Hacer daño a una persona sin motivo me hizo dar un paseo por mi mente y recapacitar sobre el comportamiento que estaba teniendo. Todo el mundo no tenía la culpa de mis errores, y debía darme una oportunidad de ser feliz con alguien. Aunque mi opinión sobre esto último haya cambiado bastante, pero eso lo dejaré para el final.
La famosa red social facebook me abrió un nuevo circulo de conocidos, con los que podía salir y despejarme sin el compromiso de una tediosa amistad, salíamos, bebíamos nos divertíamos y hasta ahí.
Dentro de ese círculo vicioso conocí a R, eso sí que me pareció amor, parecía tan real, a lo mejor ese era el sentimiento que estaba esperando sentir, y después de tanto tropezar había encontrado mi camino llano y con el cielo despejado.
Él sentía lo mismo, al menos al principio, era el novio más atento y romántico que podía haber encontrado, durante un año, era el príncipe azul, era.
Recuerdo la primera vez, noche vieja, estaba esperándole en casa para salir a celebrar el año nuevo, algo estaba pasando, llegaba tarde. R nunca hacía eso, y si lo hacía me avisaba. Su amigo su novia y yo le estábamos esperando, y nada que llegaba. Desesperada llamé a su casa y contestó su madre:
-¿Donde está R? Le estamos esperando hace casi una hora.
-Cariño, ¿No te ha llamado? Está dormido, ha llegado borracho y se ha metido en la cama- Se le notaba la vergüenza en la voz.
No me lo podía creer, nos había dejado tirados. Su amigo decidió ir por su coche y llevarnos al lugar de la fiesta que estaba cerca de la casa de R. No me lo pensé, llamé a la puerta y cuando su madre me dejo pasar entré es su habitación como un huracán y chillando como una loca. ¿Es que no tenía razón? Levantó la cabeza de la almohada y mirándome con odio dijo:
-Como me chilles una vez más te parto la cara.
No me lo creí y seguí con mi numerito, y sucedió se levanto y me agarró por los hombros zarandeándome y ordenándome que me callara. No articule palabra y me marche a casa, acababa de empezar el año por todo lo alto.
Las flores y las súplicas plagadas de lágrimas no tardaron en llegar, y yo por supuesto lo perdoné, ¿Cómo alguien que sufría de esa manera iba a estar mintiendo? Estúpida.
No es necesario que relate como fue el año y medio siguiente, porque sería repetir la misma historia, pero no queda todo ahí, por un despiste mío con las píldoras anticonceptivas quedo embarazada, las tornas cambian, vuelve a ser el mismo que un día conocí y me promete cielo y estrellas por nuestro hijo, recuerdo como se le llenaba la boca cuando decía "nuestro hijo".
Tres meses le duró, cuando estaba embarazada de cuatro meses fue a hacer recados con su padre y se dejo su facebook abierto, tenía motivos previos para investigar, tal vez la invasión de la intimidad esté mal pero lo que descubrí me hizo hervir la sangre. Si, tenía a otra, u otras si me ponía a indagar lo suficiente.
-¡Después de todo lo que me has hecho! ¿Todavía tienes el descaro de añadir esto también?- La voz se me quebraba, no podía gritar más.
-¿Y qué quieres? ¡Si te estás poniendo como una vaca!
No pude contenerme más me abalance sobre él, quería sacarle los ojos, en serio, si hubiese podido lo habría hecho, pero un dolor punzante en el vientre me paró. Había mucha sangre, oía a mi suegra a lo lejos gritar y pedir un teléfono, alguien que intentaba sujetarme mientras el suelo estaba cada vez más cerca, todo se volvió negro.
Cuando volví a abrir los ojos estaba en el hospital con mi madre al lado.
-Nena, ¿Estás bien? ¿Te duele algo? -Tenía los ojos brillosos, como si acabara de llorar.
-No, estoy bien, ¿Que hago aquí?
-Mi vida... Has perdido el bebé -Sentí algo en el pecho quebrarse, ese dolor era nuevo, y era el peor, tan malo, como para no desearlo ni a tu peor enemigo. Estaba rota, otra vez.
Sobre R, no le volví a ver después de aquello, hace poco supe de él, y sé que tiene dos hijos y una mujer, o saber cuantas más.
La lección esta vez, es que da igual cuanto quieras evitarlo, si te toca te toca. Como dice el dicho, "Si es para ti, ni aunque te quites, y si no lo es, ni aunque te pongas"
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Como una más
Short StoryTodos tenemos una historia, y yo me quiero inspirar en la mía. Puede que en muchas cosas te sientas identificad@, me gustaría saberlo. ¿A quién no le han roto el corazón? O ¿ha hecho daño a alguien sin pensar en las consecuencias? ¿Quién no ha tem...