Dicen que en el último momento de tu vida está recorre frente a tus ojos en cuestión de segundos. Lo primero que recordó fueron los maltratos de su padre, lo maldito que este había sido con su madre hasta llegar a matarla. Lo siguiente que se le vino a la mente fue la bella sonrisa de la persona más maravillosa que había conocido hasta aquel entonces, Lily Evans.
Seguido de esto los merodeadores rondaron sus pensamientos pero sobre todo uno de ellos. Ver a Sirius Orion Black tan joven, tan atractivo, siendo el mismo idiota de siempre y declarandole esa bella sonrisa, dándole aquellos besos con los que soñó la vida entera, profesando ese amor que realmente había durado una vida, la suya.
Todos los problemas que tuvieron, aquellas batallas falsas y sus peleas perdidas en su hogar en las afueras de Londres. Pensar en el hijo que había tenido y habían perdido todo por los estúpidos engaños de James Potter, el arrepentimiento absoluto al no haberle creído cuando este le dijo que le amaba.
La muerte de Lili a manos de Voldemort y la impotencia que sentía al no poder hacer absolutamente nada al respecto. El haberla cargado ya muerta, sostenerla entre sus brazos mientras sentia desgarrar su corazón al haber perdido a su única amiga, el llanto persistente de su hijo de apenas un año y tres meses. Es fue uno de los peores días que había tenido a lo largo de sus 38 años de vida.
En 1993 fue la primera vez en 12 años que volvió a ver a Sirius Black, pensar en que lo habían acusado de traición, de haber matado a James y Lily Potter fue la noticia más absurda que pudo haber leído jamás. Sabía muy bien cuánto quería a su amigo y que incluso le perdonó después de enterarse que este los había tratado de alejar. Sin embargo Severus no creyó esa historia y se alejó definitivamente del pelinegro. Al menos hasta el momento de su escape.
Cuando Sirius pudo infiltrarse victorioso en Hogwarts lo primero que hizo fue buscar a Severus Snape. Hablaron de todo un poco. Pudo recordar ese día como se sentía rozar sus labios con dulzura, como era el tener a alguien tan cercano a ti llorando, abrazándose, estar en los brazos de Black había sido como una cura después de todos los años que se había pasado pensando en que hubiera pasado si le hubiera creído sobre la carta, si en ese momento no hubiera estado devastado por lo de su hijo quizá habría podido superarlo juntos.
A partir de allí ambos cuidaban de Harry, se mandaban mensajes ocasionales solo para recordar lo que ya sabían. Que se amaban y que a pesar del tiempo eso no iba a cambiar. Incluso llegaron a visitar su antiguo hogar, para rendir homenaje ante la tumba del hijo que no pudieron conocer.
El 18 de Junio de 1996 Sirius Orion Black falleció a manos de Bellatrix Lestrange, ese día su corazón se volvió a romper pero en esa ocasión fue de forma definitiva. Deseaba haber podido evitarlo pero era demasiado tarde. Soportar a la perra que había asesinado a la única persona a la que había amado con tal intensidad era el precio que pagaba día y noche con tal de poder seguir protegiendo a Harry, hijo de su mejor amiga, ahijado de la persona que amo.
No podía dejar que el muchacho muriera, cuando se enteró de los planes de Dumbledore sus inquietudes y su odio hacia el viejo mago renacieron. Críarlo tantos años solo para usarlo como un animal de matadero le causaba una furia absoluta. Aun así siguió con el plan y actualmente se encontraba postrado, entre los brazos de Harry Potter, mirándolo a sus ojos. Los mismos ojos de Lily, sabiendo que ese sería su último aliento.
Fin
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Era solo una broma
FanfictionJames, Sirius, Remus y Peter estan pensando en como seguirle haciendo la vida imposible a Snivellus, el cual parece ser el mayor impedimento para que Lili le haga caso a James. Por ello este y el resto de los merodeadores siempre lo molestan. Una no...