Me aparté de Kian dándome cuenta de la cercanía de nuestros rostros. No sabia que estaba pasando, ni por que había abrazado a Kian. Sé que él era mi guardián pero se suponía que no me caía bien y sin embargo, había estado a poco de... NO!! Nunca habría pasado, de hecho, no ha pasado así que no voy a pensarlo mas.
-Seguimos con el entrenamiento?-pregunté intentando evitar su mirada.
-No... Creo que es suficiente por ahora. No podemos arriesgarnos a que alguien nos vea. - contestó mientras avanzaba al coche dándome la espalda tan fríamente como si nada hubiese pasado.
-Eh... Claro, si tu lo dices.
Le seguí y me subí al vehículo. Al momento arrancó y se incorporo de nuevo a la carretera.
Habría pasado media hora de trayecto. Habíamos estado en silencio todo el tiempo, fue algo incómodo. De vez en cuando lo miraba y veía que me miraba de soslayo, pero cuando se daba cuenta de que lo miraba, apartaba rápidamente la vista a la carretera.
Poco tiempo después, llegamos a ese bar de carretera que me había comentado.
Era un barucho de carretera pequeño. La fachada de madera se caía a trozos, y los aparcamientos estaban llenos de motos, lo que significaba reuniones de motoristas. Eso no me daba buenas sensaciones, por lo general no me gustaban mucho los motoristas, daban mal rollo.
Bajamos del coche y nos encaminamos al interior del local pasando entre las motos. Y antes de pasar por la puerta de entrada, Kian se paró, se giró hacia mi y dijo:
-Ni se te ocurra hablar con nadie que no sea yo, solo con el camarero y únicamente para pedir la comida. Entendido?- me miraba duramente, incluso me dio algo de miedo.
-Si... Perfectamente.-dije mirando a mis pies y con una voz casi inaudible, debido al temor a ese Kian frio y distante.
Abrió la puerta y me dejó pasar dentro primero. Si no estuviese en ese momento tan confundida por los repentinos cambios de humor tan bruscos de Kian, hubiese pensado que era hasta caballeroso.
El interior era oscuro con pequeñas lámparas colgadas del techo que daban una luz cálida muy tenue. Había algunos motoristas sentados en la barra, y otros muchos en las mesas a la izquierda de la entrada. Aquellos nos miraron al entrar pero no me pareció raro... Quien esperaría que una chica normal y un gorila-dios griego-don cambios de humor repentinos entrasen en un bar de moteros perdido en medio de la nada?
Nos dirigimos a las mesas a la derecha de la entrada, las cuales estaban completamente vacías. Kian se sentó de form que podía ver por encima de mi hombro, la entrada y a aquellos moteros. El camarero se acercó.
-Vais a tomar algo o que?- preguntó con desgana y con cara de asco.
-Que quieres Sely?- preguntó Kian, aun con aire distante.
-Eh...pues, una cola y una hamburguesa esta bien gracias.-dije con aire inocente al camarero que seguía con cara de que odia a su vida.
-Y tu, musculitos?-preguntó el camarero mirando ahora a Kian que no me quita a el ojo de encima, no sabia si me miraba a mi o por encima de mi hombro.
-Lo mismo que ella.- seguía sin apartar la vista de mi.
El camarero se fue a hacer su trabajo que tanto odiaba y nos dejó tal cual estábamos. Empecé a mirar mis manos que jugueteaban nerviosas encima de mi regazo por la mirada de Kian.
-aún nos queda mucho camino?- pregunté intentando salir de aquel silencio tan incómodo, pero sin dejar de mirar mis manos.
-Tan feo soy como para que ni tan siquiera me hables mirándome a la cara?- preguntó con tono burlón.
Cuando levanté la mirada me estaba mirando con una gran sonrisa. De verdad, yo no entendía a ese chico. Hace dos minutos estaba tan serio que la tensión entre nosotros se podía cortar con tijeras, y ahora esta ahí, sonriendo como si hubiese sido así toda su vida.
-Pero tu de que vas?- pregunté frunciendo el ceño.
-Que?- preguntó divertido alzando las dos cejas a la vez.
-Hace un minuto estabas tan serio que hasta dabas miedo y ahora estas ahí tan feliz... Eres bipolar o algo? Dímelo si es así, porque no te sigo...
-Me estas llamando loco?- dijo carcajeando.
-Si... Estas para que te encierren en serio...- dije enfatizando en el "en serio".
-Solo estaba confuso por tu reacción después de que antes casi nos...
-Antes casi NADA!!- dije interrumpiéndolo con los ojos muy abiertos.
-Mentira... Te vi las intenciones Sely-dijo moviendo las cejas de arriba abajo repetidamente divertido.
-Que intenciones?? No se de que hablas...- dije intentando parecer confusa.
-Ya, claro... No te hagas la loca. Te morías por besarme.- dijo sonriendo levemente. Abrí los ojos de par en par.
-MAS QUISIERAS!! -dije casi gritando.
Comenzó a reír fuertemente dando golpes en la mesa. De verdad no sabia de que se estaba riendo...
-Que tiene tanta gracia?- dije confusa.
-De lo mala actriz que eres, sé que te moríaspor besarme, lo aceptes o no.- afirmó con la cabeza.
Ahora que lo pensaba, en ese momento solo podía pensar en esos carnosos labios rosados aclamando un beso. SELY!! Concéntrate!!
-Perdona??- dije chasqueando los dedos a la vez que meneaba la cabeza, enfatizando mi dramatizacion- ese es tu seño Kian, no el mío... Es mas, seria mi pesadilla!!
Comenzó a reír de nuevo.
-Y ese gesto a lo diva??? - preguntó divertido.
-Siempre lo hago con mis amigas, es costumbre ya.- dije ruborizándome, cuando me di cuenta de lo que había hecho.. Que vergüenza...
-La loca aquí eres tu...
-Vas a dejar de reírte de mi alguna vez o vas a ser igual de idiota?- dije mirando otra vez mis manos entre molesta y triste de que fuese el quien me hubiese llamado loca... Aunque era el estupido de Kian, no sabia por que me molestaba tanto.
-Lo siento, no era mi intención que te pusieras así...- dijo notando mi estado de animo.
Solo asentí a su respuesta, sin mirarle aun, cuando el camarero apareció con nuestra comida.
Mientras comíamos, no hablamos ninguno de los dos, y excepto en un par de ocasiones en que nuestras miradas se encontraron, no fue incómodo.
Al terminar, sentí unas ganas tremendas de ir al baño.
-Necesito ir al baño- dije algo avergonzada.
-Están fuera a la derecha- dijo el camarero que traía la cuenta.
Me levanté y sin decir mas, me dirigí hacia allí.
Era algo asqueroso, pero por desgracia si no lo hacia ahora, me lo haría encima.
Cuando salí de ahí, ya estaba anocheciendo. Me dirigí a la entrada del barucho, cuando siento que me llaman dándome toques en el hombro desde atrás.
Supuse que era Kian mientras me daba la vuelta, pero cuando em fijé, eran tres motoristas. Cada uno llevaba un arma en la mano que me estaban apuntando directamente.
-Hola Athenea- dijo uno con voz ronqueña.- que te parece si jugamos un rato?
No sabía que estaba pasando. Pero cuando me fijé bien, vi esos tatuajes en el cuello. Eso significaba... Esbirros de los Stratski!!!
Joder, estaba en peligro. Donde está Kian?? Es lo único que podía pensar.
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Cuidado con tus sueños
FantasySely es una chica normal, con una familia, amigas y vida normales. Pero un día llega un chico nuevo a clase, Kian, un chico guapo y musculoso, que noble quita ojo de encima. Pero a ella le da malas vibraciones. Esa noche van a una fiesta y todo se t...