Capítulo 13

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Bueno, se supone que le iban a dar una buena noticia a Lexa, en realidad a medias, habían cancelado esa especie de compromiso raro, pero seguían estando juntas y cerrando heridas. Se habrían dado cuenta de que Eliza no habría dormido en el piso, sus madres son muy madrugadoras, así que era obvio que deducirían con quien había dormido.

Alycia estaba nerviosa, habían salido al pasillo para enfrentar, desayunar o lo que diera lugar en familia. Sí, también había que sanar heridas una vez más con su tía ojiverde y seguramente ésta sacaría el tema de su padre, ya se sabe el dicho "donde hay confianza da asco" y la familia es más metiche que la vecina cotilla. Hulkisexual clítoris sucubico cavernícola gata salvaje Woods, miró a Alycia mientras introducía las llaves en la puerta:

- ¿Preparada?

Preguntó antes de abrir, Alycia asintió y cogió aire, en realidad no estaba preparada, pero que remedio. No había terminado de abrir la puerta cuando la ojiverde se vio obligada a agacharse y cerrar la puerta para usarla como escudo porque una zapatilla salió volando a su dirección:

- No Eli, no estoy preparada.

Tenía la mano en el pomo de la puerta y respirando entrecortadamente, en el trayecto de esa zapatilla voladora había visto su vida pasar, no quería que se le dañara su precioso rostro, podrían darle tregua. Eliza no vio mucho cuando abrió la puerta pasó muy deprisa:

- ¿Clarke te ha tirado la zapatilla? - preguntó extraña- si fue la que "mejor" lo encajó.

Alycia negó con la cabeza:

- No, ha fallado, ha sido Lexa.

- ¿por qué no desayunamos en la cafetería de la agencia? - Miró la puerta que se interponía entre sus madres y ella- tengo que entrar a por mí placa y mi arma.

Alycia se puso a un lateral, lejos de la visión de cualquier suegra encolerizada y apretó los puños:

- Mucho ánimo mi vida, yo- tragó saliva- te espero aquí.

- ¿así es como vas a cubrirme las espaldas siempre?

La ojiverde negó con la cabeza:

- Prefiero interponerme en el camino de una bala que lleve tu nombre, pero enfrentarme a mi suegra, lo siento cariño, pero estás sola en esta misión, tú puedes, eres una gran agente del FBI- comenzó a caminar por el pasillo dirección al ascensor dejando boquiabierta a la ojiazul- voy encendiendo el motor del coche.

- COBARDE.

Vociferó mientras observaba como Alycia corría hasta la puerta de los ascensores. Eliza miró la puerta se santiguó, primero llevándose la mano a la frente, al abdomen, a los hombros y culminó con un beso mientras pensaba exageradamente "diosito lindo, que salga con vida de esta" cuando abrió la puerta lo hizo con una mano en la cabeza y la zapatilla que recogió en la otra, por si se veía obligada a contraatacar. Sin embargo, se encontró con otra visión muy diferente:

- Te parece bonito- decía Clarke entre zapatillazo y zapatillazo a Lexa, que se cubría- ¿quieres dejar a las niñas? Tienen pelos en el coño para arreglar sus diferencias.

- Clarke ay, la niña ay, paga ay, un alquiler ay- le quitó la zapatilla a su mujer y se levantó para plantarla cara- que duerma en su casa- le amenazó con la zapatilla- a ver si voy a ser yo quien te castigue niña mala.

Clarke puso cara picarona, ya se le notaba las arrugas de gallo, la edad no perdona. Con voz melosa puso pose de inocente, con las manos en la espalda y balanceándose de un lado para el otro en plan niña infantil:

- Ya te gustaría darme unos azotes golfita.

Eliza dejó a un lado la zapatilla de Lexa y fue hasta la cocina, donde se encontró a su hermano con mala cara, despeinado y... solo le faltó chutarse el café. La ojiazul frunció el ceño mirando una vez más a sus madres, habían pasado de darse zapatillazos a estar melosas y diciéndose "piropos":

Alto FBI: Nueva generación Parte 2Where stories live. Discover now