Proyecto Tierra

Tal vez debí morir hace mucho...

De noche. No faltaba mucho para que un nuevo tiroteo comenzara... Pero, por primera vez en mucho tiempo, yo ya no tenía ganas de luchar...

Me sentía...Incompleta, deshecha, vacía...
No tenía fuerzas para luchar de nuevo, no ese día, no esa vez.

No me paré a pensar, simplemente caminé, melancólica por recuerdos crudos, entre las calles de ese estúpido sitio.

Pero, cuando una bala pasó a escasos centímetros de mi cara, sólo un tirón logró salvarme.

Kali, encapuchado con una larga capa que le llegaba hasta los tobillos, había tirado de mi muñeca con la fuerza necesaria como para salvarme de aquella muerte segura.

No me paré a reflexionar en que el chico de ojos azules me acababa de salvar la vida. Simplemente fruncí el ceño y exclamé:

-¡¿Pero a ti qué te pasa?!

-¡Cállate!-Fue su única respuesta.

Tiró de mi muñeca, indicando que le siguiera, y confusa, lo hice. Tiró de mí hasta llegar a la casa de madera, y atravesamos la pared.

Durante todo el trayecto, guardé silencio. No tenía nada que decir.

Al menos hasta que Kali hizo que me sentase en una silla de madera, mientras él rebuscaba entre los casi infinitos libros de las estanterías, con nerviosismo.

Finalmente, encontró el que buscaba, hojeó sus páginas hasta dar con la apropiada y me la mostró sin decir palabra:

Un dibujo de mi Hoja Sakura.

Me sorprendí por el detalle del dibujo. Era idéntico a mi espada. Pero más aún me sorprendí al ver que, en los márgenes del dibujo (que ocupaba dos páginas completas del amarillento y desgastado libro) estaban todos los datos y características de mi arma. Como si alguien la hubiese analizado minuciosamente.

-¿Q...qué es esto...?

-Este libro tiene más de 40 años.-Dijo Kali, evidentemente desconcertado.

-Bueno y... ¿y qué?

-¡¿Y qué?!¡¿Acaso no sabes leer o qué?! Ese arma está hecha por Alfa...

Guardé silencio. Por alguna razón, me sentía traicionada.

-No puede ser... ¡No es así!

-¡ESA ESPADA USA TECNOLOGÍA QUE SOLO SE USA EN EL SECTOR ALFA!

No supe que responder... así que simplemente no respondí nada. Kali continuó:

-Necesito que me expliques exactamente cómo, dónde y cuándo la encontraste.

-Yo...no puedo...

-Puedes. Y lo harás.-Me miró con seriedad, con atrevimiento. Y eso me hizo ver que realmente era algo importante.

Tomé aire, lo solté.

-Está bien, pero... es una larga historia.

-Tengo tiempo.

-Bien...-Kali se sentó frente a mí en otra silla.

"Todo comenzó hace ya 15 años. Tú también eres un experimento, sabes bien lo que es ser un prisionero, un error... Se supone que a los incompletos y defectuosos los liberan a su suerte una vez que han determinado que es ése el caso. Sin embargo, mi vida pasaba y no veía la libertad por ninguna parte..."

Hice una pausa y tomé aire.

"Finalmente, cansada de ser prisionera, me escapé. No preguntes cómo, ni siquiera lo recuerdo con exactitud. Tampoco quiero hacerlo... caminé por los arenosos caminos de esta mierda de sitio hasta llegar a la playa... y allí la vi"

"Estaba en la arena. Como si la hubiese traído el mar. A su alrededor había pedazos de madera, como si hubiese estado en una caja que hubiese sido abierta y destrozada. Brillaba. Brillaba con el reflejo del sol."

"Yo era muy pequeña, pero aún así tomé la espada entre mis manos. Era ligera, al menos más de lo que aparentaba. Me costaba mantenerla, ya que era más grande que yo, así que la arrastré por la arena hasta llegar a una cueva medio escondida en la costa."

"Sakura. Eso se leía en la empuñadura. Decidí quedármela, la quería, la necesitaba por algún motivo. Y me ha estado acompañando desde entonces. Jamás una bala ha podido atravesarla, jamás un enemigo a sobrevivido a su corte... le debo la vida..."

Cuando acabé de hablar, mirando el dibujo de mi espada en el libro que reposaba sobre mis rodillas, Kali guardó silencio por un buen rato. Finalmente tomó el libro con sus manos y dijo:

-Debo contrarte algo...

Le miré con extrañeza. Parecía saber más de lo que realmente aparentaba.

-...pero aún no puedo.-terminó. Le miré incrédula. ¡¿Por qué razón se comportaba así?!

Pero antes de que pudiese abrir la boca para protestar, él ya me estaba zarandeando, con las manos en mis hombros.

-¡Ahora debes escucharme!¡¿De acuerdo?!-Su nerviosismo se hacía más presente cada vez.

-¡De...de acuerdo, pero deja de zarandearme!

Él así lo hizo. Respiró hondo y miró a todas partes antes de proseguir:

-El sector Alfa está llegando a su fin.

-¿A qué te refieres...?

-¡El Proyecto Tierra se desmorona!-Kali parecía estar volviéndose loco por momentos.

-¡No te entiendo!-Le miré asustada. Él recobró la cordura por un momento. ¿Era ese su fallo o realmente algo iba mal?

-No puedo explicártelo...-dijo en tono calmado, casi murmurando.

-P...pero...

-¡Escucha!-Guardé silencio de golpe, más aterrada que confusa por la repentina prisa de Kali.-Debes irte...

-¿Irme? ¡Pero si tú has sido el que me ha traído aq...!

-¡De X!¡Debes irte del continente X!-Me interrumpió.

Le miré anonadada.

-No hay manera de salir de aquí...

-Sí que la hay, pero debes hacerme caso, ¿de acuerdo?-Guardé silencio como única respuesta.-Debes irte por mar.

-¡Pero...!

Como leyéndome la mente, Kali añadió:

-¡Hay algo más allá! ¡¿De acuerdo?! Hay... hay algo que debes ver tú misma...-Hablaba con la mirada perdida.-Aquí ya no se puede hacer nada...-Guardó silencio durante unos instantes. Instantes que me parecieron eternos.-¡Debes irte ahora! Ve al puerto, busca una balsa, y vete. No te preocupes del rumbo, pase lo que pase llegarás allí.

No fueron sus palabras lo que me convencieron de hacerle caso. Tampoco fue la extraña oscuridad y soledad de la casa, a pesar de que se suponía de que allí había al menos 3 personas más viviendo a parte de Kali.

Lo que realmente me convenció de tomar un bote y partir fue el nerviosismo de Kali.

Kali, habitualmente burlón y tonto, tenía verdadera necesidad de que me fuese. Realmente actuaba como si la situación fuera crítica. Sus ojos me lo advertían: debía irme.

*En multimedia, la Hoja Sakura, dibujada por una servidora*