Renaciendo

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Hoy vuelvo a escribir. Pasó mucho tiempo pero como dije anteriormente, no tenía ganas de escribir. Hoy no se trata de ganas. Si no que lo necesito. Ya que me siento mal. Muy mal.
La he pasado mal en este tiempo, desde el verano se podría decir, y vengo acumulando. Pero como empezaba la escuela y empecé a trabajar, todo se hacía más llevadero y solo escribía alguna que otra frase.
Hoy, debo ir más allá de una frase.

Recuerdo haberle dicho a una amiga, hace días atrás, que yo era una persona a la cual le gustaba que la aceptarán tal cual era. Soy una persona que no cambiaría por nada ni nadie. Ya que si tengo que complacer a alguien y para eso debo cambiar, prefiero no hacerlo. Porque no estaría siendo yo la que complace.
Y, justamente, ayer surgió una discusión de las tantas que tengo con mi mamá, la cual siempre tuvo falta de aceptación hacia mi persona, y ahora veo que no tengo que seguir estando ahí, en un lugar donde convivo con alguien que no me acepta. Entonces para refrescar un poco la mente, fui a lo de mi tía. Mi refugio. El lugar donde puedo abrir mi corazón y siempre me aceptaran.
Llegué con los ojos empapados en lágrimas, pero su abrazo lograr calmar todo mi ser.
Entre tantas cosas que charlamos, deducimos que a ella le pasaba lo mismo que a mi, pero con su mamá, mi abuela. Y me dijo que me iba hacer bien volver a terapia. Qué a ella la ayudo a poder pensar en las cosas que ella quería para si, y no dejarse llevar por los demás. Porque es cierto, que muchas veces, los padres te absorben. Pero uno no tiene que dejar de ser quien quiere ser.

El título de este capítulo, tiene como significado el ir haciendo las cosas que quiero. Para entender mejor lean el capítulo anterior. Besos!

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2017 ⏰

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Soledad AbsolutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora