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— ¿Esta muerto? — esa era la voz de TaehYung.

— Así parece Hyung — ahora se oyó la voz de JungKook.

— Shhh, cállense mocosos. Nam solo está descansando — no podría confundir aquella suave voz por nada del mundo. Era SeokJin.

De pronto sintió como unos largos dedos se enredaban lentamente en su cabello, moviendolos en círculos y dando pequeños masajes. La sensación era tan placentera.

Luego de unos minutos se dió cuenta que estaba acostado sobre las piernas de alguien y al instante supo que estaba apoyado en SeokJin. Realmente no quería moverse, estaba demasiado cómodo.

— ¡Buen día! — esta vez apareció JiMin — oh por dios, ¿que sucedió? — medio que grito.

— Eso es lo mismo que me preguntó Hyung — JungKook suspiro.

SeokJin también suspiro y debido a ello su estómago se movió haciendo que por consiguiente se me mueva mi cabeza, y les puedo decir que fue horrible. El dolor de cabeza que tenía en estos momentos era lo más espantoso que me hubiera pasado en la vida, esto de tener resaca no se me daba nada bien.

— NamJoon anoche llegó borracho... no se nada más. Así que cierren sus bocas y vayan a comer su desayuno que les dejé en la mesa — quise reír por la hostilidad de Jin pero recordé que me encontraba “durmiendo”.

Los demás salieron de ahí refunfuñando y nuevamente nos encontrábamos solos. Las caricias de Jin sobre mi pelo no se detuvieron en ningún momento y agradecia eso ya que en estos momentos necesitaba un poco de cariño.

— Aish, ¿que haré contigo NamJoon? — de pronto hablo sacándome de mis propios pensamientos — últimamente solo puedo pensar en ti y en ti... anoche cuando dijiste que te gustaba fue bastante irreal, pero supongo que porque no estabas en tus cinco sentidos, decías cosas sin pensarlo...

Abrí los ojos lentamente y lo primero que ví fue el perfecto y delicado rostro de Jin, tan hermoso y radiante como siempre. Alce mi mano y pase mis dedos lentamente, delineando la línea de su mandíbula. Senti como los músculos de ese lugar se tensaron a la vez que bajaba el rostro sorprendido y me observaba expectante y con los ojos abiertos de par en par.

— NamJoon... y-yo... puedo explicarlo — retiró las manos de mi cabello y empezó a moverlas frenéticamente por los nervios.

Me enderece en mi lugar y coloque un dedo en sus labios. Acomode mi espalda contra el respaldo del sofá y comencé a hablar.

— Jin, no hace falta que digas nada. En verdad me gustas y no me arrepiento de haberlo dicho en lo absoluto, y... ahora que se que tú me correspondes necesito hacer algo que quiero hacer desde que te vi aquella noche.

Saco mi dedo de sus hermosos labios y en cambio tomo su rostro entre mis manos, lo acarició suavemente y acerco mi rostro al suyo hasta que nuestras respiraciones se mezclan. Jin cierra los ojos por reflejo y siento que tiembla bajo mi tacto. Rozo juguetonamente mis labios contra los suyos y cuando el castaño se vuelve a acercar alejó mi rostro riendo. Me encanta hacerlo sufrir y juro que le escuché decir a Jin por lo bajo alguna maldición.

— ¡Ya NamJ... — no dejo que termine y estampó finalmente mis labios contra los suyos.

Sus belfos son muy esponjosos y cálidos, en este momento siento que mi cuerpo flota por la sensación. Muevo mi cabeza para profundizar el beso pero sin sacar la ternura y suavidad de nuestro beso. Paso la lengua por su labio inferior y el abre la boca, meto mi sin hueso dentro de su cavidad bucal y exploro a mi gusto hasta que Jin se une en mi aventura. Me acerco un poco más y lo tomo de la cintura aprentandolo contra mi cuerpo.

El mayor en un movimiento limpio y rápido termino sentado sobre mi regazo mientras me toma del cuello y acaricia los cabellos de mi nuca en el proceso. Escabullo mis grandes manos bajo su camiseta rosa y rozo su piel la cual quema bajo mi tacto. Separó mi boca de la suya y la dirijo hacia su cuello, doy castos besos desde ahí hasta la mandíbula y viceversa.

SeokJin comienza a soltar pequeños quejidos y se remueve encima mío provocando que su trasero se mueva sobre mi reciente erección. Comenzamos está vez a gemir los dos a la vez y lo único que se puede escuchar en la habitación son nuestros suspiros y jadeos.

— Mmm Monnie... — juro que en ese momento quise largar mi autocontrol a la mierda y follarmelo ahí pero no podía.

Y creo que en ese momento alguien allá arriba escucho mis malditas súplicas porque de un momento a otro estaban los menores observandonos desde la puerta del salón.

— ¡¡Iugh, que asco!! — gritaron en unisono y salieron corriendo.

¡Perfecto! Ahora tenía a un SeokJin sumamente sonrojado y enojado, unos mocosos traumados por la escena erótica de hace unos momentos y una gigante erección a punto de explotar en mis putos pantalones.

Diganme Kim NamJoon el dios de la destrucción y fracaso.

020717 | lula
namjin

opportunity | namjin [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora