Capítulo 38.

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Después de velarlo, lo llevamos al panteón. A él lo llevaban en una camioneta negra, de las que utilizan para llevar los ataúdes.

La mamá de Alonso, sus hermanos, mi mamá, mi hermana y yo, íbamos en el auto de mamá. Los chicos en otro y así la demás gente.

Hasta que estuvimos todos en el lugar en donde lo enterrarian, comenzaron a despedirse, primero algunos amigos, el chico que trabajaba con él, Alan, Bryan y Gustavo.

Hasta el final, se despidió mi mamá y mi hermana, después sus hermanos y su mamá.
Yo quise ser el último.
Me acerqué al ataúd, no podía decir alguna palabra, simplemente comencé a llorar. Le deje una rosa blanca encima, y los hombres empezaron a bajarlo, hasta dejarlo tres metros bajo tierra.

Empezaron a tirar tierra encima de él, después colocaron una lápida, en donde venia su nombre, fecha de nacimiento y fecha de muerte.

Su mamá dejo unas pequeñas flores encima de la pálida y una pequeña veladora.

Todos nos fuimos a nuestras casas. Estábamos tristes, que no queríamos hablar.

Mamá acompaño a la señora Columba a su casa, a que se recostara un poco, al igual que los niños. Después fui y les hice compañía junto con mamá.

Intentamos que comieran, pero no querían, ni Braulio. 
Había perdido una vez a mi amigo y ahora lo vuelvo a perder. 

"Mejores amigos."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora