Slipping Away ( Christopher Velez y tu)

Capítulo 8 "Aceptame"

-Ven.- Te dijo Chris levantándose y tomándote de los hombros delicadamente.- Vamos, mi auto está cerca.

Te pones de pie. Chris te abraza por los hombros y te pega a él, tú te escondes entre su brazo y su pecho y así van caminando hacia su auto.

...

Chris te llevo a su casa porque ya había tardado demasiado y Jade se asustaría y porque temía dejarte sola.

Finalmente llegan. Chris se saca la campera y la cuelga en un perchero de pie junto a la puerta de entrada.

-Ve, ahí esta Jade, ya te traigo algo de ropa.- Te dice subiendo las escaleras y señalándote una habitación a tu izquierda.

Esta habitación era el living, estaba iluminado porque Chris antes de irse dejo la chimenea encendida por el frío y para que Jade tuviera luz.

Al entrar ves a Jade dormida en la alfombra, frente a la chimenea con su cabecita apoyada en el lomo del perro.

Te acercas y te arrodillas frente a ella, el perro te mira y estaba por ladrar pero le haces una señal para que no lo haga y solo te queda mirando, observando tus movimientos, protegiendo a la niña. Viste el collar, te reíste, "Se llama calcetín".

Te recuestas junto a la niña con tu mano derecha sosteniendo tu cabeza y con la izquierda acariciando el cabello de Jade.

Luego de un rato te percatas de que Chris estaba mirándote con una sonrisa.

-Se durmió.

-Si, veo.- Acercándose a ustedes. Se había cambiado, traía puesto un jean celeste, una camiseta gris con un estampado negro con letras blancas y unas zapatillas negras de Adidas.- La llevare a su cuarto.- Toma a la niña en brazos.- Ahí te deje algo de ropa.- Señalando con la cabeza el sillón a su izquierda.- Cambiante en lo que voy a recostarla.- Y se retira de la sala con el perro tras él.

Te pusiste de pie y colocaste las velas en los candelabros, eran de esos muy antigüos que uno ve en las películas de terror, pero en esa casa se veía elegante y romántico, no espantoso. Luego tomaste la ropa acomodándola en el sillón y te comenzaste a desvestir.

NARRA CHRIS

Luego de recostar a Jade, me regresó al living. Me detuve en la entrada. Se encontraba de espalda, desnuda. Me dedique a admirarla, memorizando su figura, cada detalle de su cuerpo.

Toma mi remera del sillón y se la coloca. Observe como mi remera iba cubriendo su figura, como caía delicadamente como seda en su cuerpo. Le queda perfecta, larga un poco por debajo de su trasero pero lo suficientemente corta para admirar la parte baja de sus nalgas y sus piernas.

NARRADOR OMNISCIENTE.

-¿Quieres algo de beber?.- Dice Chris entrando a la sala a lo que te sobresaltaste.

-Un café o un té, lo que encuentres primero.

-De acuerdo, ponte cómoda ya regreso.-Dice tomando un candelabro y volviendo a salir por aquella puerta.

Comienzas a admirar la sala. Por lo poco que pudiste ver eran todos los muebles con un estilo victoriano. Al entrar por la puerta de madera muy pesada te encontrabas con una gran habitación. Las paredes blancas y llena de tallados a mano, eran una obra de arte. El piso de porcelanato beige. En el centro de la habitación se encontraba una gran telaraña. Al entrar por aquella puerta a la derecha se encontraban dos ventanales de arco de medio punto y un candelabro de pared entre ellos. En la pared adjunta a la puerta otro candelabro de pared y un enorme espejo en la misma, con un mueble marrón oscuro por debajo del mismo. Frente a este mueble se encontraba uno sofá para dos personas, frente a este un sillón y en medio de ambos otro sofá igual al primero, todos forrados en seda estampada con floreado beige y con almohadones de color beige, marrón y blanca algunos forrados con seda. Los tres apuntando a una mesa ratonera rectangular que se encontraba en el centro y bajo esta una gran alfombra en colores beiges y rojos. Entre sillón y sillón había una mesa de noche con veladores y algunos cuadros de decoración. Y frente a la mesa ratonera la gran chimenea blanca con un plasma sobre él y los dos candelabros, bueno uno porque Chris se llevó el otro, a los laterales. Más al fondo de la habitación no pudiste observar mucho pero parecía un sector de lectura con una gran biblioteca y dos sofás con una mesa entre medio de ambos.

Te sientas en el sofá central y tomas la muñeca que se encontraba en el suelo. Comienzas a peinarla. Eso te mantuvo entretenida hasta que volvió Chris con una bandeja de madera con dos tazas muy infantiles, de Minnie Mouse y Barbie.

Miras las tazas y luego a él riéndote.

-Bueno, son las únicas que encontré.- Dice riendo.

-No te juzgo, yo peinaba una muñeca.- Ambos ríen. Chris se sienta a tu lado. Tomas la taza de Barbie.

-Oye, yo quería la de Barbie.- Te dice en tono gracioso a lo que ríes.- Odio a Minnie.- Haciendo puchero como un niño.

-Ten.- Le dices entregándole la taza.

-Gracias reina.- Deposita un beso en tu mejilla.

Luego de tomar un sorbo, Chris cambia el rostro a uno de seriedad y preocupación. Pone una pierna en el sofá doblándola y poniéndola bajo la otra.

-_______- Dice tu nombre suavemente.

-Que linda es tu casa ¿De que año es? Parece del siglo XIX, una vez leí que este tipo de chimeneas...

-_____, no evites el tema.- Interrumpe tu monologo. Volteas a mirarlo. - ¿Qué sucede?- Te pregunta corriendo un mechón de pelo de tu rostro.

-Perdí a muchas personas que amo en muy poco tiempo. Perdí a toda mi familia, estoy sola en el mundo.

-Te entiendo.- Dice tomando una de tus manos.- Realmente te entiendo, pero algo que la vida me enseño es que siempre se puede hallar algo por lo que seguir, en mí caso es Jade. Piensa ¿Realmente no hay un motivo para pelearla?

-Puede ser.- Dijiste mirándolo "Tú, Chris" pensaste.

-Bueno, aférrate a eso. La vida nos jode a todos, la única forma de joderla a ella es seguir viviendo. Eso decía mi mujer, irónico.

-Se ve que era una mujer inteligente.

-Si lo era, me sentía tan tonto con ella.- Dijo riendo.

-¿Qué le sucedió? Si es que puedo saber- Chris se queda en silencio por un rato observando la chimenea.- Veo que...

-La mataron.- Te interrumpe. Quedas petrificada.

-¿Quién? ¿Cómo?

-Un mafioso, larga historia. Pero todo fue culpa de ese imbécil y se la prostituta de su novia. - Tragaste saliva, sabias que hablaba de ti.- Si algún día me la cruzó no respondo por mi...la odio. Por su culpa mi familia se derrumbó. - Te sentiste mal, querías comenzar a llorar, Chris te odiaba y tu...tú lo amabas. Amabas al marido de tu difunta amiga.- Pero, ya no hablemos de cosas tristes...ven.- Te dice tomando tu taza de entre tus manos y depositándola en la mesa ratonera. Estira la pierna poniéndola tras de ti y te toma de la cintura haciéndote recostar en su pecho. Te comienza a acariciar el cabello y se quedan un rato así en silencio.

-_______- Levantas la vista. Se miran.- Déjame darte miles de motivos para que te quedes aquí, en este mundo, junto a mí.

Y dicho eso, te besa. Fue lento y largo. Cada tanto de mordían suavemente los labios. Tu acariciabas su pecho, él tu cintura levantando un poco la remera dejando tu ropa interior a la vista. Se separan.

-Aquí estoy yo para hacerte reír. Confía en mí, deja tus miedos atrás, puedo cambiar tu vida. No temas, te cuidare, solo acéptame.- Te dijo mirándote a los ojos. Tu sólo sonríes y lo abrazas.

-Te quiero ______

-Te quiero Chris.

Y se quedaron profundamente dormidos.