opportunity | namjin [editando]

especial 1k: yoonmin.

JiMin sonrió satisfecho frente al espejo, se pasó las manos por el saco negro sacando arrugas inexistentes y suspiró temblorosamente. No podía negar que no estaba nervioso y ansioso por la tan esperada cita de esta noche.

YoonGi lo había invitado con tanta emoción que el no podía negarse, además de que necesitaban festejar sus tres años de noviazgo.

Escuchó como la puerta se abría y un Min YoonGi en traje azul, con el pelo verde peinado perfectamente en su lugar, entraba con la cabeza gacha, pero al levantar la mirada y encontrarse con tan bello ángel que lo observaba con emoción y ternura no pudo evitar sonrojarse y mirarlo de pies a cabeza, deleitándose por la hermosura y delicadeza de ese hombre que era suyo. Comenzó a dar algunos pasos lentos sin sacarle la mirada de encima y cuando lo tuvo a solo tres pasos sus miradas por fin se conectaron, haciendo ese momento más especial de lo que ya lo era.

—Hola Suga hyung —expreso con timidez un JiMin rojo hasta la orejas. No sabía porque pero estaba avergonzado y nervioso.

Llevaban tantos años de relación y sin embargo, esos pequeños momentos de nerviosismo y timidez no desaparecían, se sentían como la primera vez que se habían visto. Tan sorprendidos y esa mirada de amor que tuvieron desde el primer momento.

—Hola JiMinnie —lo miró con la cabeza ladeada y un brillo especial en sus ojos. Debía admitir que su JiMin, aquel joven de mejillas regordetas y rostro infantil, estaba precioso, capaz de opacar la belleza y la presencia de un dios.

YoonGi rodeo la cintura del menor con las manos y lo acerco de un solo movimiento hacia su cuerpo, provocando que una leve risilla traviesa saliera de los labios gruesos del contrario. No hacia falta tener mucha inteligencia para darse cuenta de lo que el peliverde estaba intentando hacer. Y JiMin esbozó una gran sonrisa por eso. Lastima que le arruinaría un poco el momento.

—Ni se te ocurra Min YoonGi, iremos a esa cita y es mi última palabra —se cruzó de brazos y sus cuerpos se separaron solo un poco, no obstante el mayor lo apretó con más fuerza contra si.

Min hizo un pequeño puchero y le mostró aquellos ojitos de cachorro que derritirian hasta el corazón más frío, y al mismo JiMin. Sin embargo, está vez eso no funcionaría con el, quería ir a su cita y él no iba a comportarse como un infante y les arruinaría la noche.

—Pero bebé, estás precioso —susurro lento y suave, luego se acercó a su oído y hablo con aquella voz ronca que hacía temblar las extremidades de JiMin a un grado mayor —. ¿No te gustaría que usaramos ese traje elegante en un mejor lugar? —mordio su lóbulo y recorrió con su lengua su punto sensible.

JiMin soltó un quedo gemido y apretó la camisa del mayor entre sus puños. Debía ser fuerte, y resistirse al impulso que le decía que si, dios santo, quedate con él y disfruta la noche de otra manera. No obstante, la reservación en aquel caro y elegante restaurante ya estaba hecha y perder una oportunidad como aquella, no era bueno, al menos no está noche. Así que con todo el pesar del mundo y el calor recorriendole el cuerpo empujó con delicadeza el pecho del mayor y lo dejo a una distancia razonable.

—YoonGi, tenemos que ir. Yo quiero ir —pateo el piso con frustración y volvió a cruzarse de brazos con su típica pataleta de niño pequeño.

Aquello no impidió que el mayor se lo quedara viendo con una mirada lujuriosa y los ojos negros como dos estanques oscuros debido a la excitación del momento. Min se relamió los labios y sonrió mostrando todos sus dientes, dejando a la luz esa sonrisa de encías que hacía desbocar el corazón de JiMin.

—Esta bien mi amor, iremos al restaurante —y salió por la puerta con una sonrisa juguetona, cruzandole el rostro, y las manos detrás de su espalda.