Capitulo 11

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La noticia dejo más que encantada a mi madre. Podemos destacar que después de sonreír, lo que dijo fue ­—Sabía que tenían algo, sus ojos lo decían. — realmente se me hizo un poco absurdo que lo dijera, pues nunca hubo nada y todo es una farsa. Él ahora dice quererme pero cuando sea su esposa y despierte, se dará cuenta del grave error que cometió y me abandonara.

Mensaje de: Christian Held
¿Podrías asomarte a tu ventana? Te traje algo para él bebe. Sera mejor que lo veas.

¿Un regalo para él bebe? Hago lo que me pide y veo a Chris con un ramo de flores, una caja en las manos y esta en medio de un corazón de velas y rosas. Esbozo una sonrisa adolescente.

— ¡¿Piensas bajar, Hannah?!— grita sonriendo.

Me despego del vidrio y corro escaleras abajo. —Todo se ve muy lindo, Christian— digo cuando corro a abrazarlo. Mi cabeza va a mil y no se que más decir — ¿Cual es la sorpresa para el bebé?— susurró para que nadie escuche.

—Esta— me entrega una caja que cuando la veo es una caja de chocolates. Se ven deliciosos. De pronto siento un increíble antojo por ellos. —Y esto...— se pone en una rodilla.

— Hannah ¿Quieres casarte conmigo?— dice y palidezco.
Me quedo unos minutos en silencio y reacciono — No puedes casarte conmigo, Christian. — suelto un sollozo y una lagrima corre por mi mejilla.
— ¿Por que dices eso? Yo quiero y puedo casarme con quien quiera. — su rostro cambia, ahora se ve decepcionado.
—No puedo permitirlo, me sacaste de un prostíbulo y quieres casarte conmigo aun sabiendo que estuve con otros hombres. Ademas de que...
— ¿De que hablas? Hannah...— escucho la voz de mi madre a mis espaldas y siento una punzada en el pecho. Ella escucho.

No puede pasar esto, todo menos esto. Me giro y me encuentro con la cara de mi madre. —Mama... Yo...— digo desesperada y ella se acerca a toda velocidad para darme una bofetada.

—Vete de mi casa...— puedo ver una lagrima en su mejilla pero su rostro no muestra expresión alguna.
—Déjame explicarte, por favor— lloro con desesperación
— ¡No quiero tus explicaciones!... Me has decepcionado.
—Lo hice por ti, mamá... Por favor créeme— suelto otro sollozo y me tiro a sus pies para abrazar sus piernas. —Estaba desesperada... Por favor, escúchame.
— ¡Suéltame! ¡Ya no eres mi hija! Estas muerta para mi— se zafa de mi agarre y comienza a caminar hacia adentro de la casa.

Me quedo tirada en el césped. Esto no puede estar pasándome, no a mi. ¿Por que Dios? ¡¿POR QUE?! Lloro sin consuelo, lamentándome todo. —Y ahora estoy embarazada de ese maldito...— digo con la voz llena de odio y comienzo a golpearme el vientre. — ¡TE ODIO, TE ODIO, TE ODIO!

— Mama, ¡NO!— grita una voz infantil y me detengo.

Siento una mano pequeña, tocándome el hombro. Levanto mi mirada y ahí lo veo. A mi hijo. Es un niño y se parece demasiado a mi. ¿Que esta sucediendo? El niño me sonríe y limpia mis lagrimas —Todo estará bien para nosotros, mami— se me lanza y enreda sus bracitos en mi cuello. Respondo a su abrazo y me siento diferente, como si antes me faltara algo y ahora estuviera completa. —Papi...— dice y mira hacia arriba. Veo a Christian de pie junto a nosotros.

Escucho un golpe en mi ventana y me despierto de golpe. No estoy en el frente de la casa, estoy en mi cama en mi habitación y todo esta oscuro, trato de recordar en que momento me quedé dormida así que me siento y pienso en lo que soñé. Mi hijo. Toco mi vientre con ambas manos, vi a mi bebé.

— ¿Eso es lo que quieres pequeño? — miro hacia abajo —Eric, ¿te gusta? Si eres niño, te pondré ese nombre.

Me pongo en pie, aun con la mano en el vientre y me asomo a la ventana como en mi sueño. Ahí esta Christian, aun no me ha visto. Se ve nervioso, estira sus brazos y se sacude graciosamente. Suelto una risita y abro la ventana.

— ¡Te atrape, guapo! — se asusta y brinca del susto — ¡Ya mismo bajo!

Corro escaleras abajo con mucho cuidado y entusiasmo. No había ni velas ni corazones, solo era él parado en mi jardín. Llego hasta donde esta y me lanzo a abrazarlo.

—Mañana quería darte una sorpresa, Hannah. Pero no pude esperar hasta mañana.
— ¿Y cual es la sorpresa?— pregunto alejándome para mirarlo a los ojos.
—Mira a tu izquierda.

Lo hago y veo que en donde antes había césped ahora hay solo tierra. Formando la frase ¿Quieres casarte conmigo?

—Christian...— me quedo en shock.

Lo haré por nosotros bebé. Toco mi vientre y me giro hacia él.  —Entonces, ¿quieres?

— ¡Claro que quiero!— me abalanzo de nuevo y lo abrazo.

Las cosas están sucediendo demasiado rápido para mi. En menos de un mes, descubro mi embarazo y ahora me voy a casar con el tipo que me salvo. Deseo no estar yendo demasiado rápido. El bebé acelero las cosas, pero mi bebé no tiene la culpa.

—Le daremos lo mejor a este pequeño...— le susurro a Chris y pongo su mano con la mía en mi vientre. Me besa y nos volvemos a abrazar.

—Son geranios, hija...— dice mi madre a mis espaldas.
— ¿Tu sabias de esto?
— ¿Pues de que crees que hablábamos mi yerno y yo cuando subiste a dormir a tu habitación?

Ahora lo recuerdo, me sentí demasiado cansada y Christian entendió el porque de mi cansancio así que me sugirió que me fuera a dormir. Qué listo, le saco provecho a la situación.

—Que desgraciados son...— bromeo y jalo a mi madre para abrazarlos a los dos al mismo tiempo —Los adoro.

—Muchas felicidades hija, espero y no te moleste pero Christian me contó lo del bebé.— dice mi madre cuando la suelto y siento que la sangre se esfuma de mi cuerpo.
— ¿Y... Qué piensas al respecto?— tragó saliva.
—Estoy muy feliz por ti, un nieto aquí adentro— me acaricia la barriga y una lagrima cae por su mejilla. Suelto el aire que estaba conteniendo, me alegra escuchar eso.
—Gracias mamá, por todo— la abrazo esta vez solo a ella.
—Los dejaré solos para que hablen. Preparare la cena.
—Esta bien, tal vez caminemos pero llevo mi celular.— mi madre asiente y se pierde en el interior de la casa.

Le doy un beso tierno a Christian en los labios y lo abrazo una vez más con mucha fuerza —Gracias...

Holaa! He aquí el nuevo capitulo, espero y les haya gustado y si es asi no olviden votar y recomendar la historia.

Menre.

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