Como una más

D y su amor-odio

 Para contar esta parte necesito ir a mis notas personales y mostrar este fragmento:

"Lo conocí hace años y desde que le vi, sentí esa punzada, esa que sientes cuando sabes que algo va a ser increíblemente doloroso. Pero me dio igual, tenía que ser para mí, no importaba lo que costara. Al principio sentí que le gustaba, pero no era amor, simplemente atracción, sin más"

Qué ilusa, al principio eso era, me atraía, mucho, como cuando ves a tu actor favorito en la televisión y piensas "madre mía le haría de todo" pues era exactamente así.

Lo conocí a la misma vez que ha G, eran tan atractivo, tan divertido, tan... para mí. Si conseguía conquistarlo tal vez este sería el definitivo. Tenía que ser perfecta para él, lo quería, tenía que ser mío. Estuvimos hablando por teléfono durante días, las cosas que nos decíamos no eran aptas para menores de dieciocho años. Me correspondía, o eso era lo que mi mente creía entender.

-¿Y si nos vemos este fin de semana?- Intenté no sonar muy desesperada.

Es que...- Cuando una frase empieza con esas palabras no os hagáis ilusiones- Este fin de semana no tengo coche, lo dejamos para el próximo.

En aquel momento me pareció creíble, ¿Por qué iba a mentirme? Lo hacía, pero eso no lo supe hasta el final, o no quería saberlo. Esta escena se repitió varias semanas, hasta que me atreví a hablar de frente.

-Siempre dices que no podemos vernos, si no te interesa quedar conmigo dímelo claramente, no importa- En mi interior rezaba a todos los dioses conocidos por que lo negara.

-No es eso, es que estoy muy ocupado con el trabajo y no tengo tiempo ni para mí.

Otra vez me lo creí, y un día de sopetón, dejó de escribirme y de llamarme. Me dolió, pero al pasar de los meses es como que te vas olvidando y sigues con tu vida. Pero siempre volvía a escribir a abrir de nuevo la herida cuando ya estaba a punto de cicatrizar. Nunca termine de entender porqué lo hacía, si no le interesaba ¿Por qué acababa volviendo siempre?

Un día se atrevió a quedar conmigo, recuerdo que era domingo por la tarde y hacía un día precioso, terminamos en un parque comiendo helado, como si tuviéramos quince años. Los besos que recibí en aquel maravilloso momento fueron los más cálidos y apasionados que nadie jamás me ha dado. Pero fue solo eso, un momento, un instante más que añadir a la caja de recuerdos inútiles.

Volvió a desaparecer, esta vez averigüe porque, tenía novia, cuando a mi me aseguraba que no estaba preparado para una relación. Ni siquiera me usó para acostarse conmigo, solo me besó, una sola vez. Si alguien lo entiende que me lo explique. Pero yo ya estaba enamorada, perdidamente loca por la persona más extraña y bipolar que había conocido. Un año después, si, un año, me llamó:

-Te echo de menos, no he podido sacarte de mi cabeza en todo este tiempo, no eres como las demás.

-D, por favor, no empieces el juego otra vez, no podría aguantarlo- Mi corazón daba botes de alegría mientras mi mente gritaba no.

-Dame una oportunidad, vayámonos esta noche a la playa, tu y yo solos, y nos quedamos hasta que amanezca.

Di que no, di que no, mi cabeza me taladraba con la misma frase, me dolía la sien de darle vueltas. Nunca me había propuesto algo así, y sonaba algo desesperado. Di que no. ¿A lo mejor se ha dado cuenta de que sentimos lo mismo? Di que no. ¿Y si es una oportunidad para ser feliz? Di que no.

-Está bien D, pero es la última oportunidad, no soy de piedra- A la mierda todo el auto control.

Y allí estábamos, en la oscuridad bajo la luz de las estrellas, porque la luna no apareció eso habría sido demasiado perfecto, pero aun así, no quería marcharme de allí nunca. Y ese día sí que hicimos el amor, no tuve sexo como las otras veces, aquella noche había algo más. Ese es un recuerdo que pienso conservar para siempre.

Pero de nuevo se marchó, dejándome así con todo ese amor, pero cuando volvió a llamar, yo ya no estaba ahí para contestarle, porque estaba ocupada queriendo a alguien mucho más importante, a mí.

Gracias por enseñarme a quererme.