Más que Amistad.

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1

Sonia Bennet, la chica menos popular del colegio (a comparación con su hermano), se levantó a las cuatro de la madrugada sudando y jadeando. Desde el viernes había tenido extraños sueños en donde su mejor amigo Randall estaba implicado, al parecer en uno de ellos el muchacho había ofrecido su brazo para un corte con una navaja gigante, y su sangre se había revolcado junto con un extraño símbolo hecho de tierra. Y ella estaba segura de que ya había visto tal figura en un lugar... pero había otras cosas que le perturbaban más que cualquier otro suceso creado por su mente al dormir. ¿Pudo haber hecho algo para que el señor no muriera en tan misteriosa situación? ¿Advertirle que estaba a punto de chocar con un poste que en realidad nunca estuvo ahí?

Recorrió con la mirada su habitación como si buscara a un intruso que se hubiera metido por la ventana y se volvió a tapar con las cobijas. En una hora más sonaría el despertador y tendría que ir al instituto, que le quedaba a menos de cinco cuadras a la derecha.

El fin de semana estuvo en la delegación revelando todo lo que había visto y extrañamente en ese momento sentía que todo había sido imposible. Usaba gafas con poco aumento y trató de convencerse de que había una coladera abierta o algo para que las llantas rebotaran y pareciera una colisión. Pero al igual que lo que había pasado, ese pensamiento le resultaba patético, solo para ocultar la realidad. La parte delantera se había partido por la mitad... hubiera apostado hasta su cabeza por ello.

Pero decidiendo a olvidar todo cerró los ojos con fuerza hasta que varias lagrimas pequeñas le rodearon los párpados. Al fin de diez minutos tratando de dejar su mente en blanco se quedó profundamente dormida.

2

Aún no salía el sol pero el despertador estaba sonando sin parar. Con una mano le pegó muy fuerte al aparato negro y éste se calló por completo.

Al levantarse sintió pegajoso el cuerpo, era obvio que sudó mientras dormía, y por primera vez en esas dos noches no tuvo ningún sueño extraño, así que lo atribuyó al calor que hacía en su habitación, o a las cobijas súper gruesas.

Después de una sesión de baño rápido se puso a buscar ropa en su cajón y no tardó mas que media hora probándose blusas al azar. Y mientras se miraba en el espejo se preguntó por qué los chicos de la escuela nunca le habían dicho que era atractiva, o por lo menos que se veían bien ese día... y recordó de pronto que cuando conoció a Randall, éste le había dicho que le encantaba como se vestía, ya que no era como las demás mujeres de la escuela que lucían sus minifaldas o sus blusas escotadas, ella respondió con una sonrisa y entablaron una conversación corta y divertida en ese pequeño receso entre clases...

3

... Acomodó algunos libros en su casillero y metió otros cuantos en su mochila, que estaba a reventar por tantas materias que tenía en tan pocas horas.

Caminó con apuro al aula de Física I y antes de entrar recordó que había dejado una pluma en unos asientos del pequeño parque de atrás. Y si no hubiera sido por ese simple objeto entonces ahora mismo estaría completamente sola, nadie le escucharía sus extrañas anécdotas de cuando era chica o le alabaría sus dibujos y pinturas que tanto tiempo se tardaba en hacer.

"¿Esto es tuyo?" Preguntó un sujeto blanco, con poca barba, cabello un poco corto, nariz afilada, y con una camiseta de los Gun's n Roses. Apuntó con una pluma negra con el nombre de Sonia grabado en letras doradas hacia la chica.

Ésta, ruborizada y a la vez confundida asintió y la tomó, pero antes de dar la vuelta sin siquiera dar las gracias el chico lo tomó por una parte de la blusa, o más bien playera, lo recordaba perfectamente, y ella dio un brinco de susto.

"¿Por qué tan deprisa? Quédate a platicar un rato" Y si no hubiera sido por la vaga sonrisa que esbozó el muchacho (y que Sonia conocía muy bien ya que demostraba soledad o timidez) se sentó a su lado tratando de esquivar sus miradas penetrantes.

"Gracias, por cierto..." Dijo ella agitando la pluma, y tratando de hacer tema de conversación habló de nuevo. "Me la trajo mi padre de uno de sus viajes a parís, hace poco".

"Claro" Repuso el muchacho mirándole los finos labios. "Yo también me regresaría por ella si fuera tan importante..." Se avergonzó de momento. "La he tomado porque según yo te conocía, creía que ibas conmigo en Artes, así que tu nombre me sonó fami..."

"¡SÍ!" Chilló emocionada tratando de entrar en un tema fácil para ella. "Amo las artes... perdón si te asusté..."

"No es nada, continúa".

"Desde muy chica recuerdo que creé varios dibujos del rostro de cada familiar que tengo, mis tías me pedían a gritos que les hiciera más y más, y hasta me llevaban las fotos de sus parientes para que los enmarcaran... la verdad nunca pensé que fueran tan buenos, pero es genial que le gusten a la gente..."

"Muéstrame uno" Pidió él mientras trataba de esquivar la mirada de la chica, que en cierto punto era de emoción.

"Creo que traigo el de mi perro por aquí..." Buscó en su mochila un folder algo descuidado, y extrajo una hoja marquilla cortada de tal manera que parecía un margen de olas puntiagudas. "Se llama Freddy"

El chico se quedó pasmado al ver el dibujo, parecía una fotografía real de un perro pastor alemán sacando la lengua y mirando hacia arriba y a la derecha, su pelaje café era tan realista que quiso posar sus dedos para acariciarlo.

"Ya veo por qué te piden que hagas esto, es impresionante... ¡Quiero uno!"

Ella, algo encantada asintió y un brillo de confianza le atravesó los ojos.

"Pues dame una foto tuya..."

"Jajaja, no suelo llevar fotos mías en el bolsillo, pero si quieres te traigo una quizás la próxima semana, debo tomármela..."

"Sí, claro, no hay prisa..."

Y hubo un pequeño silencio incómodo, la chica tuvo la idea de ir a ver si ya había comenzado la clase pero le pareció absurda al ver la calma del chico que había subido el pie izquierdo en la pierna derecha.

"Me gusta como te vistes..." Dijo estirando los brazos por la cabecera de la silla "Es diferente... esos jeans se ven mejor que las minifaldas que usan la mayoría de chicas en la escuela... y esa playera de Anthrax te hace ver ruda, no como las demás, todas escotadas..."

Ella sonrió, y supo que había comenzado una nueva amistad.

"También la tuya es genial, ese álbum me gusta mucho" Señaló el logo impreso en la tela de Appetite for Destruction...

"Gracias... y... bueno yo sé que te llamas Sonia, pero ¿tú sabes cómo me llamo?"

La chica negó con la cabeza dispuesto a escuchar.

"Soy Randall Smith... encantado".

4

Sonia volvió a la realidad, se había quedado recordando dicha escena magnífica en su vida mirando fijamente al espejo, pero tuvo que darse prisa, no quería llegar tarde.

En el trayecto tuvo que correr para alcanzar a llegar a Psicología, y el autobús escolar estaba deteniéndose lentamente en el estacionamiento. Entonces no había por que acelerarse,  aún tenía poco tiempo de sobra.

5

Y dentro de ese autobús amarillo, gigante y algo estropeado, iba Randall, que por un pelito estuvo a punto de irse caminando.

EL OJO [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora