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Narra Tobías

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Narra Tobías

Cuando realmente deseas con todas tus fuerzas que el tiempo se detenga, aunque sea sólo un momento, más rápido transcurren los sucesos. El sábado llegó en un abrir y cerrar de ojos. Sin dudas, esta había sido la mejor semana de nuestras vidas.

Flashback

Liz besó suavemente mi mejilla y todo mi ser se estremeció.

-¿Esto quiere decir que podremos ser amigos? Pregunté ilusionado con la idea.
-Podría ser una linda manera de empezar de nuevo, cariño. Sonrió y se encaminó hacia la fogata.

Corrí rápido para alcanzarla y caminé a su lado en completo silencio. Los muchachos seguían jugando a verdad o reto, pero yo ya sentía mucho cansancio y ganas de recostarme a descansar. Mañana sería un nuevo día, una nueva oportunidad para seguir afianzando una hermosa amistad con mi pequeña.

-Si me disculpan, amigos, la tienda me está llamando. Bromeé
-¡Que tengas dulces sueños! Liz me regaló una sonrisa tierna, le devolví el gesto y me metí a la carpa.

Me acosté allí mirando el techo de la misma y los pensamientos volaban por mi mente, tantos recuerdos aparecían como una película. Suspiré. De repente, alguien comenzó a abrir el cierre para ingresar, y mi corazón se aceleró de tan solo pensar que podría ser mi Liz. Pero para mi sorpresa Sam apareció allí.

-¿Puedo? Inquirió dudoso. -O duermo contigo, o duermo entre Derek y Markus, y créeme, eso no es nada agradable. Torció la boca y yo comencé a reír.
-Por supuesto, Sam. Hay lugar de sobra aquí. Sonrió e ingresó rápidamente.

Se dispuso a estirar su bolsa de dormir y todas sus pertenencias dentro de la tienda, yo sólo observaba. Cuando terminó con todo se sentó sobre las mantas y me miró.

-Siento mucho el haberte golpeado, Tobías. Dijo sincero.
-No, no es nada Sam. Le resté importancia. -Yo me comporté como todo un idiota con Liz. La desesperación que sentí al verla con su novio, tan feliz, y al saber que había llegado tan tarde.. Suspiré. -Fue algo muy frustrante, ¿sabes? Bajé la mirada hacia mis manos, que se encontraban apoyadas en mis piernas.
-Y no te culpo, amigo. No imagino lo que ha de ser estar en tus zapatos.
-No me mal interpreten, por favor. De verdad solo quiero recuperar por lo menos su amistad. Necesito saber que mi viaje no fue en vano. Necesito poder estar cerca suyo, y compartir con ella sus sonrisas.. Aunque no sea yo quien las provoque. Confesé.

Sam me dió una palmadas en el hombro y sonrió.

-Nunca renuncies a tus sueños, Tobías. Y yo me quedé petrificado con sus palabras. -Ahora tampoco renuncies, y vamos a dormir por favor. El alcohol me hace hablar de más.

Más que un Sueño [#1 EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora