Me alejo del escritorio con un aroma delicado mientras Fred se muerde el labio. Paso mis manos con suavidad por encima de mis hombros y, en un par de segundos, mi blusa está volando por los aires.
Es difícil decir cómo llegué hasta este punto. ¿Cómo es que la chica buena, que iba peinada con un cómico par de trenzas en la primaria, estaría ahora en un ambiente pasional con un hombre que casi le dobla la edad? Ni siquiera yo sabría explicarlo. A veces, hago un recuento de mi vida para descubrir qué me sucedió, para encontrar a la verdadera yo que se quedó escondida y se ahogó en su pasado.
Nací en un hospital del estado de Nueva Jersey en el año 1998. Poco después, nos mudamos a Hawthorne, Florida. Comencé a estudiar en una escuela pública por la falta de dinero de mis padres, quienes poco a poco fueron luchando por llenar sus ambiciones hasta convertirse en dos de las personas más influyentes en el comité de abogados. Siempre se mantuvieron firmes, buscando llegar a ser lo que ellos querían, juntos. O bueno, eso era lo que creía hasta que el cuento de hadas terminó. La burbuja que me cargaba por los bellos caminos de la infancia reventó, e hizo que me estrellara de golpe con la realidad.
Un día entramos con mi madre a su oficina para darle una sorpresa: habíamos comprado unos boletos de avión para Europa, donde pasaríamos unas vacaciones inolvidables. Sin embargo, ahí estaba mi padre "jugando a darse cariño" con su secretaria —yo, como una pequeña de 6 años permití que mi inocencia así lo viera. Lo único que me pregunté ese día fue: ¿Por qué están jugando sin ropa?—. Mi padre le empezó a pedir a mamá que lo perdonara, pero su respuesta fue una fuerte bofetada y un par de boletos que terminaron en un viaje de primera clase directo al bote de basura.
¿Inolvidables? Vaya que sí, lo fueron.
Un par de meses después, cuando mamá me había explicado que afortunadamente no tuvo que pasar por todo el papeleo del divorcio, pues vivían en algo que ella llamaba "unión libre" pero a lo que yo le decía "familia", la alegría volvió a reinar en el hogar. Mamá y papá habían buscado el modo de perdonarse —ahora entiendo que fue "jugando a darse cariño"—, trayendo con ello la vida para una nueva integrante de la familia. Marianne sería la consentida, la recién nacida, la menor. Derek sería el mayor, el preferido, el primogénito. Y yo, pasaría a formar parte de esa larga lista de los ignorados que se encuentran en la mitad de ambos. ¡Felicidades, Allison!
Por un momento, pude creer que la burbuja me volvería a elevar otra vez. Todo estaría bien de nuevo, seríamos un equipo perfecto e inseparable. Pero estaba equivocada. Muy equivocada.
Yo empecé a crecer y a descubrir que los chicos de mi edad podían ser crueles y despiadados. Cuando no perteneces al grupo de los populares en la escuela tus días se complican mucho más, pues te terminas convirtiendo en el objeto de maltrato de tus compañeros. ¿Por qué eres tan alta? ¿Por qué hablas tan raro? ¿Por qué me diriges la palabra, idiota?
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Seduciendo a la muerte
Mystery / ThrillerEn una Universidad de Miami, Florida, el nombre de Allison Greece empieza a resonar en las paredes debido a su excelente nivel académico. Lo que nadie sabe es que esto no lo consigue con méritos, sino que ha estado seduciendo a todos los profesores...