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Noto como alguien me mueve bruscamente de mi asiento.

-Ay-digo intentando detenerlo aun con los ojos cerrados -¿Qué quieres?- pregunto.

-Ya hemos llegado- oigo decir a Lucas.

Abro los ojos lentamente e inmediatamente me percato de que no hay nadie en el avión y los asientos están manchados de sangre. Vuelvo a mirar a Lucas y lo veo manchado de sangre y con un cuchillo en las manos. No me digas que...

-¿Que haces Lucas?- pregunto saliendo de mi asiento rápidamente y dando pasos hacia atrás.

-¿No lo ves?- me pregunta él apuntando el cuchillo hacia mí-maté a todos y solo faltas tu- me dice, lleva el cuchillo hacia atrás y se prepara para lanzármelo.

-Lucas- trato de calmarlo-piensa en lo que estás haciendo-añado temerosa.

-Preciosa- dice- ya lo hice- añade y me lanza el cuchillo.
Grito.

El sudor recorre mi cuerpo y noto como la gente del avión me está mirando. Miro a Lucas, quien me mira con cara de confusión y después a Harly.

-Fue un sueño- susurro recostándome mas tranquila en el asiento tratando de calmar mi pulso.

-Eres rara- me dice Lucas. Lo miro enojada-cuando quieres- añade inocente y cierra los ojos.
Lo imito y así me quedo dormida aun con la musica puesta.

Cuando por fin llegamos, bajamos los tres del avión. Me percato de que el profesor de física y química esta aquí.

-¿Él también ha venido?- lo señalo.

-Dice que es para cuidarnos, pero creo que es para conseguir novia- me dice y río ante su pelo verde. Pobre hombre.

Caminamos por el aeropuerto hasta que gracias al profesor podemos salir a la calle con un montón de gente por el medio. ¿Cuantas veces tengo que decir que la carne de burro no es transparente?

Cogemos un taxi que nos llevará a los apartamentos y los cuatro nos quedamos embobados mirando todas las calles. Para ser los Ángeles no está nada mal.

Hay demasiados coches, demasiada gente y demasiada contaminación. ¡No puedo ni oler el aire fresco! El coche se detiene ante un hotel. ¿¡Un hotel?! Pensé que sería un apartamento. Bajamos las maletas del taxi y este se va después de que el profesor le pague.

-Hola- nos saluda la recepcionista después de entrar en el hotel. ¡¡Es enorme!! Tiene ocho ascensores. ¡Ocho!
Todos le sonreímos en señal de saludo y seguimos admirando aquel maravilloso lugar.
-Ustedes deben de ser los del instituto Smithsoniano ¿Verdad?-pregunta ella.

- Si, somos nosotros- contesta el profesor.

-Bueno, yo soy Marisa, la recepcionista y soy la que se encarga de solucionar todos sus problemas. Cualquier cosa que les suceda o alguna duda sobre este establecimiento díganmelo ¿Vale?-pregunta amablemente. Asentimos .

Ella toca una campana muy pequeña he inmediatamente vienen dos chicos y dos chicas a nuestro encuentro. Las dos chicas son bastante guapas y los chicos tampoco se quedan atrás...

-Ellos son: Marta, Laura, Harvy y Damon- los presenta Marisa y ellos nos saludan.
-Cada uno de ellos se encargará de cada uno de ustedes, haciendo así su estancia mas acogedora.- sonríen e inmediatamente cogen nuestra maletas.

Marisa les da una tarjeta a cada uno y suben nuestras maletas. Es extraño. Se supone que los chicos suben las maletas a los chicos y las chicas a las chicas. Pues ahora es al revés. A mi me ha tocado... ¿Damon? Si, creo que es él.
Subimos los dos por uno de los 8 ascensores hasta la planta donde está mi habitación.

𝓝𝓸 𝓽𝓮 𝓮𝓷𝓪𝓶𝓸𝓻𝓮𝓼 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓪𝓹𝓾𝓮𝓼𝓽𝓪   [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora