Capitulo 1.

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Recuerda, nunca los hagas enojar. No sabes de lo que son capaces de hacer.

Golpea, esquiva, golpea, ataca. Vuelve a golpear, toma tu cuchillo, esquiva, golpea, termina tu misión y huye...no puede haber testigos, si los hay, elimínalos.

Así era mi vida, así era como entrenaba y cumplía sus misiones cada vez que me descongelaban y me ponían bajo su control. Querían soldados perfectos y lo estaban consiguiendo, de todos sus soldados solamente hay dos que son "perfectos" para ellos. Esos soldados éramos mi compañero y yo, sus mejores soldados. Nosotros dos cumplíamos con todo lo que ellos querían en sus soldados, aprendíamos rápido y no cuestionábamos sus órdenes. Aparte, ellos no paraban de decirme lo afortunados que eran al tenerme de su lado porque era la última persona que tenía el suero del súper soldado, algo que ellos nunca lograron conseguir. Mi compañero y yo, ambos teníamos nuestros brazos izquierdos de metal, eso era lo que nos distinguía de los demás.

Ellos intentaban tener mejores soldados, no les bastaba con nosotros dos...querían más. Aquellos soldados les inyectaron un suero para hacerlos más peligrosos y más fuertes que nosotros dos. Pero su intento de hacer unos mejores soldados con ese suero, estaba fallando. Cada uno de esos soldados dejaban de seguir órdenes y comenzaban a atacar a cualquiera que se cruzara en su camino. Mi compañero y yo siempre debíamos de rescatar a nuestro jefe, siempre debíamos de escoltarlo hasta la salida de la celda para luego cerrarla y evitar que sus nuevos soldados escaparan. Cuando ya no nos necesitaban, nos metían en una máquina especial donde nos congelaban.

Ambos pertenecíamos al proyecto llamado: Soldado del Invierno. Hemos tenido un sin fin de misiones, todas han sido exitosas y sin ninguna baja...ni siquiera dejamos evidencia sobre nosotros. Nadie sabía de nuestra existencia y eso era lo que le agradaba a nuestro jefe sobre nosotros.

Cada día era un nuevo recuerdo.

Antes de que nos dieran información sobre la próxima misión, nos sentaban en una silla para darnos choques eléctricos en nuestra cabeza para hacernos olvidar todos nuestros recuerdos mientras nos decían unas palabras para tenernos bajo su control. Si antes no había conocido el dolor, aquí tuve la oportunidad de conocerlo.
Mi compañero y yo siempre estábamos juntos, era raro cuando nos separaban. Con el paso de los años logre ocultar mis expresiones al,igual que mi compañero, ambos éramos personas que no teníamos ni hacíamos ninguna expresión...incluso he logrado oír cómo varias personas se refieren a nosotros como personas frías. De mi compañero aprendí que nadie puede saber que es lo que pienso o siento porque siempre lograran un punto débil para vencerme.

Hoy era un día como cualquier otro. La misma rutina de todos los días después de habernos descongelado. La misma rutina de siempre cuando nos daban una nueva misión, sentarnos en una silla para luego estar bajo su control total. La misión era igual que las otras, robar información que había en las instalaciones de S.H.I.E.L.D. sobre algo llamado, Tesseract. Mi compañero tendría una misión en otra parte del mundo donde se cree que hay otro tipo de información.
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Toda la misión se había ido a la mierda, alguien atacó la base de S.H.I.E.L.D. ocasionando que toda la instalación se derrumbara. En mi motocicleta seguía la camioneta en dónde iba el director de aquella agencia que podría tener información sobre el Tesseract. La camioneta se detuvo de golpe y todos los que iban en ella se bajaron para dirigirse al helicóptero que los esperaba. Me baje de mi motocicleta y tomé mi arma para comenzar a dispararles, debía de cumplir con mi misión y nada de esto me detendría. El director tan sólo les dijo que no me dispararan. Me iba acercando hacia ellos, cuando iba a volver a disparar uno de los agentes me disparó. Caí de rodillas las suelo y vi en donde me disparó, era un dardo rojo. Era un maldito dardo tranquilizador.
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Abrí mis ojos por culpa de la luz que comenzaba a molestarme. Me senté y comencé a ver a mi alrededor, estaba en un tipo de celda que sus paredes eran como de un vidrio fuerte. Me habían atrapado, había fallado en la misión. Mire mi ropa, ya no tenía puesto mi traje si no el traje de la agencia que me capturó. Con mi mano derecha rompí la manga de mi brazo izquierdo, si iba a utilizar el uniforme de otra agencia, tendría que sentirme cómoda. La puerta se abrió dejando ver al director de S.H.I.E.L.D. quién tenía una carpeta en sus manos, tomó una silla y se sentó al frente mío, lo único que nos separaba era la pared de la celda.

Dangerous.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora