Capitulo 30

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La miro con mucho detenimiento, tratando de recordar cuando fue tomada. Estoy segura de que soy yo, estoy en un parque sobre un columpio con mi vestido favorito color azul rey. Quizás tengo 10 u 11 años. La giro y reconozco la letra de mi madre.

Sangre de tu sangre, su mirada alegre me recuerda a tus ojos, esos ojos llenos de deseo mientras me hacías tuya.

Me siento abochornada por las palabras de mi madre. Pongo la fotografía sobre la mesa y miro el techo para evitar los ojos de Caleb.

—Entonces si recuerdas haberte tomado esta foto.
— ¿Es muy evidente? — intento esconderme pero fallo.
—Relájate, no es la nota más candente. Algún día te la mostrare.
— ¿Cuál es la foto más reciente? — pregunto y me muestra una que es imposible no recordar. —Esta foto la tengo en el escritorio de mi despacho— es la ultima fotografía familiar, mamá se deshizo de la cara de mi padre.

Ella está sufriendo demasiado, tu reemplazo se ha ido al otro mundo. Si piensas buscarla espero que no tardes demasiado.

Me concentro un segundo en lo absurdo que es el mensaje: "Tu reemplazo", mi madre solo lo veía como un reemplazo. —Si le preocupaba tanto, jamás debió irse. Aceptare hacerme todas las pruebas necesarias.

—Me alegro que aceptes y no mal interpretes, no queremos causarte problemas con tu familia. Recomendaría que nadie supiera de esto hasta estar seguros, en especial tu madre.

—Creí que habías investigado mi vida... Mamá murió hace 5 meses, padecía leucemia.
— ¿En serio? Vaya, lo siento. Debí haberlo pasado por alto. Bueno en cuanto los análisis, podríamos ponernos de acuerdo e ir a cenar, ¿te parece? — yo solo asiento —Le diré a mi secretaria que programe una cita y lo consulte con tu secretario.

Se pone de pie y estira su mano en señal de despedida. Yo me quedo estática, tratando de terminar de procesar la información que se ingresa en mi cabeza con rapidez. — ¿Cómo es él? — pregunto finalmente poniéndome de pie

—¿Quién? ¿Nuestro padre? Es un hombre muy dedicado, nunca se da por vencido. Cuando se propone hacer algo, tiene que conseguirlo, como si fuera más vital que respirar. Además es muy buen padre, siempre ha sabido diferenciar entre familia y trabajo.

— ¿Hay otros? ¿Tienes más hermanos?
—Sí. Si los resultados son positivos, serás quien me sigue en la fila. Somos 6 hijos, contándote.
—Vaya, yo toda mi vida creí que era hija única.
—Pues ya ves que no. Disculpa que me tenga que ir, tengo una junta importante que atender. Si los planes cambian, ya tienes mi número.
—Te acompaño al elevador.

Caminamos en completo silencio. Cuando las puertas del ascensor se abren, estira su mano de nuevo y se acerca a mi mejilla para dejar un beso. Decido esperar a que él llegue a la recepción antes de yo subir a mi piso.

...

— ¿Qué resulto, Hannah? —pregunta Alex muy interesado.
— Resulto que tienes que hacer un espacio en mi agenda para unos análisis que debo hacerme. Muchas cosas apuntan a que he vivido una vida engañada. 

Revisó la hora en mi reloj, apenas será medio día y siento como si ya estuviera terminando mi jornada laboral. Tomó asiento en mi silla y comienzo con mi trabajo habitual, no me permito distraerme. Mi mente necesita estar ocupada. Y sin notarlo pasan 4 horas, me olvide de mí hora de comida.

—Esposa mía, tienes que tomarte un descanso. Haz estado 4 horas sentada en esa silla.
—No es suficiente.
—Cuando la jornada termine, tu cabeza se enfocará en la misma cosa que quieres evitar pensar y lo único que habrás logrado será un gran dolor de culo.
—Ya, pero si lo puedo esquivar por un rato, mucho mejor. Aunque tienes mucha razón, es hora de levantarme de aquí. — Me pongo en pie y mi cuerpo protesta. Mis piernas casi se acalambran y mi trasero está dormido. No debí permanecer tanto tiempo sentada. —De hecho, pensaba irme a casa. Muero por saber cómo están mis hijos.

—Si quieres podemos irnos ahora, trabajaré desde casa. — me acerco a besar sus labios —Lo podría dejar para mañana.

Sé lo que pasa por su cabeza y no puedo evitar sonreír. Miro al escritorio de mi secretario —Alex, hoy me iré temprano... Ya puedes irte a casa— digo sin dejar de ver a Christian a los ojos. Nuestra complicidad nos delata y Alex toma sus cosas lo más rápido que puede para irse. Cuando lo veo entrar en el ascensor, me dirijo a mi escritorio —Solo recojo mis cosas y nos vamos.

Escucho la puerta cerrarse y luego el clic del pestillo. Posteriormente, siento las manos de mi marido rodeando mi cintura. —Podríamos consumir la hora que nos queda. — besa mi cuello.

Su cálido aliento me enloquece. Agradezco haber comprado un pequeño sofá, que pensamientos tan oportunos, pienso graciosamente. Me giro y cuelgo mis brazos en su cuello para besarlo con desesperación. Enredo mis dedos en su cabello y el toma mi cadera para ayudarme a avanzar hasta el sofá. Cuando nos separamos para tomar aire lo empujó y me siento encima de él a horcajadas. Mientras desabotonó su camisa, baja el cierre color dorado de la mía. Estiró mis brazos para sacarme la blusa, sus hábiles dedos se encargan de subir mi falda de tubo hasta el ombligo. Lo vuelvo a besar como si nunca lo hubiese hecho. Me encargo de su pantalón y Dios mío. Tal vez deba mencionar a Dios en otro momento, pero, no lo recordaba de esa manera.
Él me ayuda a levantar las caderas y luego a descender para tenerlo dentro de mi. La eufórica danza comienza y nos perdemos en el cuerpo del otro. La tensión que tenía desde meses atrás ha desaparecido por completo. Cuando el clímax y el calor están en su apogeo puedo escucharlo decir mi nombre entre dientes.

...
— ¿Cómo se han portado mis pequeños el día de hoy?— le pregunto a Grace y a mi suegra.
—Como unos verdaderos angelitos, Eric solo lloro una ocasión y Lena estuvo de lo más tranquila con su conejo de peluche. — responde Grace.
—Son unos nietos realmente adorables. Ya que ustedes están aquí, me voy que mis amigas me esperan para jugar póquer. — se despide de todos y Chris la acompaña a la puerta.
— ¿Pudiste hablar con Caleb?
—No— miento mientras cargo a Eric —Su secretaria me contactó. Solo querían publicidad.
— Muy raro, ¿no crees? Si quería publicidad hubiera mandado un correo.
—A lo mejor quiere que nos asociemos de alguna manera, que mejor forma que empezar por la familia.

Sus ojos revelan que no ha terminado de creer mi mentira, pero no digo una palabra más. Espero a que vuelva Christian para poder despedirnos de Grace, no me puedo dar el lujo de que intente sacar la verdad a flote, puesto que Cal tiene razón. Si hay muchas pruebas pero quizás solo fue una mentira de mi madre para sacarle dinero. Hay que estar muy seguros antes de decirle adiós a quienes creía mis hermanos.

Holaa! He aquí el nuevo capítulo, espero y les haya gustado y si es asi no olviden votar y recomendar la historia.
Menre.

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