Amistad

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Ya caminando fuera de la biblioteca para dirigirse a su casa, Minho iba cargando seis grandes y gruesos libros. En ese momento deseaba tener algún carrito para poder aligerar un poco la carga.

—¿El Rey Calabaza necesita ayuda o puede solo? —Minho reconoció la voz aun cuando la pila de libros le tapaban la visión.

—Una ayuda estaría bien.

Los tres primeros libros de la parte superior flotaron uno por uno hasta llegar a las manos de la linda brujita que le sonreía.

—Gracias, Gayoung. Apareciste en el momento exacto —Minho finalmente pudo respirar aliviado— ¿Qué es lo que haces por aquí? ¿No deberías de estar con tus hermanas en la tienda de pociones?

La chica negó levemente con una sonrisa.

—Creo que tanto tú como ellas y todos en Halloween, se han dado cuenta de que yo no encajo exactamente aquí. Así que voy a salir de viaje mañana para ver en qué otra Fiesta me puedo quedar.

—¿Estás segura de eso? —el vampiro hizo una mueca— Tú eres la mejor de ellas haciendo pócimas.

—Lo sé —la bruja acariciaba la pasta de los libros y aunque la situación hubiera hecho que cualquier otro monstruo se pusiera triste, ella sonreía como si nada malo estuviera pasando— Pero siento que si me quedo aquí por siempre, sería infeliz... Míralos, Minho.

El Rey Calabaza giró el rostro observando a sus súbditos, estaban escogiendo el cuchillo más afilado, la calabaza más grande, algunos platicando de la mejor forma para decapitar y los niños jugando con la cabeza de un muerto.

—Son fantásticos, pero yo no pertenezco a ellos. El mundo sombrío y obscuro que aman es uno que a mí no me gusta del todo. Por eso prefiero ir a dónde pueda utilizar mi magia de forma menos... Tenebrosa.

Minho asintió. Gayoung había sido de las primeras habitantes en Halloween que había conocido y fue gracias a ella y la tienda de pociones que tenía con sus hermanas, que Minho creo todos sus dulces que le fascinaban al pueblo.

—Entonces... ¿Ya no piensas regresar? —la brujita se rió.

—Mañana son mis entrevistas en todas las Fiestas, solo me iré unas cuantas horas. Después de eso esperaré tal vez uno o dos días hasta que me llegué una carta del lugar dónde me aceptaron. ¿Vas a llevar todo esto a tu casa?

—Ah... Sí.

La dama chasqueó sus dedos y de un momento a otro todos los libros desaparecieron dejando a Minho con la boca abierta.

—No te preocupes. Están en la mesa de tu estancia, es mucho más fácil de esta forma que cargar todo ese camino de regreso. Aunque... ¿Puedo preguntar por qué el Rey Calabaza está de repente interesado en las demás Fiestas? ¿Qué es lo que tienes en mente ahora?

—Es un secreto que no puedo contarte. —Minho sonrió divertido por los modales de la bruja. Ella era muy juguetona y su aura era la más dulce del lugar— Pero... podría darte pistas si me ayudas con algo.

Esas palabras hicieron que la chica se sintiera intrigada y diera tres pasos adelante mirando fijamente a Minho.

—Te escucho.

—Necesito que en tu viaje de mañana me traigas diferentes cosas de todas las Fiestas.

—¿Cosas? —preguntó confundida y pensando un poco— ¿Qué clase de cosas?

—De todo. De todas las cosas que te llamen demasiado la atención y creas que son bonitas, confío bastante en tus gustos, eres la única que podría ayudarme en esa tarea.

—Creo que sé a lo que te refieres. —ella asintió y ladeó un poco su cabeza moviéndose ligeramente de un lado a otro esperando una parte del secreto que Minho no le podía contar.

—Lo único que puedo decirte es que no son para mí. Quiero que alguien más las vea.

De repente la chica dio brincos de emoción y unos cuantos aplausos —¡Tienes una pareja!

—¡Shhh! —Minho le cubrió la boca y la llevó lejos de la plaza central hasta la entrada al cementerio —Yo no dije eso.

—Pero apuesto a que te gustaría que fuera así.

—No. Somos monstruos diferentes, él es... algo reservado.

—Oh, así que es un "él". Eso es bastante lindo, me alegro mucho por ti, vas a conocer el amor.

—¿Amor?¿Qué es eso?—Minho retrocedió parpadeando por el desconcierto— ¿Es contagioso? ¿Cómo puedo evitarlo?

La brujita comenzó a reírse pero se cubrió la boca con una mano y sostuvo su estómago con la otra.

—El Amor es la fuerza más poderosa de todos los tiempos.

—¿En serio? ¿Entonces por qué nunca había escuchado de él?

—Porque aquí es muy difícil que se dé. Hmm... Un ejemplo sería Jack con Sally, ellos están enamorados.

—Quieres decir que viven juntos.

—Algo así. Prometieron que nunca se separarían y se aman con gran fuerza.

—Ya veo... Entonces el amor une a los monstruos y los hace muy fuertes. Algo así como los más aterradores.

—Ah... No me estás entendiendo. El amor no es algo que puedas ver o tocar, es algo que se siente en el corazón.

—Mi corazón está muerto.

—¡Exacto! —Ella lo tomó de las manos y lo sostuvo viéndolo a los ojos— Tú corazón no es capaz de sentir nada por el momento, pero cuando te enamores comenzarás a tener una sensación agradable en tu pecho y será lo más hermoso que alguna vez podrás experimentar. Es lo más bello en el mundo y tiene el poder de arreglar todo, solamente debes dejarte llevar por tus sentimientos y que el amor se instale en todo tu cuerpo llenándote de felicidad.

—Ahora comprendo por qué vas a irte de la cuidad, solamente hablas de tonterías y cosas que no existen —de un momento a otro Taemin apareció de entre las sobras con el ceño fruncido y los brazos cruzados— Es mejor que no escuches sus disparates, Minho. La bruja está más loca que Jinkinstein, pero por lo menos el científico es un verdadero monstruo que pone en alto el nombre de la ciudad.

Gayoung soltó de inmediato a Minho y se abrazó a sí misma agachando su rostro dejando que el Payaso dijera todas esas palabras que la herían.

—¡Taemin! Es mejor que te retractes sobre lo que has dicho.

—No intentes protegerla, es obvio que nunca será de los nuestros. Pobre brujita tonta, ¿Te caíste demasiado alto de la escoba que tu cerebro quedó al revés?

En ese instante Minho no lo soportó más y caminó hasta el payaso tomándolo del cuello y estampándolo contra la pared.

—Si vuelves a decir otra palabra voy a cortarte la lengua. —Taemin sonrió ladino y levantó una ceja.

—¿Y si mejor me la comes? Además, ya no es necesario que hagas nada, esa pequeña cucaracha se esfumó.

Y efectivamente como había dicho Taemin, la amiga de Minho se había ido. Él se sintió mal ya que no pudo defenderla como hubiera querido.

—Es mejor que no que tengas relación alguna con ese tipo de adefesios. Son aburridos.

El vampiro volteó encontrando a su insoportable acosador sentado en el pilar de la entrada al cementerio, le dirigió una mirada amenazante para después irse de ahí.

—¡Tienes unos ojos de terror! Espero que aquel monstruo con el que ahora pasas mucho tiempo los valore bien.

Las palabras de Taemin hicieron que se detuviera unos segundos, pero Minho sabía que si regresaba a averiguar, terminaría siendo él quién soltaría información, así que solo siguió su camino.

Envenéname el Corazón - MinKeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora