Le dolía la cabeza, tenía un sueño terrible y estaba seguro de que a esas alturas le sangraban los nudillos. El agua estaba demasiado fría y Filch lo sabía perfectamente, por eso sonrió tanto cuando les mandó a él y a Blake a la Sala de Trofeos con el cubo lleno hasta el borde y un par de trapos sucios.
-Lo quiero limpio; impoluto. Sin magia -dijo cuando les mandó la tarea.
Cada vez que enjuagaba su trapo en el cubo, las manos se le entumecían y las heridas se quejaban. Blake tenía marcas parecidas, pero la temperatura del agua parecía no molestarle. Todo lo contrario, se veía más relajado que cuando lo encontró una hora antes en los pasillos, destrozando a puñetazos a Mulciber.
Tenía planeado ir a la torre de Ravenclaw antes de que Maaika se fuera a la cama porque sabía que había tenido una "cita" con Kaden en el campo de quidditch, viéndole entrenar. Sin embargo, Snape y su amigo parecieron encontrarles antes.
-¿Que pasó? -preguntó Sirius intentando sonar indiferente- Antes de que yo llegara.
Blake pareció dudar durante unos segundos. Sus movimientos se ralentizaron antes de levantar la cabeza y mirar al merodeador con fijeza. Finalmente, se encogió de hombros y siguió frotando el suelo.
-Volvíamos a la torre tras el entrenamiento y chocamos con Snape; ya sabes cómo es, se molestó y se metió con ella -contestó.
-¿Qué le dijo?
El Ravenclaw volvió a quedarse callado antes de hablar. Esa vez, sin embargo, se sentó sobre sus talones y le miró con incomodidad.
-De todo -murmuró. Ante la mirada inquisitiva de Sirius, giró la cabeza para darle la espalda y continuó hablando, con mayor duda que antes-. Ha debido enterarse de su reciente incapazidad para hacer hechizos; la llamó squib. También desgracia para la magia.
Quiso contestar. Insultar a Snape. Pero sabía que las palabras no expresarían la intensa impotencia que crecía dentro de él. Ni siquiera se paró a cuestionar por qué su odioso compañero de pelo grasiento era así, solo asimiló lo que dijo Blake y volvió a su trabajo.
-Fue una suerte que tú llegaras.
Sirius le miró de reojo con el ceño fruncido. En cuanto les encontró y vio cómo Snape amenazaba con la varita por la espalda a Blake mientras este estaba demasiado distraído acribillando a Mulciber como para darse cuenta, se abalanzó contra Snivellus y le rompió la horrible nariz, ya golpeada anteriormente.
-No sé qué decirte, tú lo estabas manejando bastante bien -respondió suavemente.
-Lo sé, pero jamás habría podido defenderme si Snape me atacaba con magia negra.
-Kaden estaba ahí...
-Demasiado ocupado intentando tranquilizar a Maaika como para escuchar algo más aparte de puñetazos.
No volvieron a hablar tras eso. Les quedaba poco, pero ya era tarde y, si no terminaban pronto, solo tendrían unas pocas horas para dormir.
Y realmente necesitaban dormir. Estaban muy cansados.
Ni siquiera sabía si sus piernas tendrían la energía suficiente como para subir a su cuarto en cuanto llegara a la torre; quizás solo se quedara en uno de los sillones frente a la chimenea con una manta.
-Mira Sirius -volvió a hablar Blake con cierto tono de impaciencia-, solo quería darte las gracias.
-Ha sido un placer, ya sabes, quid pro quo -contestó mordazmente ante la incomprensión de Blake-. Tú le rompes un brazo a uno de los mejores en mi equipo y yo te salvo el pellejo.
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Sirius Black, alcahuete en ratos libres (en proceso de edición)
FanficGryffindor, encantador, buen estudiante, gran merodeador, inteligente, jugador de quidditch, guapísimo, el sueño de todas las chicas y, por qué no, modesto también. Pero ser él costaba un precio muy alto: extender su sabiduría; y Sirius lo pagaba co...