No está Bona y aún así no se detiene el tiempo.
Crecen las olas y Benito aprieta su pecho maltrecho, mira a Bon con la impotencia de un grano de arena soñando con ser la playa entera.
—No sabe nadar.
Ante eso Bon solo puede negar y suspirar más fuerte que la tormenta retorciendo el cielo negro.
—No sabes nada.
Y tras esas palabras Bon corre al mar abierto, sus violentas olas lo reciben con los brazos abiertos y en un parpadeo lo devoran.
Benito se queda en la orilla, con la garganta seca y los ojos mojados.
Las emociones arden en su pecho como un hielo muerto.
No sabe qué es ese inexplicable miedo que está sintiendo.
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Nada más que nosotros
Historia Corta❝Llegaron hechos un huracán y arrasaron con todo el lugar❞ Créditos al respectivo creador o creadora de la ilustración.