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Emma's POV:

Sentía un horrible dolor de cabeza pero no lograba abrir los ojos, que rayos había pasado...recordaba que había aceptado la sugerencia de Katty y fui a pasar unos días a la cabaña de sus padres para distraerme y relajarme de toda la tensión del trabajo.
Hace unos meses atrás comencé a trabajar como diseñadora de interiores, la verdad pese a llevar poco tiempo estaba empezando a ser conocida y cada semana tenía nuevos clientes, uno más exigente que el anterior, ocupando gran parte de mi tiempo.

Lo último que cruza por mi cabeza fue que había salido a recorrer los alrededores del lugar y me perdí, no sabía como regresar, cuando comenzó mi película de terror. Unos hombres musculosos, con cara de asesinos, que podrían haber sido sacados perfectamente de una película barata de televisión se me acercaron y luego todo se volvió irreal.
Yo corriendo por el bosque sin tener ni la menor idea de a donde me dirigía, ellos gruñendo al igual que un animal a mis espaldas a una velocidad que no era para nada normal. Caí pero tenía que seguir, sino quien sabe que me harían.

- Ven aquí princesa...sólo quiero jugar un rato. - la voz de un hombre se alzó por sobre todo el alboroto que había en el lugar, seguí, no debía detenerme pero mis piernas no daban más.

Y luego...mi vista se cruzó con unos ojos de un azul tan profundo que sentía que me podía perder en ellos y no pude moverme. Algo me atraía a ese hombre, un magnetismo que no podía explicar, por unos segundo dude incluso si estaba respirando... lo último que viene a mi memoria fue estar en sus brazos y dejarme llevar por la seguridad que me transmitía. Y la fría realidad me golpeó.

Abrí los ojos de golpe y me senté en la cama. Esperen como llegué a aquí, de quien es esta cama... no se parece a la cabaña de los padres de Katty. Y el dolor de cabeza se hizo más intenso.

- Auch... - salió de mis labios. Toqué mi frente y tenía un vendaje. - ¿Pero que es esto...?
- Oh señorita, ha despertado. ¿Como se siente? ¿Le duele mucho? - me preguntó una mujer de mediana edad que acababa de entrar al cuarto.

-Eh un poco, podría decirme donde estoy y como llegué aquí... - pregunté amablemente.
- Él señor Sutherland la trajo señorita, al parecer tuvo un pequeño accidente en el bosque. - contestó con una sonrisa. - Vine a revisar el vendaje y ver si necesita algo, debe tener hambre, ¿Quiere que le traiga algo para comer?

- La verdad me duele un poco, ¿tendrá algo para aliviarlo...? - si era sincera me dolía a morir, mi cabeza parecía que estaba a punto de explotar.
- Claro mi niña, lo que usted necesite, en seguida se lo traigo. - y salió tan rápido como había llegado.

Me detuve a observar el cuarto en el cual me encontraba, debía admitirlo, era hermoso, una gran cama en el centro de la habitación, decoración simple, estilo rústico, pero era hermoso, espacioso y bien iluminado.
Ese hombre tenía buen gusto, ¿sería el mismo de los recuerdos de anoche... ?

Me levanté y me aproxime a la ventana, el paisaje era único, la cabaña quedaba muy atrás después de haber visto algo así. Dios, este sujeto debe tener una fortuna para tener una casa en un lugar como éste y si le sumamos la habitación en la cual se encontraba, se hacía una leve idea de como sería el resto del lugar.

-Señorita aquí le traje algo que le hará sentir mejor, tome. - me di vuelta y ahí estaba la misma señora de hace unos momentos, con un vaso de agua en la mano y una pastilla.
- Mucha gracias, es muy amable.
- Nada de agradecer, el señor Sutherland dijo que debíamos atender cualquier cosa que necesite. - una leve sonrisa apareció en su rostro, como si supiera algo que yo aún ignoraba.

- Quisiera verlo...quiero decir, para agradecerle todo lo que hizo por mi. - dije tratando de no pareciera que estaba interesa en el hombre, aunque lo que deseaba era comprobar si era quien se imaginaba.
- Por supuesto señorita... - la detuve.
- Emma, mi nombre es Emma. - dije sonriente.

- Que bello nombre, señorita Emma, por aquí por favor - dijo indicando que la siguiera - El señor Sutherland se encuentra en su despacho. 

Aminore ligeramente el paso a medida que nos aproximabamos a la puerta del despacho, podía sentir como algo se agitaba en mi interior con cada paso que daba, las manos me comenzaron a sudar y mi corazón latía como si acabara de correr una maratón. Toco la puerta.

- Adelante. - se escuchó una voz profunda proveniente del interior y entré.

A escasa distancia se encontraba un hombre de una estatura muy superior al metro ochenta, tenía la constitución de una máquina de combate, puro musculo, fuerza y vigor. Cabello oscuro y los mismo ojos que deseaba volver a ver, así supe que era él.

- Veo que has despertado, ¿Como te sientes? - inclinó la cabeza, aunque su mirada se demoró un segundo más de lo necesario.

- Aún con algo de dolor pero estaré bien, agradezco mucho que me ayudara señor Sutherland.

- Dime Luke.... - trató de sonar amable pero la verdad se sintió como una orden, como si de alguna manera le hubiera molestado que lo tratara de "usted". - A todo esto...¿Cual es tu nombre?

- Emma Piersson - digo nerviosa, que tenía ese hombre que la dejaba en ese estado ¿Podría él escuchar el errático latido de su corazón? - Y como le decía vine a agradecerle su ayuda, pero creo que ya estoy en condiciones de irme.

- ¡Tu no irás a ninguna parte! - dijo furioso levantándose de su asiento, pero quien se cree que es para hablarme de esa manera.

- Sabes de verdad estoy agradecida por que me ayudaste anoche pero que eso no te haga pensar que te debo algún favor de "clase personal", no soy ese tipo de mujer, yo...- la interrumpió antes de que pudiera terminar.

- Se que no eres esa clase de mujer, pero eres ¡MI MUJER! y maldita sea, pero que me lleven al infierno primero si piensas que voy a dejar que te alejes de mi ahora que te encontré Emma. - la acorraló contra la pared, sentía su respiración en su cuello, olfateándola.. - Hueles tan delicioso que me cuesta controlarme..

- Yo..yo no soy tu mujer. - ¡rayos! estoy tartamudeando, que me sucede. Él toma un mechón de mi cabello y lo coloca detrás de mi oreja dejándola expuesta.

- Soy tu dueño - susurra rozando mi oído con sus labios y embriagándome de sensaciones que no había experimentado antes. Quedé muda...¿Mi dueño? este sujeto si que tenía demasiada personalidad para mi gusto.
- Pero si recién te conocí..además yo no soy un objeto para que me trates como si fuera de tu propiedad. - el rio ironico

- Aunque no lo creas, no buscaba que esto sucediera, pensaba que nunca encontraría a mi mate pero como ya ves, estas acá. Y te necesito para gobernar la manada y tener a mis cachorros...-

- ¿Mate? ¿Manada? ¿Cachorros? ¿Tienes complejo de perro o que? - y sus ojos reflejaban rabia pura. 

- ¡Jamás vuelvas a hablarme asi, soy tu mate, tu compañero y además tu Alpha, me debes respeto, humana insolente! - y levantó su mano. ¿Acaso me iba a pegar?

- Anda pegame...¿Qué esperas? - dije desafiante aunque muriera por dentro.

- No te lastimaría nunca, menos de esa manera, pero no me saques de mis casillas, entiende eres mi Luna. 

- Ni tu Sol, estrellas, planeta ni nada de eso, no soy una puta galaxia, me cansé. Yo me voy. - safé de sus brazos para caminar hacia la puerta pero no alcancé a dar ni dos pasos.
Ahogué un grito cuando me levantó y puso sobre su hombro como si fuera un costal de papas. 

The Black Alpha #OW2018 #WOWAWARDS2K18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora