Capítulo VII.

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SeulGi llevaba un par de días sin sacar de su cabeza a la chica de las galletas, quien resultó ser vecina de su tía Tiffany. La chica que la llevó a un mundo donde todo era color de rosa, la chica que invadió sus pensamientos e incluso sus sueños y eso que solamente habían pasado un par de días desde la primera vez que la vio.

Era la primera vez que SeulGi se sentía de esa manera con una mujer, o sea, la primera vez que una muchacha que acabase de conocer ocupara el noventa por cierto de sus pensamientos diarios, y es que Irene era extremadamente hermosa. Si fuese una modelo de las revistas de moda que tanto compró la oso mientras era amiga de JiSoo, seguro Irene sería multimillonaria y con miles de propuestas de trabajo en todas las revistas reconocidas de Corea y del mundo. Su rostro era de admirar, su blanca piel, sus dientes perfectamente alineados y brillantes, sus delgadas piernas, ¡todo!

Por Dios, ¡la chica era simplemente perfecta! Seguramente Afrodita se estaba retorciendo en el olimpo por concederle a Irene tanta belleza. Si a su belleza le sumamos sus excelentes habilidades en la cocina, en especial en los postres, la chica se convertía en una súper mujer. ¿En qué más sería buena Bae JooHyun?

Se removió en su cama mirando hacia la ventana de su habitación. El silencio de su pieza le traía los recuerdos del día en que conoció a la vecina de su tía.

↩️ flashback ↩️

—Pero no te quedes fuera, corazón, ven, pasa.

—Buenos días, señorita Tiffany ―La mencionada niega con la cabeza haciendo un gracioso mohín ―Sólo vine a dejarle esto ―La muchacha de piel pálida mostró la canasta que yacía  entre sus manos.

—Nada de señorita, te he dicho muchas veces que me digas Tiffany ―SeulGi observaba la escena desde atrás de su tía. La chica desconocida aún para ella se ríe. Ambas jóvenes hacen contacto visual, entonces la mayor se percata de la presencia de su sobrina ―Oh, Irene-shi, ella es mi sobrina, Kang SeulGi. Se quedará un tiempo conmigo ―La amante del color rosa se recorre un espacio para dejar ver a la chica oso. Esta última sonríe tímidamente ―Cariño, ella es Bae JooHyun, prima de los hermanos Kim y que son también mis vecinos.

—Hola ―Se limitó a decir SeulGi, no sabía qué más decir.

—Hola, SeulGi-shi ―Hmm... su nombre desde los labios de JooHyun se escuchaba a gloria.

Irene parecía un conejito a los ojos de Kang. Desde ese día –porque bien sabía que se iba a quedar por mucho tiempo– le diría en su mente Bunny, su nombre y apodo eran preciosos pero Bunny le gustaba más. Sus mejillas eran bastante lindas cuando sonreía ―Si gustas puedes llamarme Irene, como todos aquí ―Comenta la muchacha sin deshacer por completo su sonrisa ―Espero nos llevemos bien y seamos amigas.

—También lo espero ―¿Es que acaso el ratón te comió la lengua, SeulGi?

—Por cierto, he traído estas galletas, TaeYeon-shi me dijo que un pariente de usted había venido, y decidí prepararle galletas caseras ―Se dirigió a Hwang para luego mirar a Kang ―Tengo la esperanza de que te gusten. Las preparé con mucho amor.

Seul tomó la canasta con las galletas que le fueron ofrecidas, estas tenían forma de corazón.

—Seguro son deliciosas ―Le dice Tiffany a Irene. El ambiente se tensó un poco debido a que ninguna de las chicas sabía qué más decir.

—Bueno... me paso a retirar. Con permiso señorita Tiffany, SeulGi-shi —La chica caminó de espaldas hasta llegar al portón de la casa.

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