—¡Vamos! —le grito con fuerza a Charles, quien se encuentra al volante—. ¡Vamos. Ya casi lo tenemos!
Es difícil describir las sensaciones que fluyen por el aire mientras vas en una persecución, la cual busca dar captura a uno de los asesinos seriales más peligrosos del momento. Sin embargo, ninguna de ellas es mala. La alegría, la euforia, el anhelado deseo de dar caza a nuestra presa sedienta de sangre: todo ello se combina en una espiral llena de turbulencia, pero que finalmente logra acercarnos más hacia nuestro objetivo.
Solo así podremos apaciguar los llantos de todas las familias que han sido víctimas de esta cadena mortal.
Todo comenzó durante la celebración del 4 de Julio, cuando la primer víctima apareció en medio de una laguna: tenía un disparo en la nuca y la sangre había teñido sutilmente el agua, mientras las luces de la festividad conmemoraban la escena y cubrían las sombras de la muerte con un aire purpúreo. Ese sería sólo el inicio de un horror que nadie se imaginaría.
El segundo cadáver fue encontrado en un sitio ubicado a unos veinte kilómetros del anterior, atado con cadenas a un árbol como si lo protegiese. Estaba cubierto de hormigas, las cuales se habían alimentado de la sangre originada por el disparo que, del mismo modo, le había impactado en la nuca. Tenía los ojos abiertos con horror y la boca tapada con un trozo de tela amarilla. Quien dio con el hombre fue su pequeña hija, pues, según relató su esposa, habían ido a pasar una tarde familiar en el parque. Horas después de que el señor se hubiese ido a fumar un cigarro, al darse cuenta que no volvía, la niña se embarcó en su búsqueda, hallándole en un árbol contiguo a las atracciones. No fue sino hasta que la señora llegó que la infanta se percató de que algo estaba mal, dejando que su algodón de azúcar se cayera con un sordo estrépito, mientras los alaridos de su madre retumbaban por los alrededores.
Ninguno de los dos asesinatos parecía estar relacionado con el otro, aunque si era un extraña coincidencia que ambos tuviesen un impacto de bala en la misma zona y que ambos fuesen de piel morena.
La cadencia de cuerpos con disparos en la parte posterior del cuello aumentó de un modo espeluznante en los días siguientes. Ya la raza le había dejado de importar al maníaco, pues le siguió una rubia, un joven pelirrojo, una anciana con rasgos indígenas, un alemán, un caucásico, un niño que padecía leucemia. Decenas y decenas de cadáveres aparecían indiscriminadamente, día tras día, con un orificio cubierto de sangre en el mismo lugar. Parecía sacado de una pesadilla.
Pero ya es hora de despertar de aquel sueño nefasto. Ya lo tenemos.
—Mierda —vocifera él. Nuestra presa acaba de dar vuelta en una intersección justo antes de que el semáforo cambiase. Una fila de autos se arremolina sobre nosotros como si quisiera bloquearnos el paso. "La captura no será hoy", trata de dibujar el humo de los vehículos en el aire.
Mis compañeros descienden de la patrulla y empiezan a soltar exclamaciones buscando que los demás se detengan. De un modo inexplicable, estos frenan en seco casi al mismo tiempo. Es increíble todo el poder y la autoridad que nos otorga el tener un estúpido par de armas y un uniforme que nos hace lucir como idiotas.
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Seduciendo a la muerte
Mystery / ThrillerEn una Universidad de Miami, Florida, el nombre de Allison Greece empieza a resonar en las paredes debido a su excelente nivel académico. Lo que nadie sabe es que esto no lo consigue con méritos, sino que ha estado seduciendo a todos los profesores...