MEMORIAS DE UN CRIMINÓLOGO

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He de reconocer que las obras que encontré en el Vaticano son impresionantes. Incluso, ya de por sí, la fachada es majestuosa.

Pero una de las cosas que mas curiosidad me dió, fue el hecho de que un guarda vigilaba y protegía una pequeña entrada a la cual nadie tenía acceso.

Ya se lo dije a mi padre, he venido de vacaciones y quiero ver y presenciar todos los sitios que pueda a toda costa. Así que esa puerta iba a traspasarla si o si.

Aproveché el momento en que la gente se aglomeraba a gran velocidad, con lo cual el guarda dejó su puesto por unos segundos para dirigir a las personas, y fue ahí cuando pude pasar por esa puerta.

Acabé arrepintiéndome, porque al atravesar la puerta caí unos cuantos metros estampándome de morros contra el suelo. Lo que no sé es como no me abrí la cabeza y no morí en esos momentos.

Lo describí segundos más tarde, cuando mi visión volvió a la normalidad. Al parecer, algo amortiguó mi caída, y para mi sorpresa, fueron nada mas y nada menos que vísceras, intestinos y órganos, que a priori parecían humanos.

Al principio me asusté, pero eso no detuvo mi curiosidad de examinar aquel lugar.

Estuve un buen rato andando por esos largos pasillos pedregosos, observando la cantidad de cadáveres que habitaban en esas oscuras y lúgubres celdas. Todos ellos, aunque no lo parezca, tenían o al menos a mi me lo parecía, caras de desesperación, como si hubieran visto algún fantasma.

Llegué a la que parecía la última celda, y para mi sorpresa, esta era la única que estaba abierta. Claramente entré, y examinándola por un buen rato, encontré un pequeño diario de notas.

No me lo podía creer. ¡Era el diario de notas del gran Rafael! ¿Que hacía  una joya histórica y de gran valor en un lugar como este? -pensé.

Empecé a ojearlo, y me interesó bastante unas cuantas hojas sobre el asesinato de Botticelli y Leonardo Da Vinci. La manera en la que fueron asesinados imitando a alguna de sus obras. Las extrañas circunstancias que se dieron para llevar a cabo los crímenes...

Pero lo que mas me sorprendió, fue la parte final en la que describe como en una celda de no sabe que lugar, este mismo fue asesinado.

-Espera un momento -pensé.

En cuestión de segundos caí en la cuenta de que el lugar que estaba describiendo Rafael era el mismo en el que me encontraba en estos momentos.

Continué leyendo, y acabé perturbado por lo que seguía. Al parecer este tuvo un encuentro con un demonio. Si, así es, un demonio fue lo que acabó con la vida de este genio, al igual que con Botticelli y Leonardo.

Sé que suena difícil de creer, pero no tengo motivo alguno para no creer las historias de este. Además tendría sentido. Con la enorme fuerza que poseen, son capaces de atar y colgar a Botticelli de la forma en la que lo hicieron. Y por otro lado, también pueden alcanzar lugares muy altos con sus alas, por eso este se adentró en la mansión por la parte mas alta de la ventana, así nadie lo descubriría.

Se podría decir que el caso estaba resuelto, pero no me quedaba tranquilo solo con eso, parecía demasiado fácil. Había algo que no terminaba de convencerme.

-¿Por qué hay un demonio debajo del Vaticano? Suena contradictorio ¿verdad?

Me gustaría saber que relación guarda la iglesia con el hecho de que esta tenga demonios dentro de ella. No logro explicármelo.

De pronto, empecé a sentir como el aire empezaba a enfriarse rápidamente. Ante esto me giré y la criatura que Rafael describía en sus notas clavó sus afiladas garras en mi pecho destrozándolo, me miró con esos intimidantes ojos y caí al suelo prácticamente muerto, mientras me desangraba. Posteriormente, este ser empezó a morder y tragar mis intestinos, como si de gominolas se trataran hasta que fallecí.

Las dudas quedaron resueltas, los demonios existen, pero nadie va a seguir con vida para poder contarlo y confirmarlo, ya que la única prueba de esto es el diario de Rafael, y la maldición que este posee impide poder revelar este secreto- pensé en mis últimos segundos de vida.

Todo aquel que se cruce con este diario acabará siendo asesinado por estos seres, que al parecer la iglesia protege como si se tratasen de sus hijos.

                                                                                                                                                          punk-adrian: 20 de junio de 2017