La Extraña Muerte.

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"Juro que estoy diciendo la verdad".

"Pues no lo parece" Repuso el policía rodeando la mesa donde se encontraba sentado Randall.

"Ni siquiera sabía que había muerto... yo estaba ensayando..."

"Basta. Todos los de la colonia saben que tu familia estaba fuertemente unida con Dave."

"Pues claro..." El chico comenzaba a sentirse mareado. "Era nuestro vecino, a veces nos hacíamos favores"

"¿Pero qué clase de favores? ¿Incitarle a chocar su auto contra una casa?"

"Ese no fue nuestro problema, el señor Dave ya estaba muy grande y pudo haber tenido un infarto mientras manejaba, ¿yo que voy a saber?, mis padres le hablaban pero yo no".

El policía seguía caminando mientras dedicaba una fuerte mirada al "supuesto cómplice de la muerte de Dave" cuando pasaba por detrás de la silla. Había algo que no cuadraba dentro de los hechos y de las supuestas pruebas, pero hubiera dado todo con tal de detener a aquella familia.

"Puede que no quieras decirnos nada por temor a haber cometido un delito, pero si te arrepientes y decides decir la verdad te invito a que vengas y me lo cuentes; mientras habla a tus padres, quiero hablar con ellos de la misma manera".

El joven se levantó algo agitado, y al avanzar tropezó con la pata de la mesa, con lo cual no cayó pero lo hizo quedar más en ridículo de lo que ya estaba. Con una completa furia al salir azotó la puerta de aquel salón interrogatorio y avanzó por un pasillo largo con una mujer policía pisándole los talones. Lo condujo hacia una sala de espera donde sus padres se levantaron de los asientos rotos y descuidados y fueron hacia él con intención de abrazarlo, como si no lo hubieran visto por meses. Sin embargo, él se apartó, estaba de malas y no pensaba recibir cariño de nadie.

"Randall..." Lo llamó su padre. "¿Te ha sucedido algo ahí dentro? Estás muy pálido".

"No..." Respondió éste mirando al suelo. "Pero esos sujetos creen que nosotros fuimos los culpables de la muerte del señor Dave..."

Su madre, que estaba aún esposada emitió un extraño gemido y se inclinó hacia adelante, había comenzado a llorar y las lágrimas caían por su mejilla hasta parar al suelo. Desde que su padre había muerto no había vuelto a tolerar la muerte de algún cercano, aunque no fuera familiar.

"Tranquíla..." Comenzó a decir Ben, el padre, mientras le tocaba la espalda cubierta por su traje de dormir. Aún así, aunque hubieran cometido algún delito no tendrían por qué haberlos sacado de esa manera, pero, los policías de aquel lugar eran un tanto especiales.

"¿Cómo pudo morir? ¿Y cómo es que nosotros tenemos algo que ver...?" Entonces paró de llorar y miró a Ben con un gesto de terrible miedo. "¿Acaso creen... que nosotros lo matamos?"

Randall y Ben, que aún se mantenían serenos se limitaron a mirarse, el muchacho ya sabía que en realidad los acusaban de cómplices y no tardó en platicarselo a sus padres para que no perdieran la cabeza.

"Me dijo el oficial Kennedy que es su turno de ir a platicar su versión de lo que pasó... y lo sé, no tuvimos nada que ver y traté de dejárselo claro, pero no parará hasta encontrar a quién acusar, lo noté en su mirada".

2

Mientras tanto, tiempo antes de que ellos llegaran a la comisaría, el oficial Kennedy había revisado el expediente de aquel señor encontrado encima de un árbol. Al parecer no tenía nada de especial, excepto que al revisar el otro documento de su necropsia se enteró de que tenía extrañas marcas en el cuello, brazos, estómago y piernas... un raro símbolo que su mente le decía a gritos que lo había visto ya muchas veces... pero claro, no tenía por qué estar pensando en eso, debía revisar otras cosas y no meterse en ese tipo de asuntos personales que solo el difunto sabía para qué servían... ¿y si era un tipo de ritual que hacía hacia el diablo?

EL OJO [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora