Capitulo 5

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No se que paso después, mis ojos se abrieron de golpe sin sentir los labios de John. Estaba de nuevo sentada en el fuego de la chimenea, mi tía continuaba la platica sobre mi madre que estaba por trabajar y yo entrar a la escuela.... mantuve la calma sosteniendo la misma tasa de te en mis manos... ¿un momento? ¿¡acaso fue...!? ¡no! ¡fue un sueño! ¡no puede ser! Todo este tiempo me quedé dormida, mire el reloj que pasaron 30 minutos... fueron los minutos más placenteros de mi, todo ese sexy sueño tan solo mi mente lo imagino... sentía una tristeza en mi fondo de mi corazón, se quebraba demasiado y busqué la forma de no llorar por ser tan infantil y creer en un amor así de perfecto. ¿Acaso John me tirar así de enamorada? Mire el techo queriendo recordar ese sueño de nuevo, pero se esfumaba lentamente.
Al dar un suspiro largo mirando mi teléfono que tenía mensajes de Claude decidí responder a ellos diciéndole que estaba bien y que después le hablaba. Sinceramente estaba convendida y sorprendida por todo esto, nunca tuve tales sueños reales. En medio de mis pensamientos mi tía me habló haciendo que respondiera nerviosa.
Durante la platica, vi que la puerta se abrió... si, quien estaba en ella era mi John, haciendo que una sonrisa se me postrara de oreja a oreja en mi cara, me levante y corrí hasta el sin pensarlo dos veces, lo abrace fuerte poniendo mis manos en su cuello pegándolo a mi que sintiera mi cuerpo, mi aroma, hacer que gozará mi perfume, mis uñas sobre su pelo, tuve que ponerme de puntas para añacanzarlo bien ya que estaba muy alto. En medio de este momento tan romántico escuche su voz ronca que me hacía temblar de nuevo y aunque el encuentro fue bonito quice quedarme con el de mi sueño.

-¿estás lista? -pregunta antes de separarme un poco de él.

-siempre para ti -dije muy feliz.

Me separe de John debido que olvidé que estaba mi tía, así que sentí un cálido beso en mi mejilla al hacerlo dejandome ruborizada.

-adiós mama al rato llegamos. -abraza a mi tía.

-sí hijo, cuida a tu prima.

-siempre -dijo tomándome de la mano y viéndome a mis ojos eso hizo que me pusiera nerviosa.

-adiós tía -dije extendiendo mi mano.

-si mi Reyna.

Después de eso John me llevo a su carro y comenzó a conducir haciendo que me quedara nerviosa pero busque la forma de estar tranquila, ya que jamas me había pasado esto.

-¿a donde vamos? -dije abrazándolo de su brazo.

-pues no lo se ya vere, tú tranquila.

No dije nada asentí con una sonrisa sin dejarlo de ver. En el camino  mientras John en momentos volteaba a verme, para no chocar y me daba su mejor risa sexy que pudiera tener este hombre, me fascina, es increíble, si es mi primo... pero  siento que tendremos una conexión más profunda tanto que siempre que lo veo mi tristeza de a ver dejado mi vida se esfuma dejando solo felicidad.

-¿tienes hambre? -pregunta John tomándome de la mano.

-si, ya son las 4 -dije riéndome un poco.

-que bueno que tengas hambre, conozco un lugar romántico mi amor.

Me sonroje demasiado cuando me dijo 'mí amor' sentí tan lindo, mi corazón bombeaba más y más de la  felicidad, quería gritar por la ventana de auto pero solo  lo abrace con todas mis fuerzas dándole mi cariño, el hizo lo mismo con su mano libre. En ese momento pensé  (no quería que terminara este día) me quede viéndolo fijamente mientras sus ojos brillaban por el reflejo de la luz estando atento al camino, cuando nos detuvimos en un semáforo tome su cara con mi mano haciéndolo que me viera tambien. En ese instante la adrenalina se apodero de mi, de nuevo mi corazón latía demasiado rápido y solo me ponía tan nerviosa por la forma que me miraba tan controlador, como si tuviera la calma de su parte y yo la locura. Sin perder el tiempo me acerque a el lentamente hasta lograr pegar mis labios con los de el, de nuevo mi boca comenzo a saborear sus labios con tanto deseo, empecé lento mis movimientos tanto que encajaban tan perfecto con los de John que sentía una excitación en medio de mis piernas,  no se porque me sentía mojada solo movi mis piernas lentamente y use mis manos para acariciar su rostro, cerraba mis piernas una y otra vez para controlar esta excitación. Aunque todo iba tan romántico, escuchamos  que un auto nos pito haciendo que nuestros kabios se despegaran de golpe, John condujo otra soltando una risa conmigo hasta que llegamos a un restaurante. cuando entramos un mesero muy amable nos llevó a nuestra mesa.

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