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Pulso el botón del ascensor para bajar a la planta principal.
Se abren las puertas. Entro en el y bajo a la última planta. Por suerte hay un taxi esperando.

-¿Puede llevarme al aeropuerto, por favor?- pregunto con mi mejor sonrisa.

-Claro, suba- me dice. Él baja del coche y me ayuda a poner las maletas en el maletero.
Le doy las gracias. Me abre la puerta trasera derecha, esperando a que suba. Me quedo un rato esperando, sin saber que hacer. ¿Me voy? ¿Me quedo a arreglar las cosas? ¿Habré sido muy celosa? ¿Tengo motivos para enfadarme e irme?

Millones de preguntas se arremolinan en mi cabeza y no puedo contestarlas. Quizás, no lo conocía del todo...
¿Y si fué todo un error o un capricho?
¿Podré dejar mi orgullo a un lado y pedirle perdón?

El único que te tiene que pedir perdón es él, no fue sincero contigo.

Escucha unas pisadas. Me giro con esperanza de que sea Blair y entonces lo veo. Está parado en la puerta del hotel. Mirándome fijamente, como si pudiera tener control sobre mi y arrastrarme hasta el para arreglar todo. Se me queda mirando y no puedo distinguir que hay detrás de esos ojos verdes. ¿Tristeza? ¿Ira? ¿Amor? ¿Orgullo? No lo sé.

Abre la boca para decir algo pero la cierra de golpe. Doy un paso al frente con intención de caminar hacia él.

-¿Nos vamos señora?- me detiene la voz del taxista. Lo miro, y después a Blair.

-Vamos- me subo al coche, el taxista cierra la puerta, se sienta en su asiento y comienza a conducir lejos del hotel, lejos de Blair, lejos de todo.


El vuelo número 23 con destino a Washington, esta a punto de despegar, por favor embarquen todos. Gracias
Se escucha la voz de una mujer.

Tomo mi maleta y comienzo a caminar hacia la puerta 4. Entrego mi pasaporte y tras tres largos minutos, me dejan pasar. Voy directa al asiento que me ha tocado, no me distraigo ni un segundo. Pongo mi maleta en el asiento de al lado y me siento.

Aún tengo tiempo de volver con Blair, de hablar, de abrazarle y decirle que vuelvo a confiar en él, pero no puedo. Su voz temblorosa y seca suena como un eco en mi cabeza y me deja sin aliento.

"Si te vas no vuelvas"

Mi corazón de acelera y comienzan a sudarme las manos. ¿De verdad Blair, fue un adicto al alcohol?

- Perdona, ¿Puedo sentarme?-una voz me saca de mis pensamientos. Una chica pelirroja con muchas pecas en su cara está en el pasillo esperando mi respuesta.

-Si, claro-ella quita mi maleta y la pone arriba. Después, hace lo mismo con la suya y se sienta.- Me llamo Kim, encantada de conocerte.... Em...

-Rebeca- me presento.

-¡Que nombre más bonito! ¿Sabias que tres de cada cinco personas en España se llaman así?- genial, esta me tocó científica.

-No tenía ni idea-pongo la sonrisa más falsa del mundo y me pongo a mirar por la ventanilla. No estoy de humor para aguantar tonterías.

-Me gusta tu pelo, ¿Qué champú usas para tenerlo tan reluciente y con tanto volumen?- me pregunta entusiasmada. Ruedo los ojos y me giro a mirarla.

-Pantene- le contesto y me abrocho el cinturón, ya que como bien ha dicho la azafata, el avión despegará en un minuto.

-Me gustaría comprármelo- dice pensativa - ¡¡Yo uso Garnier!! - ríe.

𝓝𝓸 𝓽𝓮 𝓮𝓷𝓪𝓶𝓸𝓻𝓮𝓼 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓪𝓹𝓾𝓮𝓼𝓽𝓪   [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora