Capitulo 8

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-Tienes que decirle a Erin que Marianne se fue - Dijo Kerem.

-Yo lo se.

Caminé hacia su escuela. Tomé mi cabello con fuerza intentando que mi cabeza maquinara una manera de decirlr que Marianne no estaba más con nosotros.

Cuando llegué pude ver a un grupo de niños aproximandose y Erin. Con una sonrisa. Sabía que vería a Mariannne hoy. Pero ahora ¿Como iba a explicarle que se había ido sin despedirse de él?

A lo lejos vi que me saludaba.

-Ali, ¿Como está Marianne?

Se me hizo un nudo en la garganta.

-Mi amor, Marianne ya no está con nosotros.

-¿A donde fue?

No pude detener mis lágrimas. Enterré las palmas de mis manos en los ojos.

-¿Donde está Marianne?- Preguntó con tristeza.

-Con mamá en el cielo -Dije con la voz temblorosa.

Los ojos de Erin se llenaron de lágrimas. Tuve que abrazarlo con fuerza para que supiera que me dolía tanto como a él.

Apartó los brazos de su cuerpo y me dijo :

-Al menos, tendremos a dos ángeles en el cielo -Dijo aún con lágrimas en sus ojos.

Y entonces entendí, que no importaba su edad. Él era más fuerte que yo.

Nos fuimos a casa. Y allí lloramos hasta que Erim se quedó dormido.

Después de eso me levanté y fui al cuarto de Marianne, todo estaba intacto, hasta que noté algo que llamó mi atención.

Pequeñas gotas de sangre en la alfombra. El mensaje era claro, alguien había estado ahí.

Esto no se quedaría así.

Llamé a Kerem para que cuidara de Erim. No esperé mucho cuando Kerem llamó a mi puerta.

-Se puede saber ¿a dónde vas?

-Solo cuida a Erim. -Dije y me aproximé a la puerta.

Estaba tan enfadada. Sabía que Black había sido y quería comprobarlo.

Caminé, a cada paso que daba mi furia era cada vez más grande. Cuando llegué al bar entré directamente a su oficina. Estaba hablando por teléfono. Pero pude comprobar mis sospechas. En el lado izquierdo de su cara tenía dos líneas de un color rojizo.

-Espera un momento -Dijo tengo algo que atender.

Colgó su teléfono y me miró.

-¿Qué se te ofrece querida?

-¿Como te hiciste esas heridas? -Dije conteniendo toda la furia que por dentro me quemaba.

-Soy un hombre de negocios.

-Eres un asesino.

Black sonrió de manera maliciosa.Golpee las manos contra el escritorio.

-Voy a demandarte hijo de puta. -Dije entre dientes

-¿Cuanto tiempo crees tú que estaría en la carcel con todo mi poder y mi dinero? -Su maldita sonrisa se hacía cada vez más grande. Estaba logrando su cometido, quería sacarme de mis casillas.

-Tengo suficientes pruebas

-Y yo me estoy pudriendo en dinero. No podrás hacer nada.

Respiré profundamente. Sentí que por un momento rompería en llanto.

-Pero tienes una muy buena oportunidad, -Continuó diciendo - Puedes trabajar para mi. Puedes dar, y darte la vida que nunca creiste tener.

Tragué saliva. Pensé en Erin. Es que si no aceptaba él sería el siguiente, y no podía permitir eso.

-¿Qué es lo que tengo que hacer? -Dije apretando mi mandíbula.

Inmediatamente sus ojos brillaron. Una sonrisa iluminó su rostro.

-Esa es la actitud. Es un trabajo sencillo, complacer al cliente en todo sentido. -Black dijo esto como si acostarse con desconocidos fuera realmente sencillo.

Creo que vió mi inexpresivo rostro que siguió hablando.

-La paga es buena, se te pagará exactamente la mitad de lo que tus clientes den. No tendrás riesgos, nuestros clientes están limpios...

Black siguió hablando. Pero no importaba. Ya tenía mi alma, mi cuerpo y mi dignidad.

En busca de venganzaWhere stories live. Discover now