Capitulo 24

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—Olvídalo, nuestro hijo te necesita.
—Y nuestra hija también. — Miro como es que le arrulla después de hacer ruiditos. —Esperare a que me den de alta y quieras o no, iré por nuestra hija.
—No pienso permitirlo. Yo fui quien prometió traerla de vuelta.
— ¡Y yo fui quien la descuidó! — olvido que está de por medio nuestro pequeño. Comienza a llorar y le extiendo los brazos a Christian en señal de que me pase al bebé — Shh, tranquilo pequeño... Mamá se ha alterado solo un poco.

Se pasa las manos por el cabello. Su cuello deja ver la frustración con esas venas marcadas como si fueran a explotar en cualquier momento. Eso me recuerda al día en que me salvo de Henry.

—Christian— susurro y pongo mi mano en su mejilla —Esto es entre Gabriel y yo... Jamás abandonare a nuestra familia.

—Estas tomando una decisión en la que no estoy de acuerdo, por eso no quería que adoptaras a esa niña
— Ten cuidado con lo que estás diciendo. — Advierto
—Debiste decirle que no a Erina, así nos estaríamos ahorrando todo esto.
—Por el amor de Dios, Christian... Es nuestra hija, tu hija.
—Ella no es mi hija
—Perfecto, ¿ella no es tu hija? Eric tampoco y sin embargo aquí estás. — se queda en silencio. Presiono el botón para llamar a la enfermera. Mi bebé no tiene por qué estar en medio de este embrollo. — ¿Puede llevar a MI BEBÉ a los cuneros? — digo sin mirar a Christian. Ella asiente y acomoda a Eric en su cuna y espero a que se vaya. —Me alegra conocer a la persona con la que me casé.

—Hannah, no era lo que quería decir... Todo este asunto me tiene estresado
— ¡¿Y crees que a mí no?! ¡Tú no acabas de dar a luz a tu hijo cuando tu hija la tiene un psicópata!
—Tampoco es tu hija...
—No puedo creer lo que estás diciendo... ¿Acaso te estás escuchando?
— Es la verdad, Lena no es tu hija...
—Cállate...
— ¡Es hija del maldito que te violó y te dejo embarazada y de la asesina de tu amiga que te llevo a trabajar a ese prostíbulo!

La rabia dentro de mi estalla y le suelto una bofetada —No quiero que vuelvas a repetirlo. — digo apretando los dientes para evitar llorar. Dio justo en el clavo— Y no pienso esperar a que comiences a ofenderme, no te quiero cerca de mis hijos o de mí. Vete...
—Hannah, perdón, yo no quise...
—He dicho que te vayas— susurro con el corazón partido, veo que no hace ningún movimiento  — ¡FUERA! ¡LARGATE CON TU ESTÚPIDA VIDA PERFECTA Y DEJAME EN PAZ!

Las lágrimas amenazan con salir. Pero no lo hacen, no voy a permitir que me vea en ese estado. Se levanta de su asiento y cuando abre la puerta para irse veo a Santiago, quien se sonroja por haber sido descubierto.
Christian cierra de portazo y eso termina de hacer trizas mi corazón. No lo soporto y las lágrimas comienzan a caer.

Si ese es el Christian con el que me casé, no lo quiero. Ahora tengo que lidiar con lo que sea que mi hermano haya escuchado.

— ¿Puedo entrar? — pregunta él aun sonrojado por la vergüenza.
—Pasa— me limpio las lágrimas con el dedo medio y sorbo por la nariz.
—No quería escuchar pero la enfermera me dijo que estaban discutiendo e insistió en que entrara.
— ¿Qué escuchaste?
—Todo— me mira a los ojos y siento como si fuera mi padre quien lo hiciera.
—Bien, ahora corre a decirle a los demás la verdad — agacho la cabeza para evitar su mirada.
— ¿Por qué lo haría? Eres mi hermana, si lo ocultaste debes tener tus razones... Siento mucho lo que te hizo ese malnacido

Siento la sinceridad en sus palabras y las ganas de llorar vuelven. Extiende sus brazos y no lo pienso dos veces, asiento y me dejo envolver en sus brazos. Es justo lo que necesito en estos momentos. No hubiera soportado si su reacción hubiera sido juzgarme, ya me basta con saber que Gabriel tiene a mi pequeña.

—Jessica le dijo a Daniel que Gabriel quería verte... ¿Eso es verdad?

—Lo es, ese es el motivo del que Chris y yo hayamos peleado. Tienes que ayudarme.

....

—Gracias por cuidar a Eric y no decirle nada a Christian—  le digo a Grace mientras pongo a mi pequeño en su cuna.

—Somos familia, Hannah.  Aunque no estoy de acuerdo con que vayas sola.

—Gabriel se llevó a mi hija hace dos semanas y media. No le permitiré un día más.

—Lleva esta, úsala de ser necesario y hazle un favor a la sociedad. — dice Santiago entregándome una Glock 17, la miro por un momento y la tomo. Nunca se sabe cuándo se puede necesitar. La pongo en la parte trasera de mi pantalón y abrazo a Santiago —Cuídate mucho, este pequeño te necesita.

—Te amo, hermano... Mis hijos me necesitan pero en caso de que solo vuelva Lena, necesitaras esto.

Le entrego un testamento que hice, especifico quien se quedara con la patria potestad de mis hijos y la ubicación de unas cartas que hice para cada miembro de mi familia. Si vuelvo sana y salva, sacaré mis cosas de la casa de Christian. No he hablado con él desde el día que discutimos en el hospital. No tengo el valor para mirarlo a la cara.

—Despídanme del resto...— beso la cabeza de Eric y aunque me cuesta separarme, lo hago —Te amo, traeré a tu hermana de regreso.

Camino escaleras abajo y para mi sorpresa. Él está ahí. —No dejare que vayas sola.

—No tengo la menor idea de lo que estás hablando, Christian. — respondo sin mirarlo a los ojos y camino hacia la puerta de la casa de mi madre.
—Iras a encontrarte con Gabriel. — me toma por el codo.
—No te necesito. Ya no lo hago. Te recomiendo que me sueltes, no quiero hacerte daño.
—Hazlo, no voy a soltarte y mucho menos a dejarte ir sola.
—Tú lo pediste. — Aplico la táctica que mis hermanos me enseñaron y me zafo de su agarre para después torcer el brazo de Christian. Lo escucho gritar del dolor y lo suelto. —Te lo dije

Salgo de la casa y subo al coche donde Daniel me está esperando. Gabriel acepto hacer un intercambio. Yo me quedo y Daniel vuelve a casa con mi hija. — ¿Estás segura de esto?

—Nunca estuve tan segura de algo. — arranca el coche y veo a Chris salir corriendo de la casa. Corre detrás del coche —Acelera... Él solo va a complicar más las cosas— Daniel hace lo que le pido.

Hay batallas que nos tocan librar solos, y esta es la que me toco a mí. 

Holaa! He aquí el nuevo capitulo, espero y les haya gustado y si es asi no olviden votar y recomendar la historia.
Menre.

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