Fragmento

171 29 14
                                    

Minho había abierto los ojos, se sentía bastante mareado y el cuerpo le dolía.

—¿En dónde estoy? —dijo levantándose un poco y poniendo una mano sobre su cabeza.

—Tranquilo, estás en la enfermería, el golpe que te diste hizo que te desmayaras. No debes de correr mientras bajas las escaleras.

Esa voz de mujer hizo que el vampiro se sorprendiera, cuando se levantó del suelo vio que todo era de color blanco y con cierto resplandor propio, entonces cuando volteó detrás suyo vio a una mujer con un uniforme blanco y azul que atendía a un niño que estaba medio recostado en una cama, sabía que eran humanos porque millones de veces los vio ilustrados en los cuentos que leía. Con cuidado se acercó, y tal como lo había imaginado, aquellas personas no lo podían ver, así que simplemente se dedicó a mirar cómo esa mujer cuidaba del pequeño.

—Esta es la tercera vez en el mes que visitas la enfermería. Me agrada tu compañía pero preferiría que fuera sólo en los cursos que damos —la mujer le sonrió al pequeño y lo tomó de la mano acompañándolo hasta la puerta —Ya no seas tan travieso, Minho.

Los ojos del vampiro se abrieron un poco más y comenzó a seguir al niñito que salía de esa habitación, pero al cruzar la puerta se encontraba en un lugar obscuro con millones de camas.

—La señora Nam me acaba de decir que mañana vendrán unas personas para platicar conmigo, creo que quieren adoptarme —las voces de los niños hicieron que el monstruo se fuera acercando a ellos. Eran dos que estaban sentados en una cama junto a la ventana mientras los demás dormían— les voy a platicar de ti y tal vez nos lleven a ambos.

—No es necesario que hagas eso Taehyun, ya tendré yo la oportunidad de irme por mi cuenta, sólo prométeme... Que vendrás a visitarme cuando puedas, no quiero perder contacto contigo, eres mi mejor amigo.

—Eso jamás pasara, Minho.

Nuevamente escuchaba su nombre. No estaba del todo seguro pero algo dentro del vampiro le decía que ese niñito y él, eran el mismo ser. Intentó tocar el hombro de aquel infante que abrazaba su amigo pero un grito hizo que desviara su mirada.

—¡No! ¡Suéltenme! ¡No! —Minho corrió hasta la puerta de dónde venía ese escándalo y vio al mismo niño siendo agarrado por unas mujeres mientras otra le inyectaba algo —¡Tenemos que salvarlos! ¡Él se los lleva! ¡Tenemos que salvarlos!

En ese instante su corazón muerto palpitó demasiado fuerte que lo hizo caer de rodillas al suelo llevándose una mano al pecho, cuando levantó su vista vio al niño colgando un cuchillo en su pequeño cinturón, detrás de él un sillón bloqueaba una puerta que era golpeada por varias mujeres que gritaban su nombre y pedían que les abriera. Aquel chiquillo respiró hondo y caminó hasta la cama de la esquina y se agachó para entrar debajo de ella.

—¡Minho! —el vampiro percibió un golpe en la cara y cuando abrió verdaderamente sus ojos vio a Bacon sonriendo victorioso —¡Ja! Les dije que solo necesitaba un buen golpe para despertar.

El monstruo agitó un poco la cabeza y se levantó de golpe haciendo que el duendecillo cayera al suelo ya que estaba encima de él.

—¿Qué fue lo que pasó?

—Fuiste atacado por mis mejores guardianes —una voz gruesa lo hizo voltearse y entre todos los duendecillos que estaban a su alrededor, pudo ver al gran Jefe duende que era el más anciano de todos y se le acercaba —Te pido una disculpa, Rey Calabaza. No sabíamos que esta noche nos vendrías a visitar.

—No hay problema.

Minho todavía seguía pensado en ese sueño tan extraño que había tenido, le costaba trabajo creer que ya estaba de vuelta en el mundo correcto. Cuando finalmente volvió a su propia mente se dio cuenta de que estaba rodeado por muchísimos duendes que estaban en todas partes.

—Jefe —le dijo al anciano que estaba vestido con una túnica azul y llevaba consigo un bastón —necesito llegar a San Valentín.

—¿Y por qué nuestro Rey Calabaza desea ir a las tierras rojas tan de repente? ¿Ocurre algo malo? —Minho vio de reojo a Bacon que se encogió de hombros.

—Debo de hablar con Cupido. Un... muy preciado amigo mío tiene problemas y sólo él puede ayudarnos.

—¿Ya han ido con el Doctor Jinkinstein o con el Titiritero? Ellos son especialistas en curar cualquier tipo de mal, o mejor dicho, cualquier bien.

—Jefe —Minho aclaró su voz y miró al duende directamente a los ojos—soy consciente de que sólo hace su trabajo y hasta ahora no ha habido problemas pero...

—Y es justamente lo que quiero evitar. Problemas. —el jefe duende dio la vuelta y caminó unos cuantos pasos mientras que sus súbditos le abrían paso entre sí hasta llegar a una roca, ahí quedó sentado en ella— No sé si lo sepas muchacho, pero la confianza de las demás Fiestas sin fin poco a poco ha vuelto a cobrar fuerza y lo que menos queremos todos en las seis Tierras es que otra desgracia vuelva a ocurrir.

—Creo que al ser el líder de la ciudad queda claro que no haré ningún daño.

—El monstruo que alguna vez fue nuestro líder dio comienzo a la era sombría —aquel duende lo miró con una gran seriedad en el rostro y finalmente dio un suspiro.

—Lo tengo bien claro, pero siendo el Rey Calabaza le juro que mis intenciones son buenas.

—Yo diría que son para beneficio propio, dime... ¿De qué monstruo te has enamorado? Reconozco la determinación que se tiene cuando uno mismo está dispuesto para ir al fin del mundo y enfrentar lo que sea por aquel ser que se ama. Es la misma determinación que veo reflejada en tus ojos, ¿Por qué otra razón querrías ir con Cupido?

Minho no dijo nada y sólo agachó el rostro.

—Yo... Tengo que salvarlo.

Fue entonces que el Jefe duende se levantó.

—Será mejor que te des prisa en llegar a San Valentín, en esta fecha esa Tierra tiene mucho trabajo y los querubines vuelan de un lado a otro —el vampiro levantó su mirada y vio como el Jefe le sonreía e indicaba con una mano que lo siguiera. Al ponerse de pie y dar unos pasos más, al fin estuvieron frente al árbol que tenía la puerta en forma de corazón, el Jefe duende le indicó a uno de sus súbditos que la abriera para Minho.

—Te advierto que la caída es dura, intenta no golpearte la cabeza. Y una cosa más, vampiro. Cuando estés ahí busca a Jonghyun, él te ayudará a encontrar a Cupido.

—Lo haré —Minho asintió y preparó su pequeña mochila mientras veía el interior del árbol, cerró sus ojos y dejó que su cuerpo cayera dentro siendo succionado, escuchando que la puerta se cerraba detrás de él.

Los duendes comenzaron a esconderse nuevamente y estar preparados para cualquier otra amenaza que hubiera, el jefe se dio la vuelta y miró con los ojos entrecerrados a Bacon, él sólo le sonrió con nerviosismo y se preparó para los gritos de su padre por haber escapado, sabía la rotunda paliza que le esperaría cuando lo volviera a ver, pero los chillidos de sus hermanos que alertaban a un intruso los interrumpieron y todos los duendes corrieron a la batalla.

Bacon se quedó con los ojos y la boca abierta, su padre corrió lo más que pudo para dar la alarma a todo Halloween pero una zarpada lo lanzó lejos de los hongos haciendo que se estrellara contra una roca. El duendecillo corrió hasta él para ayudarlo.

—Ve a la ciudad... Avísales que nos están venciendo... —Bacon miró a su alrededor y vio a sus hermanos y hermanas combatir con todas sus fuerzas, levantándose después de caer.

—¡Hazlo! —entonces dejó atrás a su familia después de ver a los hongos que daban la alarma todos destruidos y corrió alejándose viendo cómo eran derrotados.

Hola gente bonita

En esta ocasión traigo dos capítulos en una noche (Puta qué ofertón)

Y bueno... esto anda un poquito más activo OoO jeje ya saben que mi bias no puede faltar en alguna de mis historias y pues pronto lo veremos paseandose por el fic xD Espero subir un nuevo capítulo pronto ahorita que la inspiración anda a flor de pie.

¡Los quiero mucho! <3

Atte: blingangel_

Envenéname el Corazón - MinKeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora