El Sacrificado

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¿Quién diría que una inocente broma llegaría a hacerle tanto daño a una persona? En ese momento ninguno sabía lo que sucedería y mucho menos cuan arrepentidos o agradecidos quedarían por esta. James, Lupín, Peter y Sirius se encontraban platicando en la sala común de Gryffindor; estaban planeando su nueva pero sobre todo brutal broma hacia Snivellus, era casi como un juego olímpico el hacerle la vida imposible al Slytherin. El líder tenía la más brillante idea de mundo no sólo para molestar al chico de la piel pálida, sino también de humillarlo de una manera que los demás no se habrían imaginado.

-Para llevar a cabo este plan necesito tú ayuda Sirius, eres todo un Casanova y seguro no te sería tan difícil enamorar a nuestro querido Snivellus-le decía mientras lo animaba sin duda su mejor amigo era la opción ideal, además de odiar al chico de los ojos color ónix tanto como él tenía una gran fama de conquistador.

-No lo sé James, Severus y yo-se quedó pensando, realmente no sabía si podría lograr algo como aquello más que nada porque seguro sería sospechoso además de que no estaba seguro de que hacer.

-Pero eres el ideal, a mí no me haría caso porque ves que esa serpiente quiere a Lily, mientras que Peter es considerablemente más chaparro y Lupin es muy bueno para hacer algo así, seguro se retracta-al escuchar eso el Licántropo aceptó un poco de malas lo que había dicho pues ciertamente era algo en lo que no quería participar.

-Aceptaré si ustedes también se unen al teatro, no me van a dejar hacer el ridículo solo-sentenció, estaba claro que sí tendría que salir con Snivellus un tiempo entonces no sería el único que se la pasaría mal.

-Trato hecho-contestó James en nombre de todos los presentes, aunque en realidad hasta el mismo dudaba si aceptar o no, pero quizá su odio por el azabache era aún más que otra cosa ya que en su mente lo veía como un impedimento para poder estar con Lili.

-Bien, si es así-estaba pensando en que era lo que haría en ese momento, simplemente quería que ellos se la pasaran igual de mal que él-Bueno Lupin tu te encargaras de Lucius, sin duda eres el ideal-se rio mientras este fruncía el ceño-Por lo tanto James te toca conocer a mi hermanito y procurar que el no se entrometa, mientras que Peter deberá mantener vigilada a Narcisa, ella es muy chismosa. No queremos que se entere.

El día siguiente aunque no lo admitieran, el grupo de merodeadores se encontraba nervioso mientras miraban con angustia en el gran comedor a sus presas. Se habían puesto de acuerdo para separarlos durante la clase de pociones que ellos compartían para quedar cada quien con su respectiva víctima.

No tardaron mucho y despistando a la profesora se sentó cada quien donde quiso haciendo enojar notablemente a los chicos de Slytherin que sabían que nada bueno podría salir de esa tan peculiar opción. A quien le preocupaba más era a Lucius pues era cercano a Severus y temía por su seguridad y lo que el idiota del pulgoso le pudiera hacer en plena clase.

-¿Por qué no te retiras con Potter y me dejas hacer equipo con tu hermano?-le preguntó al saco de pulgas mientras esté sacaba sus cosas listo para tomar la clase.

-No, lo siento Snivellus pero quiero estar cerca de ti-le contestó mientras la veía fijamente y le guiñaba un ojo-Seamos cercanos-de no haberse preparado mentalmente para eso seguro se habría indignado por la cara de asombro y asco que tenía consigo el Slytherin era claro que no confiaría en él con tanta facilidad, pero lo lograría o eso iba a intentar.

Un mes después como cada día desde que habían pensado en esa forma tan peculiar de burlarse de Snivellus tenían su reporte diario en las noches en sus alcobas. Ya ahora la resistencia por la compañía por parte de los chicos de Slytherin era prácticamente nula, quizá es porque las bromas contra Severus cesaron y veían ese cambio como algo bueno.

Era solo una broma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora