Capitulo 8

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Sin duda tuve la mejor mañana, en el camino estuve abrazando en ratos a John, sentía sus brazos grandes y bien formados junto a su calor rodear cada parte de mi ser a tal punto que  no quería que esto acabara. El desayuno que tuve con el fue tan romántico aunque quede incmoda por esa pregunta que hice y ver su reacción me hizo saber que aun sigue deprimdo... no lo se... pero sin duda espero volver a repetirlo y esta vez ser más cuidadosa con lo que haga hasta tener su confianza. Cuando llegamos ambos nos0 miramos a los ojos y aunque John se notaba cansado buscaba la manera de ser fuerte, estuve preocupada por que no podía entrar más en el y saber que dolor lo aflige, así que solo lo abrace dándole mi apoyo.

-bueno aquí te dejo -responde John rompiendo el silencio.

-no, déjame quedarme contigo -dije tomando su mano mirándolo a los ojos.

-me encantaría pero será después.

-¿cuando?

-quiza en la noche venga.

-¿te espero?

-deberias dormir, por lo que oi el lunes empieza tus clases.

-entonces déjame disfrutar el día contigo.

-si me desocupo pronto, vendre. -toma mis manos.

-te mandare mensaje.

-encantado de que sea así. -me sonríe.

-ven aquí -dije tomándolo de su cara.

Acerqué esos labios perfectos a los míos besándolo apasionadamente, saboreando cada parte de él, podía sentir sus labios moverse tan bien que gozaba el momento más y más a tal punto que la excitacion de nuevo recorria mi cuerpo sintiendo mi corazón latir de nuevo rápido y sin poder olvidar su sabor tan intenso que desprendía sus labios.

-entra que nos van a ver -decía John entre besos.

-solo... un poco más... -respondi tomándolo de su rostro.

Di mi último beso para después separarme de él abrazandolo fuerte, cuando estaba por salir del auto sentí su mano grande y calida voltee a verlo una vez más y sus ojos reflejaban una luz intensa color carmesí oscuro, solo me quedé quieta sin saber que hacer, solo mi mano la relaje pero mi demás cuerpo temblaban sobre todo por que su cabello desprendía un brillo intenso golpeado por el aire que salia de la ventana, sus labios carnosos humectados, su aliento fresco pegar mi cara, su voz tan gruesa agitar mi cabeza me dejaban sin aire, dejandome con la incognita de saber que pasara por su cabeza cuando esta conmigo... o que pensara si esto que hacemos esta bien...

-¿querías decirme algo? -pregunto mirándolo a sus ojos.

-solo... -abre sus labios... -te voy a extrañar -me sonríe.

-también yo a ti. -respondi moviendo mi cabello saliendo del auto.

Me metí a la casa de mi tía con una sonrisa ilusionada, viendo el techo llegándome pensamientos que jamás pensé tener. A tal punto que veía situaciones casi como si fueran real, quiza en otro mundo... tal vez... cuando me dirigí a la sala solo vi a mi primo pequeño acostado mirando la televisión.

-hola primo, buenos días.

-hola Italia -saludo sin despegar su mirada de la televisión. ¿Donde esta mi hermano?

-se fue. Dijo que haria unas cosas. ¿Donde esta mi tía? -pregunté sentándome en el sofá.

-esta dormida se siente algo mal -respondió.

-ojalá esté mejor. ¿has visto a mi mama?

-si, está en su cuarto.

Me despedí de él para ir a verla seguro que estará enojada, o me dirá que por qué tan tarde y todo eso. Aunque le deje mensajes que estaba bien, solo fui un rato con John a desayunar.
Abrí la puerta despacio para entrar por suerte mama estaba dormida, me dirigí a ella para darle un beso y  asegurarme que estuviera bien. Después salí sin hacer ruido mirando el teléfono.
Camine por la casa enorme hasta ir al cuarto de mi tía, la vi que estaba sentada pero dormida... algo así John me platico, que debido a su corazón duerme de esa manera tan rara. Con despacio me acerqué a ella lentamente para acomodarla.

Primos enamorados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora