The Black Alpha #OW2018 #WOWAWARDS2K18

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Luke's POV:

Había demasiada información en su mente, de forma que dejo que esta la procesara mientras seguía observando los varios informes que tenía sobre su escritorio. Una ojeada al reloj le confirmó que era casi la hora en que saldría a patrullar junto a algunos de los centinelas de la manada.

Ellos estaban a cargo de resguardar el territorio y los limites de este, Luke no solía ir en esas rondas de rutina pero esta noche había decidido acompañarlos y asegurarse que todo estuviera en orden, su Lobo estaba inquieto, no lo había dejado concentrarse durante todo el día, ni siquiera entrenar un poco logró calmar a su bestia interior, casi había hecho un surco en el suelo de tanto pasearse de un lado para otro. Eran más de las diez de la noche.. por lo que por si se trataba de algún peligro optó por liderar el grupo.

Alpha de la manada Sutherland, la más poderosa de todo el Sur, había heredado su puesto tras fallecer su padre y pese a tener un hermano menor, Dylan, todos sabían que Luke era el correcto para el puesto, era una gran responsabilidad y quien mejor que él, un hombre frió, calculador y uno de los lobos más poderosos de los que se tenía registro.

Había trascurrido apenas un poco más de una hora desde que salieron y todo parecía estar en orden. Saltó de la rama que había recorrido con sigilo y aterrizó con elegancia sobre el suelo del bosque. A la luz plateada que había dejado paso a la oscuridad tras el crepúsculo, su pelaje perfectamente negro lo hacían convertirse en uno con las tinieblas, un Lobo que sabía cómo emplear las sombras de la noche para ampararse y ocultarse en ellas. Nadie veía a Luke cuando no deseaba ser visto. Por eso era conocido con The Black Alpha.

Llegó al arroyo que se extendía por la zona, la luna se alzaba por encima de su cabeza como un brillante, visible incluso entre las copas de los árboles. Durante un buen rato se quedó inmóvil y simplemente observó. Hombre y bestia se sentían atraídos por algo esa noche. Levantó el hocico al captar el tenue olor que flotaba en la brisa, dulce como a vainilla con chocolate. Al cabo de un segundo escuchó el aullido de uno de sus centinelas. Abrió las fauces para proferir un suave rugido y sus mortíferos y afilados caninos centellearon a la luz de la luna.

Tomó rumbo apresurado desde donde provino el llamado, a una velocidad bella y a la vez letal. El peligro no preocupaba ni a la bestia ni al hombre, esa emoción estaba reprimida en el por una mas profunda: lealtad. Su deber primaba por encima de cualquier otra emoción, de cualquier otra necesidad. Y nadie escapaba del Lobo una vez que este estaba sobre su rastro.

Al llegar observó como sus centinelas estaban en posición de ataque, en el límite de la frontera de la manada, gruñendo, dispuestos a matar por proteger a su gente.
Divisó a su Beta, Nick.

-¿Que está sucediendo? - preguntó con extrañesa, ya que aunque lograba sentir algo tenso en el ambiente se le mezclaba con el dulce aroma que sintió hace algunos momentos, su Lobo estaba nervioso, tenía el corazón acelerado y sus sentidos a flor de piel.

-Luke, hemos visto a unos lobos de la manada Ross por los límites de la zona, lo que nos extrañó, fue que parece que estuvieran de caza, pero están muy lejos de su territorio para ello. - dijo Nick y tenía razón.

La enemistad existente entre ambas manadas era como una herida profunda, luego del ataque que causó el deceso de su padre James, los miembros de la manda Ross sabían que tenían una sentencia de muerte sobre sus cabezas y su Alpha Thomas Ross, él vil animal que con sus propias garras asesino a su antecesor, lo tenía muy presente, cada uno en su territorio, pero Luke aprovecharía cualquier oportunidad para justificar su ataque y acabar de una buena vez con ese canalla y cobarde.

Y en un segundo se hizo el caos, divisaron a los lobos de Ross corriendo, gruñiendo a algo..no esperen, a alguien...ese aroma...es Ella.
Y la vio, estatura media, cabello oscuro, corriendo por su vida y Luke perdió la cordura. Su Lobo estaba furioso, como se atrevían a siquiera mirarla y mas aún amenazar su vida. Trató de controlarse, se puso frente a sus hombres y ninguno de ellos emitió siquiera un sonido. Cuando ella corrió hacia su frontera y sus ojos se cruzaron sintió como si electricidad corriera por todo su cuerpo y ella se paralizó, no me movía, sólo lo observaba.
Cuando el aroma a su sangre llegó a las fosas nasales de Luke, no se pudo controlar más, habían herido a su hembra, su Luna, eso se pagaba con la muerte.

-¡Atrás! - le grito a su compañera y la empujó para dejarla a resguardo de sus hombres.
-Luke...es...- le preguntó Nick, sin poder siquiera pensar que fuera posible.
-¡Si! Protéjanla con su vida. - gruñó furioso.

-Pero miren a quien tenemos aquí, no es el hijo del intento de Alpha de los Sutherland, perdón...ex Alpha. - río Thomas Ross.
-¡Vuelve al agujero del cual saliste! No tienes nada que hacer en esta zona, es la única advertencia que te haré. - dijo furioso, optando su posición de Alpha.

En cualquier otro momento Luke habría aprovechado la oportunidad de desgarrarle el cuello con sus propias manos al idiota de Ross pero no ahora, cuando acababa de encontrar a su compañera, no pondría en riesgo su vida.

-¡Baja tu tono cachorro! Lo que más quiero es alejarme de esta asquerosa tierra, pero tienes algo que es mío... - con la mirada buscó a su mujer entre sus hombres.

-Por favor no dejes que me lleve... - fue un leve susurro que le dio su compañera a Nick, pero lo suficientemente fuerte para llegar a sus oídos, estaba aterrada y nadie se mete con los suyos.

-Te lo dije ¡Largo! Aquí no hay nada que tenga que ver contigo Ross, no lo volveré a repetir. - su lobo gruñía en su interior por su instinto de protección.
-Esa mujer que tienes ahí, cruzo la frontera de MI territorio primero y quiero jugar con ella un rato, si tanto te gusta te la devuelvo después de entretenerme... - estaba furioso, no esa palabra no alcanzaba a describir lo que sentía.

Su manada se puso a su lado, superaban a la gente de Ross en número y por mucho, ellos sólo eran cinco, en cambio Luke había llevado consigo a nueve de sus mejores centinelas, además de su Beta Nick y él. La manada los estaba desafiando y si Ross no era tan idiota como parecía, lo mejor que podía hacer era esfumar su estúpido trasero del lugar. Los hombres de Ross sintieron la amenaza, estaban listos para atacar también.

- Ja ja, eres simplemente patético Sutherland, ahora trabajas de guardaespaldas de los humanos? Siempre imagine que caerías bajo, pero debo admitir que me sorprendes...- dijo burlón y con una maliciosa sonrisa en el rostro.

- Lo que yo haga no es asunto tuyo, ¡FUERA! - y gruñeron todos los miembros de su manada presente juntos.

- Me iré, pero no porque me lo pides, sino porque no vale la pena ensuciar mis garras por una humana tan poca cosa como ella, pero agrega esto a la lista que nos tenemos Sutherland. Aprovéchala cachorrito...-dijo dándose la vuelta e indicándole a sus hombres que se retiraran.

Luke dio un paso adelante, quería acabar con ese gusano de una vez por todas, por lo que le hizo a su familia, a su pueblo y ahora a su compañera, pero la voz de Nick lo detuvo.

- Luke...- habló preocupado su Beta y cuando se dio vuelta se dio cuenta que su compañera caía en los brazos de este.
Su corazón se detuvo ante tal imagen, su lobo entró en pánico, si algo le pasaba nunca se lo podría perdonar y no habría lugar en la Tierra donde el culpable se pudiera esconder para escapar de su furia.

La tomó en sus brazos, estaba asustado, luego de años de completo control y frialdad, debía admitir que lo embargaban demasiadas emociones, observo sangre correr por su frente, no era una herida profunda pero la había lastimado.

Deseaba llevarla a rastras a su casa y dejarse dominar por su ser primitivo. Un rugido amenazó con escapar de su garganta, cuando unos bellos ojos avellana lo observaron.

- Gracias...- fue todo lo que pudo decir antes de que se perdiera en la inconsciencia. Podía sentir el sufrimiento que ella desprendía y eso le partía el corazón.

- ¡MIA! - grito con todos sus pulmones, hombre y bestia había al fin reclamado a su compañera.