Doméstico (Yaoi/gay)

La secuela desde los ojos de Hatori Yoshiyuki

Extra alternativo 1.

Era una mañana corriente, donde se levantó para hacer su rutina diaria. Ir al trabajo, beber y luego volver a esa casa llena de recuerdos tristes y dolorosos que nunca iban a desaparecer, que sin importar lo que hiciera iban a estar impregnados en su piel, siendo su prisionero, sin poder huir de ellos.

No tenía noción de los días, cualquier cosa era lo mismo, sin Yoshino la vida no tenía sentido. Extrañaba verlo al llegar a casa, que lo recibiera con una tímida sonrisa. Extrañaba como eran las cosas cuando eran universitarios sin preocupaciones por la vida. Donde podían incluso faltar a clases para poder estar besándose un rato más. Donde ambos podían ir a citas sin que importara las mirada de la gente. Donde se amaban, donde eran felices. Pero él no merecía su amor, además, ¿de verdad podía llamarlo de esa forma? Si había quebrado a Chiaki en todos los sentidos, pero juraba que no era su intención. Pero no podía detenerse, no había excusas para lo que había hecho, cualquiera era muy banal, sin sentido. Pudieron haber hablado, arreglado las cosas, volver a ser la pareja que eran en un principio, la que se divertía, pero eso nunca iba a pasar. Porque había metido la pata en serio, no cuido lo que tuvo y ahora que se le fue arrebatado puede notar todo lo que perdió.

Y lo entendía, entendía completamente que Chiaki no quisiera volver a su lado después de todos los golpes que le dio, todas las palabras horribles que le dijo, las veces que lo forzó... Prácticamente lo estaba torturando día con día. Estaba torturando al amor de su vida. ¿Cómo era eso posible? Ni siquiera podía decir en voz alta que lo amaba, o que alguna vez lo había hecho, porque sería una burla. ¿Qué clase de amor le había dado? El amor es a base de cariño, no de golpes.

Entonces lo que Chiaki hizo estuvo bien, no tenía que seguir a su lado después del monstruo en el que se había convertido. Él se merecía algo mejor, alguien que si pudiera hacerlo feliz y que no fuera a deformarlo como Hatori había hecho.

Ver la luz del sol por la ventana le recordaba todos sus momentos de felicidad, todas las risas que compartieron y los momentos que habían disfrutado de sus presencias sin decir nada. Pero eso había quedado atrás, o al menos era lo que se decía cada día, antes de la ducha, pero los recuerdos parecían que había sucedido ayer, como si se hubiera dado una siesta después de ellos. Ansiaba el volver a ver a Chiaki, se disculparía con él de todo corazón, aún si su ex-esposo no aceptaba sus disculpas.

Esa manaña fue diferente, tenia correo bajo la puerta, tomó el sobre de color amarillo y lo examinó. Miró la descripción del destinatario y si no se equivocaba correspondía al hospital central, hizo una mueca al leer eso. ¿Qué era? Miró su reloj y luego el sobre, no tenía tiempo, pero había sido puntal esos meses, así que podía tomarse un tiempo, fue hasta la mesa y se sentó después de servirse una taza de café. Algo le decía que sería difícil de procesar, quizá se habían enterado de que era su culpa que Chiaki estuviera en tal situación y que los golpes eran suyos. Ah, maldijo, frunciendo el ceño y abriendo el sobre con las manos temblando. Se sentía una mierda, pero aceptaría su castigo sin dudar. Ir a la cárcel no era alentador, sentía que merecía algo mucho peor, pero preferiría que su castigo no llegará, si ya de por si vivía un infierno solitario.

Dentro del sobre había cuatro hojas, dos dobladas en tercios, una a la mitad y la otra extendida. Tomó la extendida primero que nada.

«Instituto de Salud y Bienestar.
Departamento en salud mental.
Paciente: Yoshino Chiaki.

Tipo de terapia: deshago.
La prueba consiste en escribir una carta escribiendo como se sentía al respecto se lo sucedido, se le pide que hable también de lo que ocurrió en el pasado, lo que cree que hizo para que el evento cambió todo sucediera y que hable sobre lo que cree de su futuro respecto a esa persona. Se le pide al paciente que se excluyan las faltas de respeto, tanto a sí mismo, como al sujeto de la carta.