The Amazing Spiderman: Golpes del destino.

Prólogo:

«¿Alguna vez os habéis sentido como si la faltase algo en vuestra vida? Algo como un objeto de valor para vosotros, o algo como una presencia...

Bien, esto es lo que siento yo cada día. Lo que me obliga a llorar cada noche. Lo que me obliga a levantarme cada mañana y decirme, mientras miro al espejo, "no volverá a pasar".

"No volverá a pasar". Por eso es por lo que sigo siendo Spiderman. Por eso es por lo que antepongo mi vida a la de las personas. Por eso... no he vuelto a perder a nadie más desde Gwen.

Cada día me pongo el traje, sabiendo que hay un nuevo accidente, o una nueva amenaza, que espera a que Spiderman se encargue. Porque él es el único capaz de proteger a las personas. Porque saben que si algún villano amenaza con matarlos, yo estaré ahí, protegiendo a todas esas personas. Pero, cada noche, antes de irme a dormir, recuerdo que yo no pude salvarla. Recuerdo que Spiderman puede llegar a fallar. Y eso... Eso es lo que me obliga a llorar.

Gwen... Te hice esta promesa. Te prometí que no volvería a dejar que nadie muriese estando yo presente para ayudarlo. Te prometí que sería fuerte, y que lucharía por ti. Y eso he hecho durante un año.

¿Sabéis qué? Quizás sea hora de que deje de llorar. Gwen... Donde quiera que esté, seguro que estaría orgullosa de mi. Seguro que me observa, y seguro que no querría verme así. Así que... Creo que es hora de cambiarlo todo. Hora de volver a mi vida.»