pálida, ella tenía razón si quería llegar rápido debíamos viajar en avión, estaba en shock meditando la idea de cómo calmarme.

—Suspira profundo.

El día se aproximaba, ya tenía mis maletas listas, y ahora que lo pienso estaban cargadas de calzado y ropa costosa además de bonita ¿me veré muy pretenciosa llegando con este tipo de ropa a ver a Diego?
Mi tío logro el cambio al campus de Querétaro, enviaron todos mis libros por paquetería, bueno no todos solo seleccione 50, no cabían mas en la caja. El viernes nos iríamos mi tía y yo, ella sería mi cómplice en todo esto. Las horas pasan tan rápido ayer era lunes, cuando estas ansiosa las horas son relativas, avanzan muy distinto para ti que para los demás.

Llego el día, subimos al auto, mi tío nos llevo al aeropuerto en su camioneta, baje, y mi tía se despidió con un beso muy apasionado, ellos se amaban ¡ojala mis padres se demostraran su amor de la misma manera que ellos lo hacen! Le dijimos adiós agitando la palma en el aire.

Despedida de ti #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora