Siento la vibración de mi móvil en la cabeza, abro un ojo y miro mi ventana, aún era de noche. Contesto con voz de dormida y esa voz no la esperaba.
—Cariño, soy yo. Siento haberte despertado.
—¿Zac? Son... —miro la hora en mi móvil—. Son las cuatro de la mañana por dios.
—Lo sé, pero no podía dormir y necesito verte, estoy abajo —me tumbo boca arriba y suspiro unos segundos.
—Enseguida bajo —Cuelgo.
Al abrir la puerta me sonríe y me muestra una rosa blanca, a lo que no puedo evitar sonreír y le hago pasar. Subimos silenciosamente a mi habitación y nos sentamos en la cama.
—Quería pedirte perdón, te he hablado mal y te he dicho cosas muy hirientes, lo siento de verdad —acerca su mano a la mía.
—No sé que te pasa últimamente Zac y de verdad quiero ayudarte, pero no sé como hacerlo.
—No me pasa nada, solamente estoy agobiado con las clases y los partidos, te prometo que estoy mejor. Nuevamente te pido perdón por lo de hoy y por todo, siempre has sido una persona muy importante para mí, no quiero que lo olvides.
—Te perdono —sonrío—. No me gusta que nos peleemos, a parte de mi novio eres mi mejor amigo Zac y eres muy importante en mi vida.
Sonreímos y nos tumbamos en mi cama, hablamos durante un rato hasta que el sueño aparece nuevamente. Este es Zac del que yo me enamoré, aunque con el tiempo lo voy viendo menos. Coloco mi cabeza en su cuello y voy relajándome hasta dormirme.
Cuando me despierto veo una nota junto a la rosa que se encontraba en mi mesilla de noche, en ella ponía: Buenos días preciosa, me he tenido que ir pronto para que tus padres no se dieran cuenta, nos vemos en el instituto. Te quiere, Zac.
Después de hacer las paces sabía que mi mañana iba a ser magnífica, lo presentía. Ya lista bajo a desayunar mientras Nancy me hace compañía, mis padres ya se habían ido a trabajar. Hace tres años la mayoría del tiempo están en su oficina o de viaje y cada tres meses hacen parones para que podamos estar juntos. También agradezco la compañía de Nancy, si no fuera por ella, me sentiría completamente sola en casa.
Al llegar me junto con las chicas y me hablan sobre una fiesta que darían esta noche unas chicas de ciencias. Al principio me niego porque mañana teníamos clases, pero terminan convenciéndome y seguro que Zac se alegraría por ello.
—De acuerdo, de acuerdo —bajo lentamente mis manos con las palmas hacia abajo—. Recordad que solo estaré un rato, mañana tenemos clases y no quiero llegar tarde o que mis padres vean que llego a las tantas de la noche.
—Está bien, luego te acompañaremos a casa —habla Maddy.
—Prometido —añade Jessica riendo.
Seguimos hablando mientras es la hora de entrar hasta despedirnos en el pasillo, Maddy y Jessica tenían que subir otro piso porque estudiaban ciencias, sólo que en diferentes clases.
La mañana iba pasando rápido y mis nervios sobre la fiesta de esta noche crecían. Quedaba un poco menos de dos horas para el descanso. El profesor Winston nos envía un trabajo de investigación sobre diferentes géneros de novelas, a mí me había tocado la novela negra. Caminamos todos hacía la biblioteca y ya allí empezamos a buscar información, en este trabajo teníamos prohibido el uso de tecnologías y teníamos que acabarlo en una hora y media.
Merodeo por los pasillos de la biblioteca buscando la sección de novela negra y allí me encuentro a Eyden.
—Hola —le saludo mientras me decido porque libro escoger.
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Desde el primer momento
Novela JuvenilHannah Collins, una joven rica de la zona Hiffield, uno de los barrios más ricos de Nueva York. Hija de los dueños de varias multinacionales y la chica más popular de su instituto. Su tez blanca, el azul profundo y cristalino de sus ojos y su sonris...