Capítulo 6 (Leon Trotsky POV)

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Lenin y yo nos encontrábamos en el Kremlin, debatiendo varios asuntos soviéticos y haciendo papeleo comunista. Pero, como ya era de costumbre, no podía dejar de pensar en Iosif y en su sensual bigote y sin darme cuenta comencé a firmar como 'Leon Stalin'. Vladimir cogió uno de los papeles que acababa de firmar, lo miró y sonrió.

-Debes de estar muy enamorado del camarada Stalin como para olvidar tu nombre, Leon -Negó con la cabeza entre risas.

Avergonzado, le quité el papel de las manos y corregí mi firma. Sin saber qué decir seguí con el papeleo con la cara roja. Literalmente roja, aunque también metafóricamente.

-Trotsky.

Cuando Lenin pronunció mi nombre dejé el bolígrafo sobre la mesa y levanté la mirada tímidamente.

-Puedes tomarte el resto del día libre -Dijo el líder de la revolución.

Aunque Stalin fuera ahora mi senpai, Lenin era como un padre para mí y no quería fallarle.

-Siento haber estado distraído, Vladimir. No va a volver a pasar -Me disculpé.

-Está bien, Leon. Tómate el resto del día libre.

-Pero hay mucho papeleo bolchevique que hacer y todavía... -Comencé a protestar.

-No importa, en serio. Haz lo que te digo, y ve a buscar al camarada Stalin. Pasa el día con él.

Sonreí en forma de agradecimiento y salí corriendo del despacho de Lenin para dirigirme al de Stalin, donde encontré a mi querido camarada escribiendo unos documentos a máquina. Me senté a su lado y le observé trabajar. Cuando me aburrí, decidí comenzar a besar y mordisquear el cuello de Iosif.

-Trotsky, así no puedo concentrarme -Se quejó Stalin. Besé su bigote como respuesta-. Estoy escribiendo una petición para la apertura de más gulags. Esto es importante, Leon.

-¿Yo no soy importante? -Pregunté con mi orgullo comunista herido.

-Claro que eres importante -Respondió rápidamente-, pero déjame acabar esto primero.

Me crucé de brazos y me senté a su lado de nuevo en silencio, esperando a que acabara de escribir. Pero de repente Stalin dejó de escribir y miró el papel con desesperación.

-Maldita sea, Leon -Se quejó-. Ya no sé ni lo que estaba haciendo.

Por un momento pensé que Stalin estaba enfadado conmigo y me sentí mal, pero entonces juntó sus labios con los míos. Su bigote acariciando mi labio superior y haciéndome desear más de Iosif. Él me cogió entre sus brazos y me colocó encima de su escritorio, todavía besándome apasionadamente mientras sus manos comenzaban a recorrer mi cuerpo.

Stalin y yo pasamos el resto del día haciendo el amor sobre su escritorio, dando y recibiendo con nuestro profundo espíritu comunista. Cuando después de varias horas terminamos, bajé de su escritorio y comencé a vestirme de nuevo. Me senté en su regazo y le miré a los ojos, confirmando lo que ya sabía. Estaba profundamente enamorado del camarada Stalin.

More Than Comrades ||Trotsky x Stalin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora