Siluetas

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Ya esta... Estoy perdida. Esos eran mis pensamientos en aquel momento. Pensaba que aquel era mi final, que aquel hombre me iba a secuestrar, matar o alguna otra cosa. Bueno, por lo menos moriría con ese impresionante vestido. Cerré los ojos esperando mi trágico final, cuando de pronto escucho a un chico llamarme.

-Eh! SELY!!! Que haces aquí sola?- arrastraba las palabras mi amigo Miguel, se notaba que estaba muuuuy borracho.

- Eh.. Yo...- miré a donde estaba la silueta de aquel hombre pero ya no había nadie.

-Uff... -suspiré y me di media vuelta para ver a Miguel de pie detrás mío aguantándose en el banco para no caerse.

-Miguel? Eh! Hacia semanas que no sabia nada de ti... Como estas?- le pregunte mientras le daba un abrazo.

Miguel era un amigo del instituto desde que entré allí. Aunque no lo veía mucho, era el típico guaperas que se saltaba la mayoría de las clases para ir con sus amigos a hacer sabe dios qué, con alguna chica.

-Pero que guaaapaa estaaaas!!- me gritó mientras sujetaba mis brazos para verme mejor.

-Gracias- dije vergonzosamente- veo que vas contentillo... Cuanto has bebido?

Yooo???- dijo señalandose torpemente con el dedo índice.- solo una copa...- puso una sonrisa boba.

-Ya... Una copa no?- pregunte sarcásticamente levantando una ceja.

-Oye desde cuando estas tan guapa?- dijo acercándose peligrosamente hacia mí con una sonrisa maliciosa.

-Miguel creo que has bebido demasiado... Deberíamos volver a dentro- dije dando un paso atrás, viendo que seguía caminando hacia mi.

-Sely...no huyas... Somos amigos desde hace mucho, creo que podríamos divertirnos mucho juntos...- susurró cogiendome fuertemente de la cintura y apretandome contra él.

- Miguel sueltame... No sabes lo que estas haciendo y te puedes arrepentir- advertí intentando zafarme de su agarre, pero era inútil, me agarraba con mucha fuerza.

-Sely, Sely, Sely... Cuando aprenderás a que no puedes vestirte así, venir a un lugar alejado provocándome y no pretender que haga nada? Se que no eres tan tonta...-dijo acercando su cara a la mía y susurrandome al oído.

-Que yo qué...??? Miguel suéltame...-grité dándole golpes en el pecho, claro que a él no le afecta a en absoluto.

-Sí nena, ahora eres mía...- dijo cogiendo no cara entre sus manos para besarme.

Joder y ahora que hago?? Pensaba... No podía zafarme de él, me tenía acorralada. No podía ser... Sonó el gran reloj de la fachada de la mansión... Las 00:00 oficialmente era mi cumpleaños y yo estaba acorralada sin poder escapar.

Sin saber por qué, comencé a marearme, la vista se me estaba nublando bruscamente hasta que no pude ver nada. Me desplomé en los pies de Miguel que seguía queriendo lo que quería. Solo podía escuchar. Y de pronto, escuché una potente voz masculina.

-Aléjate de ella- dijo esa voz.

- O qué?- preguntó Miguel vacilante.

Escuché un fuerte golpe y sentí como unos fuertes brazos me cogían y me sacaban de allí. Pude abrir vagamente los ojos y vi la misma silueta oscura de antes, la que estaba escondida en los arbustos,ahora me estaba cargando. El mundo se me venía encima no podía hacer nada. Solo cerré los ojos y perdí el conocimiento.

Cuidado con tus sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora